25-11-2013
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
La dismorfia muscular es un trastorno mental, según la edición del quinto Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), en donde se ubica dentro de los Trastornos Dismórficos Corporales, caracterizados por la preocupación excesiva por la apariencia.
Algunos investigadores sugerían incluirlo en el grupo de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Si bien, ambos comparten la preocupación y obsesión por la imagen corporal, en el caso de la Anorexia y la Bulimia Nerviosas el centro es la alimentación.
El estudio de la imagen corporal en varones ha revelado que mientras alrededor de 80 por ciento de las mujeres buscan la delgadez, 50 por ciento de los hombres quiere reducir de peso porque tienen sobrepeso u obesidad y otro 50 por ciento quisiera aumentar su masa muscular.
La dismorfia muscular, que fue descrito por primera vez en 1993 y que también ha sido nombrado complejo de Adonis o vigorexia, se manifiesta con la preocupación excesiva de la apariencia física, además de un deterioro de la percepción de la figura.
La doctora Rosalía Vázquez Arévalo, investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, señaló que los hombres con dismorfia muscular tienen una compulsión por el ejercicio, el cual pueden realizar durante 5 horas diarias sin ser deportistas. Además, alteran su alimentación y distintos aspectos de su vida se ven afectados, uno de ellos, el social.
“Es gente que prefiere estar muchas horas en el gimnasio antes que ir con los amigos; incluso algunos de ellos han perdido relaciones interpersonales, evitan asistir a reuniones sociales porque mucha de la comida que se ofrece tiene grasa y ellos evitan este componente; lo que quieren es el tejido magro”, explicó.
Conforme la obsesión por la imagen corporal avanza, los hombres con dismorfia muscular empiezan a presentar conductas nocivas para su salud. Por ejemplo, realizan ejercicio excesivo aunque estén lesionados y sin haber consultado previamente a un médico. Por otra parte, pueden consumir esteroides anabólicos, ya que pretenden aumentar su masa muscular, aún con el riesgo de desarrollar afecciones cardiacas que los lleven a la muerte súbita.
Al respecto, la investigadora comentó que mientras en Estados Unidos el consumo de anabólicos está prohibido, en Europa no y en México la legislación no es muy clara al respecto y la mayoría de las veces estos se obtienen de manera ilegal.
10 por ciento de la gente que realiza pesas o está dedicada al fisicoculturismo puede padecer dismorfia muscular, estiman algunos estudios. Destaca que uno de los problemas relacionados con este trastorno es la baja autoestima. De hecho, muchos de los hombres que lo presentan buscan tener masa muscular porque dicen sentirse pequeños o débiles.
Asimismo, este es un trastorno que suele presentarse entre los 15 a 37 años de edad, aunque se han reportado casos de varones de 60 años que lo padecen. Los hombres que lo padecen desarrollan aislamiento y se sabe que en algunos casos después de una ruptura amorosa es que empiezan a realizar ejercicio compulsivamente.
La doctora Rosalía Vázquez Arévalo señaló que fue a partir de que empezaron a trabajar sobre el tema de imagen corporal en varones que encontraron que en ellos ya existe una idea muy arraigada del modelo de musculatura, es decir, los hombres prefieren tener figuras musculosas.
“Incluso los juguetes han cambiado; son más musculosos que hace 20 o 30 años, tienen una cintura marcada, una espalda ancha, unas piernas muy musculosas. Ahorita ya tenemos adolescentes que han recibido esa influencia cultural y cuando les preguntamos cuál es su figura ideal, quieren un vientre plano y marcado; les interesa ir al gimnasio y tener musculatura. Sin embargo esto no quiere decir que sea patológico, sino que ese ideal de musculatura ya está instaurado en nuestros jóvenes”, expresó la investigadora.
Explicó que, de acuerdo a sus investigaciones, hasta 15 por ciento de los usuarios de gimnasio llegan a presentar riesgo de dismorfia muscular. “Hemos visto que son personas perfeccionistas; finalmente vivimos en una sociedad que lo promueve, pero existe el perfeccionismo positivo que es aquel que te lleva a alcanzar tus metas, a superarte, y el negativo que te obstruye y en donde te pones una meta que es inalcanzable”.
Al respecto subrayó que para los hombres con este tipo de dismorfia, la musculatura nunca va a ser suficiente, pues al estar relacionada con la genética de cada persona, habrá quien desarrolle más músculo que otros, por lo que al llegar a su límite para ellos no es suficiente y empiezan a consumir esteroides anabólicos para seguir desarrollando masa muscular
Una investigación del grupo de la doctora Vázquez Arévalo sobre imagen corporal en los varones, encontró que para que los hombres se sientan satisfechos no solo basta estar en un peso normal, sino hacer ejercicio y tener un cuerpo marcado.
“Ahorita estamos haciendo un estudio de detección, pero es una población difícil; es gente que hay que entrevistarla en el gimnasio. En un primer acercamiento que tuvimos hace unos seis años, 60 por ciento de los usuarios de gimnasio reconocieron que consumían algún tipo de proteína y entre ellos anabólicos y en la actualidad, solo alrededor de10 por ciento lo reconoce”, explicó.
Rosalía Vázquez Arévalo dijo que ha aumentado el número de revistas masculinas de belleza, además de que se ha visto que el modelo ideal que presentan los medios de comunicación son hombres que han disminuido su peso pero no su masa muscular.
“Esta cultura está permeada por un culto al cuerpo increíble, en hombres y mujeres, concluyó. Se piensa que la gente entre más delgada es más saludable y eso no necesariamente es cierto. El bajo peso está asociado a mayores infartos o problemas de desnutrición severos. Parece que somos solo cuerpo y este debe estar perfecto; descartamos nuestra inteligencia, sentimientos y otras habilidades. Debemos aceptarnos y buscar un cuerpo saludable de acuerdo a nuestras características”.
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