Coronavirus. Evitar incendios, más durante la pandemia de COVID-19

La pandemia por coronavirus ha tomado al mundo desprevenido y ha puesto al descubierto los grandes problemas de salud de la humanidad. Cada país tiene sus retos locales. En México, un factor a considerar es la temporada de incendios, según predicciones del Instituto Geofísica de la UNAM.

A nivel nacional, la mayor cantidad de incendios forestales ocurre en los meses de abril a junio y este 2020 esos meses coinciden además con las previsiones de mayor número de casos de coronavirus en México, advierte el doctor Víctor Velasco, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM

De acuerdo a los comunicados de la Organización Mundial de la Salud, entre los grupos más vulnerables a COVID-19 se encuentran las personas con enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Además, explica, el humo y las partículas de los incendios forestales afectan sobre todo a personas con estas enfermedades, por lo que este año estarían enfrentando un doble riesgo.

El investigador dijo que sus resultados, obtenidos mediante el análisis de datos con inteligencia artificial, muestran que este año inicia una temporada muy alta de incendios forestales en todo el país.

Este 2020 en particular, los incendios forestales podrían ser un catalizador para ocasionar una mayor crisis de salud, Por lo que es una responsabilidad de las autoridades y de toda la población mexicana combatir los incendios forestales, especialmente los que son ocasionados por las actividades antrópicas, que son más del 90 por ciento.

Aportaciones de la geofísica a la comprensión de pandemias

La pandemia no solo es un problema médico y de salud. Es mucho más complejo por lo que se requiere estudiarla con diferentes enfoques y herramientas, comenta el científico. La percepción remota aeroespacial combinada con la inteligencia artificial es una de ellas. En el pasado, diversos grupos de investigación ya han estudiado la relación entre las condiciones atmosféricas y la propagación de virus.

El doctor Víctor Velasco agrega que se están analizando las condiciones climáticas en las que se expande la COVID-19 como las condiciones de humedad y temperatura, además de la radiación solar ultravioleta, capa de ozono y contaminación, entre otros. Ya se están considerando varias hipótesis empíricas.

Señala que simulaciones recientes de la pandemia de coronavirus, llevadas a cabo con inteligencia artificial, muestran un patrón según el cual los lugares con mayor número de casos son en primer lugar aquellos en los que ha habido epidemias recientes de malaria, como el caso de Italia.

En segundo lugar, sitios en los que la contaminación del aire es muy elevada como el caso de Irán. En este país además de la contaminación atmosférica, el bloqueo económico les impide el acceso adecuado a las medicinas. Brasil es otro ejemplo en donde además de haber tenido problemas de malaria, hay mala calidad del aire por los incendios forestales.

Las simulaciones también señalan que la cantidad de luz ultravioleta que nos llega del Sol es un factor importante a tomar en cuenta. El coronavirus brotó en invierno una época en la que hay poca luz ultravioleta. En nuestro caso podría ser un aliado en contra de la pandemia, aunque dijo que sería importante frenarla antes de la época de lluvias, porque un ambiente húmedo es propicio para los problemas respiratorios.

El doctor resaltó que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Secretaria de Salud en México cuentan con mapas que reportan los casos de malaria, además disponen de mapas de contaminación atmosférica, los cuales podrían utilizar para tomar medidas anticipadamente.