21-09-2015
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
Después del sismo de 1985, que tuvo graves consecuencias para la ciudad de México, se han logrado destacados avances en sismología e ingeniería sismológica. Además, fue un parteaguas para la organización de la protección civil, como una actividad importante para el gobierno y los tomadores de decisiones, coincidieron expertos durante el congreso Avances y retos en sismología, ingeniería y gestión del riesgo a 30 años del sismo de 1985.
El sismo del 19 de septiembre de 1985, cuya magnitud fue de 8.1 y causó daños estimados por más de 4 mil 100 millones de dólares y más de 6 mil muertes, fue una llamada de atención de lo mucho que en ese momento faltaba entender de los efectos de los sismos. Por lo tanto, las investigaciones que desde entonces se han realizado han permitido tener una mayor comprensión de la amenaza sísmica en el valle de México.
Hace 30 años los mexicanos no teníamos conciencia clara de la vulnerabilidad a la que estaba expuesto nuestro país en materia de sismos, de fenómenos hidrometeorológicos o de los volcanes, señaló Luis Felipe Puente Espinosa, coordinador nacional de Protección Civil, al participar en la inauguración del congreso.
Agregó que desde ese entonces han sido muchos los avances en investigación que permiten analizar diariamente los efectos de un sismo, sus características, condiciones y posibilidades de que podamos afrontar otro sismo como el que sacudió a la capital del país hace tres décadas.
Hoy en día, muchos jóvenes no tienen conciencia clara de cuáles son los riesgos que representa enfrentarnos a un sismo como el que se vivió en 1985 –expresó– por lo que para conmemorar esta fecha el sábado 19 de septiembre se realiza un gran simulacro en la ciudad de México.
El conocimiento generado a partir de la investigación sismológica debe ser utilizado para conformar acciones y políticas públicas que permitan mitigar los efectos de los sismos, destacó el doctor Carlos Valdés González, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en su participación en el congreso celebrado en la UNAM.
Por ejemplo, utilizando el Atlas Nacional de Riesgos es posible estimar que 7.4 millones de habitantes, 2.2 millones de viviendas, 334 centros de salud y 5210 escuelas se encuentran en la zona III de la ciudad de México (la de mayor riesgo sísmico), por lo que se deben fortalecer los esfuerzos para aplicar los conocimientos sísmicos a la mitigación de los efectos que generan estos fenómenos naturales.
Todos los simos son un recordatorio de que vivimos en un país sísmicamente activo, por lo que destacó la importancia de contar con un plan familiar de protección civil.
El congreso, que tuvo lugar del 17 al 19 de septiembre de 2015, mostró los avances en sismología e ingeniería sismológica, así como los nuevos paradigmas en gestión de riesgos, pero también es una oportunidad para establecer los retos que estas disciplinas tendrán en el futuro, puntualizó el doctor Arturo Iglesias, director del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Por su parte, el doctor Adalberto Noyola Robles, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, destacó que desde sus inicios dicha institución ha dado una gran importancia a los aspectos sísmicos y a la revisión constante de los criterios para el diseño sísmico de estructuras, por lo cual ha sido reconocido a nivel nacional e internacional.
Dijo que de investigadores de este instituto surgieron teorías probabilísticas de la evaluación del diseño y del peligro sísmico, así como investigaciones que mostraron la importancia de los efectos de la amplificación de las ondas sísmicas en suelo blando y una mayor comprensión de los efectos de sitio.
La doctora Xyoli Pérez Campos, responsable del Servicio Sismológico Nacional, señaló que este foro académico ha permitido la discusión de lo aprendido en los últimos 30 años en materia de sismos, así como identificar los retos en las distintas disciplinas. Además entre los objetivos del encuentro, expresó, está que las futuras generaciones no vivan una experiencia como la que se tuvo hace 30 años.
Los arrecifes coralinos, bajo constante amenaza por la acción humana
La mejor manera de conservar un libro es usándolo. Hoy es el Día Mundial del Libro
Coronavirus. Enfermedades emergentes, amenaza latente