20-11-2020
Por Isabel Pérez S., Ciencia UNAM-DGDC
Un ser humano comienza cuando se une un espermatozoide con un ovocito secundario (frecuentemente conocido como óvulo). A este proceso se le llama fecundación, que da origen a una célula única llamada cigoto.
Para que se lleve a cabo esa formación biológica, se debe pasar por tres etapas: la fecundación, que es la unión del espermatozoide con el ovocito, con lo que se crea una célula llamada cigoto, conformado por 46 cromosomas.
Posteriormente, está la etapa embrionaria, la cual comienza después de la tercera semana de gestación y culmina en la semana número ocho. Después de la octava semana empieza la etapa fetal, la cual termina en con el parto.
Es decir, a partir de la semana ocho de gestación el producto recibe el nombre de feto. Ya en la etapa fetal, posee todos los sistemas y órganos, para luego ir madurando y creciendo progresivamente para el momento del nacimiento, detalla Jesús Benítez Granados, jefe del Departamento de Embriología y Genética de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La embriología es un área de la genética que se encarga del estudio del desarrollo del embrión, es decir, desde la fecundación del óvulo hasta el nacimiento.
El Departamento de Embriología y Genética de la Facultad de Medicina de la UNAM, celebra este 2020 su 70 aniversario. La preparación de los futuros médicos a cargo de los diferentes profesores permite realizar diagnósticos certeros con fines de investigación.
Durante todas las etapas, el producto está expuesto a diversos riesgos. Uno de ellos, sucede durante las primeras etapas; se presenta cuando las células no toman el lugar adecuado dentro del útero, esto es, que no se implantan de manera correcta, trayendo como consecuencia que el embarazo no se lleve a cabo.
En la etapa embrionaria, agrega, el principal riesgo podría ser la infección por teratógenos. Se trata de factores externos que afectan el desarrollo del embrión. Un ejemplo podría ser la rubeola o el consumo de fármacos, tal vez por no saber la mujer que estaba embarazada, o bien que la mujer consuma otro tipo de sustancias como el alcohol o la cocaína, por cuestiones recreativas.
- Cada año 303 mil recién nacidos fallecen durante las primeras cuatro semanas de vida en el mundo debido a anomalías congénitas. Los trastornos congénitos graves más frecuentes son las malformaciones cardíacas, los defectos del tubo neural y el síndrome de Down. OMS
Este organismo señala que es posible prevenir algunas anomalías congénitas; por ejemplo, hay medidas de prevención fundamentales como la vacunación, la ingesta suficiente de ácido fólico mediante el enriquecimiento de alimentos básicos o el suministro de complementos, así como los cuidados prenatales adecuados.
Existe la posibilidad, explica el especialista, de que dentro del útero el feto pueda sufrir malformaciones por cuestiones externas, como el pie equino varo, cuya causa es es multifactorial, es decir intervienen factores genéticos y ambientales. Esta malformación se caracteriza porque el pie no puede flexionarse, sino que permanece erguido.
También pueden presentarse malformaciones que dañan el sistema nervioso central y el desarrollo del corazón. Además, es posible encontrar alteraciones en la formación de los pulmones, esófago, tubo digestivo, de glándulas que producen hormonas o incluso, problemas de cadera.
El labio y paladar hendido, por ejemplo, son malformaciones que ocurren de manera intrauterina debido al cambio en la secuencia de los genes. La espina bífida es un defecto de cierre de tubo neural, un tipo de defecto congénito del cerebro, la columna vertebral o de la médula espinal. Ocurre si la columna vertebral del feto no se cierra completamente durante el primer mes de embarazo. Esto puede dañar los nervios y la médula espinal.
“Dependiendo de la gravedad y la malformación, es posible verlos con un abordaje ultrasonógrafico. La espina bífida, por ejemplo se puede observar con este tipo de estudios, igual que el labio paladar hendido y el pie equino varo”.
Jesús Benítez reitera que el ambiente materno es muy importante, pues es en donde el bebé se va a desarrollar y nutrir, y si éste no es óptimo puede limitar el desarrollo del producto o afectarlo de manera considerable.
El hecho de que la mamá consuma ciertas sustancias terapéuticas o recreativas, tendrá repercusiones graves en el producto, a saber: síndrome de alcohol fetal en caso de que la mamá sea alcohólica. En estos casos, el bebé presenta ciertos rasgos en la cara, un retardo en el crecimiento intrauterino y retraso mental.
Es de resaltar que para evitar todas estas alteraciones durante el embarazo, lo deseable es planear el embarazo, conocer el estado de salud de los padres, algo que lamentablemente es poco común en nuestra sociedad.
De acuerdo con el investigador, el Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia, recomienda la suplementación de alimentos a fin de que los bebés crezcan sanos dentro del seno materno. Tomar una dosis diaria de ácido fólico, pues la deficiencia de esta sustancia está directamente relacionada con defectos de cierre de tubo neural, y algunas alteraciones en el metabolismo de cromosomas.
“Uno de los alimentos tradicionales en México, altamente enriquecido en ácido fólico son las tortillas de maíz, así como las naranjas, papayas, fresas o frambuesas. Igualmente, las verduras de hojas verdes como la lechuga, las espinacas, y los berros, por mencionar algunos”.
El consumo de ácido fólico, agrega el especialista, debe ser desde antes del embarazo. Ambos miembros de una pareja que está buscando embarazarse, deben consumirlo para fin de prevenir los padecimientos antes mencionados.
Jesús Benítez insistió además en la importancia de monitorear constantemente la presión arterial y los niveles de glucosa, así como medir las concentraciones de diversas hormonas, pues esto permitirá saber si el ambiente en el que se desarrolla el bebé es adecuado.
Luego, vendrán las valoraciones propias del bebé, y dependiendo del número de semanas de embarazo, los estudios pueden ir desde un ultrasonido, para conocer sus características y medirlo, hasta otros que permiten escuchar y monitorear los latidos de su corazón e incluso conocer los cromosomas o genes.
Existe una prueba de tamizaje que puede realizarse cuando la mamá contempla factores de riesgo, por ejemplo, la edad. Con estos análisis es posible detectar algunas alteraciones cromosómicas, la más frecuente es el síndrome de Down, que se caracteriza por tener un cromosoma 21 extra.
En el caso de embarazos gemelares o múltiples, podemos decir que son muy particulares por sus diversas características. Ya sea que compartir la misma bolsa de líquido amniótico y placenta, o que cada uno tenga su propia bolsa y su propia placenta.
Hay enfermedades que sólo ocurren en los casos de gemelos. Tal vez para uno de ellos la circulación sanguínea sea predominante mientras que para el otro sea deficiente, lo que significaría que no está recibiendo los nutrimentos de la forma adecuada, teniendo un retraso en su crecimiento.
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