29-08-2018
Por Isabel Pérez, Ciencia UNAM, DGDC
Su pasión por los mayas nació desde que era niño. “Mis tíos alguna vez nos llevaron a conocer las ruinas de Palenque y quedé tan impresionado y satisfecho con lo que vi que desde entonces supe que a eso me dedicaría cuando fuera mayor”.
Desde temprana edad, Guillermo Bernal Romero, integrante del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, supo escribir los números mayas del uno al 19, llamaban tanto su atención que aprendió rápido. Actualmente, le satisface realizar cómputos de millones de años porque entiende mejor el sistema en su conjunto.
Hoy, dice sentir la misma emoción, la misma fascinación y el mismo amor por la cultura maya que cuando era niño, pues siempre le ha provocado deseos de querer compartir todo lo aprendido con la gente que le rodea.
Siendo muy joven, en los años ochenta, estudió historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y posteriormente, arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Fue entonces que tuvo sus primeros acercamientos a la escritura maya y las investigaciones arqueológicas sobre el mismo tema.
Tiempo después, viajó a Palenque, Chiapas, donde se dedicó a analizar inscripciones jeroglíficas para luego ser contratado por el Centro de Estudios Mayas del referido Instituto.
“Lo que yo he investigado desde un inicio, es la zona occidental maya no sólo en Palenque, sino en sitios cercanos como Tortuguero, Santa Elena, Toniná, Yaxchilán y Bonampak, entre otros lugares. Además, ha realizado estudios sobre el calendario, y cómputos cronológicos mayas.
“En el centro de Palenque logré detectar un ciclo nuevo del calendario maya, el ciclo de 63 días. Y es que existía un cómputo que no sabíamos a qué se refería en la inscripción que estábamos estudiando, pero de lo que sí teníamos conocimiento es que se inscribía en unas cláusulas calendáricas poco frecuentes que aparecían en distintas ciudades”, detalla.
Ahí pude observar que existían lapsos que eran múltiplos perfectos de 63 días, sostiene. Guillermo Bernal afirma que él fue el primero en identificar esta constante. Asimismo, dentro de los cómputos cronológicos mayas, el mayista inglés John Eric Thompson descubrió en 1931 un ciclo de nueve días y luego, en 1943, un ciclo de 819 días.
Tres lustros después de la muerte de Thompson (1975), los investigadores japoneses Yoshiho Yasugi y Kenji Saito revelaron la existencia de un ciclo de siete días. El ciclo de 63 días engrana perfectamente con los periodos descubiertos por el sabio inglés y los académicos nipones, ya que 9 x 7= 63 y 63 x 13 = 819. Así, la epigrafía maya sea calendárica o de reconstrucción, resulta una tarea fascinante.
Uno de los logros más importantes de Guillermo Bernal fue el descubrimiento de un gobernante palencano antes desconocido, llamado Upakal K’inich Janaahb’ Pakal, quien fue nieto de K’inich Janaahb’ Pakal II o “El Grande”. También descifró el glifo maya T514, cuyo significado es yej: “filo”, el cual que ha permitido leer, por primera vez, el nombre de la tumba del rey Pakal.
Ello ocurrió en 2014, 62 años después de haber sido descubierta la cámara funeraria más imponente y espectacular de la América precolombina (15 de junio de 1952). En el Templo de las Inscripciones, donde se encuentra la cámara funeraria descubierta por el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier, se lee “La Casa de las Nueve Lanzas Afiladas es el nombre de la tumba de K’inich Janaahb’ Pakal, Sagrado Gobernante de Palenque”.
- Guillermo Bernal considera que las grandes ciudades mayas representan el momento más esplendoroso del mundo mesoamericano. El resultado sobre la historia dinástica de Palenque ha sido una de sus más importantes contribuciones en su labor como investigador.
En este momento, se encuentra estudiando cuestiones muy específicas de la historia dinástica de Palenque que tienen que ver con el uso de ciertas fechas emblemáticas de esta ciudad, como los días 1 Ajaw, 8 Ajaw y 9 Ik’.
También estudia cómputos registrados en otros sitios mayas. Uno de ellos es Xultún, Guatemala, donde ha detectado un ciclo de 1 195 740 días, que los mayas emplearon para ensamblar el ciclo de 819 días y con el de la Rueda Calendárica (18 980 días).
El área esencial de investigación de Guillermo Bernal Romero ha sido la lectura, desciframiento e interpretación de las inscripciones jeroglíficas mayas. Los resultados de sus continuas investigaciones sobre la historia dinástica y de la vida ceremonial de Palenque los ha publicado en artículos de divulgación en revistas especializadas, así como en algunos libros.
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