30-08-2017
Por Isabel Pérez, DGDC-UNAM
Paleontólogo por convicción, René Hernández Rivera ha puesto el corazón en cada una de las investigaciones que ha realizado en torno a los dinosaurios. Se ha convertido en un cazador innato de todo lo que tiene que ver con estos animales milenarios que para algunos son ficción.
El investigador del Instituto de Geología de la UNAM participó en lo que fue el primer montaje de dinosaurio recolectado y armado en México, proyecto que se desarrolló en Coahuila.
“Ahí encontramos un sitio que parecía un tiradero de huesos y seleccionamos los que podían servir para armar un esqueleto de dinosaurio”, relata. Pero también se localizaron restos de piel, acompañados de otros organismos como gasterópodos, moluscos y ammonites.
En Baja California, por ejemplo, halló huevos de dinosaurios neonatos, algunos intactos y otros abiertos; estos últimos indican que los dinosaurios llegaron a nacer. En otras entidades como Sonora, fueron descubiertas huellas de pisadas de estos reptiles, así como restos de esqueletos.
Uno de los objetivos principales de Hernández Rivera era demostrar que en México había dinosaurios, y lo logró a partir de diversas investigaciones que lo llevaron a encontrar huesos de estos animales en diferentes partes de la República.
Uno de los vestigios más importantes que ha encontrado es el de un reptil volador, un vertebrado descubierto en Tamaulipas en el año de 1985.
“Con ese hallazgo se confirmó la idea que se tenía de cómo se elevaban los reptiles voladores; esta teoría consiste en que los dinosaurios se trepaban a objetos de grandes alturas para luego lanzarse al vacío y tomar el vuelo. La idea se fortaleció porque sus extremidades inferiores tienen forma cuadrada, lo que les impediría correr para después arrancar a volar”, explica.
Oriundo del popular barrio de La Merced, el Maestro en Ciencias menciona que siempre le han apasionado los estudios del pasado, sobre todo lo relacionado con los dinosaurios mexicanos y diversos mamíferos históricos. Son tantos los fósiles que él y su grupo de colaboradores han encontrado, que difícilmente podrían cuantificarse.
Los dinosaurios siempre le han parecido fascinantes, no sólo por su tamaño, sino por toda su estructura física y el contexto en el que vivían.
Los nombres de los dinosaurios también son de llamar la atención, pues parecen trabalenguas y la mayoría terminan en “saurus”; además sus significados y pronunciación gustan mucho a los niños, menciona con agrado.
Cuando no está en trabajo de campo, René Hernández se adentra a su quehacer en el Laboratorio de Paleontología. Se dedica a enseñar a sus alumnos cómo limpiar y dar mantenimiento al material recolectado a fin de que siga siendo útil para la investigación.
El especialista en estudios prehistóricos se ha interesado por la prospección de fósiles, su preparación, restauración, duplicación y montaje, además del desarrollo y publicación de libros digitales con licencia Creative Commons.
Estar en su laboratorio es como adentrarse a una parte de la vida de los dinosaurios. Restos de esqueletos de reptiles y otros mamíferos son parte de esta estancia. Para él, ésta es su segunda casa, pues dice que puede pasar horas en el laboratorio sin que se dé cuenta del correr del tiempo.
“Desde que entro al laboratorio comienzo a trabajar, ya sea restaurando material o planeando mi próxima “huida” para continuar con más expediciones de investigación”.
Parte de su tiempo lo dedica a la divulgación. René encabezó el montaje de la exposición “Reviviendo a los dinosaurios. De los fósiles a la expresión viva”, que se presentó en Universum, Museo de las Ciencias. En ella, paleontoartistas y académicos recrearon la forma y apariencia de los grandes reptiles.
El investigador se ha dedicado a la enseñanza de las técnicas empleadas en la paleontología de vertebrados que incluyen la prospección, recolección, preparación y montaje a través de cursos y talleres en diferentes universidades y distintos niveles en México y en el extranjero.
Ha participado en 52 Congresos, la mitad de ellos a nivel internacional, realizados en Estados Unidos, Canadá, Argentina y China, en donde se han dado a conocer los resultados de los trabajos de investigación en los que ha colaborado.
- René Hernández Rivera participó en la exploración en una localidad del Jurásico del Noroeste de China, en donde se descubrieron entre otros fósiles de enorme importancia, el Guang long considerado el tiranosaúrido más antiguo del mundo y el Limnusaurus dinosaurio que ayudó a revelar el origen de los dedos en las aves.
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