28-02-2020
Por María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC
El último día de febrero de cada año se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Raras, de las cuales se conocen más de 7 mil, sin embargo, se les identifica como raras porque tienen una prevalencia baja en la población. Algunas se presentan en 1 de cada 2 mil recién nacidos vivos, 1 en cada 600 mil, o incluso, 1 en un millón de personas.
Una de estas enfermedades raras es la fibrosis quística, la cual es un padecimiento hereditario, provocado por una anomalía en el transporte de cloro en las células epiteliales, lo que provoca que varios órganos presenten fallas, como el pulmón, el páncreas, el intestino, las glándulas sudoríparas y el aparato reproductivo, sobre todo en varones.
85% de los pacientes con fibrosis quística tiene una enfermedad que se manifiesta de manera grave, y muchos de los niños mueren en el primer año de vida si no se les diagnostica y atiende oportunamente.
“Esta enfermedad tiene una herencia autosómica recesiva, con expresividad muy variable y cuyo defecto básico es la alteración de un canal de cloro que se encuentra en las células epiteliales, es decir, aquellas que revisten los conductos del cuerpo”, explica la doctora Lorena Orozco del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN).
- En México se estima una sobrevida hasta los 18 años. En los países desarrollados, donde el diagnóstico y el tratamiento son oportunos, tienen una sobrevida de hasta los 45 o 50 años.
El tamiz neonatal puede dar sospecha de fibrosis quística, sin embargo, la investigadora señala que éste tiene como objetivo identificar niños con alto riesgo para padecer la enfermedad, pero no es una prueba diagnóstica, por lo tanto, los niños con alto riesgo deben someterse a la determinación de los cloruros en sudor y a un estudio molecular para detectar las variaciones patogénicas en el gen CTFR, que son las responsables de la enfermedad.
Aunque esta última es la prueba de certeza para el diagnóstico de fibrosis quística, en México generalmente -dijo-, a lo que se recurre es a la detección de cloruros en sudor, el estándar clínico de oro para el diagnóstico de fibrosis quística.
A lo que se suma que la única institución mexicana donde se realiza el análisis molecular completo del gen CFTR es en el INMEGEN y, por lo tanto, el diagnóstico de certeza y la detección de los portadores; en otras instituciones como el Instituto Nacional de Pediatría y algunos centros médicos en Monterrey y en Guadalajara, únicamente se detectan las cinco variantes patogénicas más frecuentes en mexicanos.
Existen consorcios internacionales que se dedican a hacer catálogos de las variantes que afectan al gen CFTR (causante de la fibrosis quística). Hasta el momento se han descrito más de 2000 diferentes, que son responsables de dicha enfermedad.
Con la búsqueda de las cinco mutaciones más frecuentes en este gen, en poblaciones caucásicas es posible detectar entre 80 y 90% de los cromosomas afectados, sin embargo, en México tenemos una particularidad (dado que somos una población muy heterogénea), y es que con estas cinco mutaciones sólo detectamos menos de 50% de los casos.
Por lo tanto, la investigadora explica que con las herramientas que cuentan en la actualidad es posible analizar todo el gen para identificar casi todas las variantes presentes en éste, no nada más las cinco más frecuentes.
“Hemos encontrado (en los niños mexicanos) más de 80 variantes patogénicas diferentes, y con ello, nos atrevemos a decir que la población mexicana es una de las que tiene la mayor heterogeneidad en cuanto a variantes patogénicas que van a generar fibrosis quística. Eso hace más complejo y costoso el diagnóstico, aunque en la actualidad ya hemos logrado abaratar los costos estandarizando las técnicas moleculares de diagnóstico”, explica.
El gen de fibrosis quística tiene el código para la síntesis de un canal de cloro, cuya función es mantener el equilibrio hidroelectrolítico entre el exterior y el interior de la célula. Y aunque todos tenemos los mismos genes, en los niños con fibrosis quística este gen presenta alteraciones que provocan que este canal de cloro no haga su función: “todos tenemos este gen, si no lo tenemos o no nos funciona, entonces padecemos fibrosis quística”.
Para que se presente la fibrosis quística ambos padres deben ser portadores y heredar al hijo las mutaciones. Es decir, cada uno de los padres tiene una copia normal y otra mutada del gen CFTR y cuando el hijo hereda ambas copias alteradas, ocurre la enfermedad.
“El paciente tiene que ser homocigoto, cuando heredó la misma variante genética de los padres, o heterocigoto compuesto, cuando el padre la haya heredado una variante de las que se han reportado y la madre otra, pero que sus dos alelos estén funcionando de manera inadecuada”, explica la investigadora.
En un gen se puede dar una alteración en distintos momentos, por ejemplo, el error puede ocurrir al momento en que se forma el cigoto. Aunque esto no es común en el caso de fibrosis quística, se han detectado algunos casos, por ejemplo, el equipo de investigación dirigido por la doctora Orozco recientemente reportó el noveno caso en el mundo de una mutación de novo, es decir, que no está en uno de los padres, pero que ocurre cuando el niño se está formando.
Generalmente, en la fibrosis quística las mutaciones vienen desde los ancestros, es decir, si un niño presenta esta enfermedad esto significa que alrededor de él hay otros portadores: sus padres, uno de sus abuelos y bisabuelos de ambas ramas, algunos de sus hermanos, tíos o primos. Sin embargo, la enfermedad no se manifiesta hasta que dos portadores tienen hijos.
Ésta es una enfermedad que no está notificada en los sistemas de vigilancia epidemiológica y por lo tanto no se conocen con exactitud algunos datos. Sin embargo, de acuerdo con estudios que se realizan en la Asociación Mexicana de Fibrosis Quística y en el INMEGEN, se estima que la frecuencia de portadores de fibrosis quística en México puede ir de 1 en 60 a 1 en 80, a diferencia de los caucásicos que es de 1 en 25.
La doctora Orozco destaca que es importante celebrar el Día de las Enfermedades Raras porque es necesario que la sociedad y los mismos tomadores de decisiones tengan conciencia de la existencia e importancia de estas enfermedades, “ya que hay un sub-diagnóstico importante por desconocimiento hasta de los propios médicos, además de que, por su prevalencia, los tomadores de decisiones no la consideran un problema de salud que afecte a la sociedad. Es una excelente idea que se dedique, aunque sea un día, para hacer conciencia de la importancia que tiene el atender estos niños de manera oportuna”.
¿Qué pasa con la población indígena? "Nosotros hemos trabajado con cerca de 3500 indígenas en sus propias comunidades, y estamos explorando cuántos portadores tenemos en esta población para poder diagnosticar a las familias, porque de la presencia de fibrosis quística en la población indígena, prácticamente no sabemos nada y es casi seguro que estos niños mueren aún más temprano por falta de diagnóstico.” Lorena Orozco
Como parte de los trabajos de investigación, la doctora y sus colaboradores han revisado y diagnosticado cerca de 500 familias indígenas en el Inmegen y en el Instituto Nacional de Pediatría.
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