16-08-2017
Por S. Itazami Sandoval, DGDC-UNAM
“Está en sus días”, “es que ya está menopaúsica”, son frases que se refieren a los cambios hormonales que experimentan las mujeres en las distintas etapas de su vida, pero tales cambios también los sufren los hombres.
El climaterio masculino o andropausia es el descenso hormonal que ocurre de forma natural en hombres mayores de 40 años, cuyos efectos se presentan de manera paulatina, como la falta de retención de información o el decrecimiento de su actividad física.
“Lo que pasa al envejecer es que la hipófisis envía menores niveles de hormonas folículo estimulante y luteinizante, por lo que los testículos van a producir menor cantidad de testosterona y andrógenos, sin interrumpirlos totalmente hasta el final de su vida”, explica la maestra Ofelia Reyes Nicolat, coordinadora el Programa de Sexualidad Humana (PROSEXHUM) en la Facultad de Psicología de la UNAM.
Este proceso llega a manifestarse con síntomas psicológicos y fisiológicos. Por una parte, el hombre tiene cambios de humor, depresión leve o en ciertos casos, muestra violencia contra las mujeres.
- Fisiológicamente, como principal síntoma del descenso hormonal, los hombres pueden presentar problemas de erección esporádicamente, por lo que si confieren su masculinidad al desempeño sexual, pueden sentirse frustrados.
Sin embargo, es importante entender que se trata de un estado físico y psicológico normal en la vida de todos los seres humanos, que no debiera generar cambios negativos en su sexualidad.
De hecho, apunta la doctora Selma González, impulsora del PROSEXHUM, los hombres en la tercera edad tardan más en conseguir una erección, pero cuando la tienen pueden mantenerla incluso por más tiempo que un adulto joven.
Esta capacidad también tiene que ver con su estado de salud, es decir, si tienen enfermedades como la diabetes, hipertensión, sobrepeso e incluso, si pasan por una racha en el que su estado emocional no sea óptimo derivado, por ejemplo, de la pérdida de trabajo, bajo salario o muerte de un ser querido, pueden presentar fallas en la respuesta sexual.
Psicológicamente, los coloca en una gran desventaja porque pueden pensar ‘ya no puedo’, ‘voy a tener un cambio de preferencia sexual’ o la pérdida de virilidad. Algunos recurren a productos milagro como vigorizantes sexuales, que además de no ser confiables, no tienen ningún efecto”, comenta la especialista en sexualidad humana Ofelia Reyes.
Otras manifestaciones propias de este proceso son el cansancio, irritabilidad, poca tolerancia, insomnio, fatiga, olvidos frecuentes, cambios ligeros en la temperatura corporal como rubores o sofocos, así como cambios en la piel y el cabello.
La próstata también envejece y se endurece, por lo que después de los 40 años se considera indispensable acudir a revisiones y someterse a pruebas como el antígeno prostático, prueba sanguínea para descartar cáncer en esta glándula.
Las consecuencias más graves que pueden presentarse por la falta de atención médica son la disminución de la densidad mineral ósea, así como de la masa y fuerza muscular, y dependiendo de la historia familiar, afecciones oculares.
Por otra parte, en el caso de los hombres andropáusicos, aún no existen pruebas concluyentes sobre los efectos de un tratamiento hormonal, pero hay reportes donde se observa una mejoría en la libido y la función eréctil bajo el suministro de andrógenos bajo estricta vigilancia médica.
No está de más recordar que la andropausia es parte de un proceso de envejecimiento natural, continuo e inevitable. Hay que reconocerlo y aceptarlo para tomar las mejores medidas y prolongar una vida sexual saludable, con calidad, armonía y entendimiento.
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