02-09-2013
Por Miriam Maltos, DGDC-UNAM
México cuenta con un valioso patrimonio natural biótico, es decir, flora y fauna. Se sabe que cerca del 12.9 % del territorio nacional, aproximadamente 253 mil km2, cuenta con protección por parte de la nación bajo alguna de las modalidades establecidas en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA).
En la mayoría de los países el patrimonio biótico capta la atención fundamental de las políticas de estado, o inclusive de la academia, en cambio, existen pocos ejemplos en donde realmente se promueva y se valore el patrimonio abiótico; entendido básicamente a través de los rasgos geológicos y geomorfológicos, como las formas del relieve, los minerales, las rocas fósiles, los suelos y otras manifestaciones geológicas.
Existen iniciativas en varios países que intentan demostrar la importancia del patrimonio y de los rasgos geológicos y geomorfológicos.
“El programa Geoparques, el cual ha causado un gran impacto a nivel mundial, promovido por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas y la UNESCO, tiene como objetivo poner a la par la biodiversidad y la geodiversidad de los sitios. Es claro que no podemos hablar de conservación sino hablamos de bioconservación y de geoconservación”, señaló el doctor José Luis Palacio Prieto, del Instituto de Geografía de la UNAM.
Un geoparque es un territorio con límites bien definidos que tiene una superficie lo suficientemente grande para permitir el desarrollo económico local. El geoparque comprende un número de sitios representativos, no solo reúne elementos del patrimonio geológico y paleontológico, sino también aquellosde interés arqueológico, ecológico, histórico y cultural, explicó el geógrafo.
“Las metas generales de estos sitios son la conservación y el mantenimiento de un ambiente mucho más saludable; la promoción de la investigación y la educación de las ciencias de la tierra en particular, así como la promoción del desarrollo económico sustentable a nivel local, a partir de actividades que se denominan geoturismo.”
En nuestro país, el desarrollo de geoparques es incipiente. Recientemente se ha buscado, a través de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), establecer los sitios geológicos y geomorfológicos desatacados que permitan establecer su conservación y promoción, expuso el investigador.
“En buena parte de las Áreas Naturales Protegidas podemos encontrar un patrimonio geológico y geomorfológico digno de ser valorado y promovido. Las ANP, conllevan implícitamente mecanismos de protección y administración que se requieren también para un geoparque.”
El experto indicó que un ejemplo claro es el Parque Turístico Prismas Basálticos que estáen Huasca, en el Estado de Hidalgo. Este sitio ha permitido darle trabajo a 100 empleados directos y a 400 cuando hay pico turístico.
“De esta forma, lo que intentamos hacer es identificar aquellas ANP que pudieran ser un punto de lanza para comenzar el establecimiento de geoparques.”
A partir de la opinión de doce expertos de la UNAM y de otras universidades, se seleccionaron 30 sitios a partir toda una serie de variables, como el valor científico, el valor ambiental, el valor escénico o estético, el valor cultural y el valor económico.
Áreas como el Izta-Popo y el Nevado de Toluca, en el Estado de México; la Samalayuca, en Chihuahua; Cabo San Lucas, en la península de Baja California; y La Isla Espíritu Santo, en Baja California Sur, entre otras; son las que resultaron de este trabajo de selección.
José Luis Palacios puntualizó que en México existe un amplio patrimonio geológico y geomorfológico que valdría la pena aprovechar y difundir. Las Áreas Naturales Protegidasno son el único recurso, pero sin lugar a dudas constituyen figuras legales que pueden hacer el trabajo más sencillo.
José Luis Ruvalcaba Sil, promotor del estudio interdisciplinario del patrimonio cultural
INFOGRAFÍA: Patrimonio Cultural
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