21-12-2021
Por María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC
Los pinos cobran fama en la época decembrina, pero su valor está presente todos los días del año. Estos árboles brindan distintos servicios ecosistémicos, además son una fuente de ingresos económicos y las zonas en donde se ubican son un lugar de esparcimiento para las familias.
En el mundo existen más de 100 especies de pinos y alrededor de la mitad viven en territorio mexicano, la mayoría de las cuales, además, son endémicas, es decir, sólo crecen en nuestro país.
El fósil más antiguo de polen de pinos que se tiene en México es de alrededor de hace 23 millones de años, de la época geológica conocida como Mioceno. La doctora Alejandra Citlalli Moreno Letelier, del Instituto de Biología de la UNAM, explica que en ese momento empezó a hacer más frío y muchas de las especies de plantas que vivían en lo que hoy conocemos como el norte de Estados Unidos y el sur de Canadá migraron a lo largo de miles de años hacia el sur del continente, llegando a México.
“Esta migración fue posible porque durante más o menos el mismo tiempo del Mioceno empiezan a formarse las cadenas montañosas, tanto las Rocallosas (que está paralela a la costa oeste de Estados Unidos) como la Sierra Madre Occidental (que va paralela a la costa de México). Entonces, básicamente lo que hicieron los pinos y muchas otras especies es que usaron las montañas como carreteras para ir migrando hacia el sur”, explica la especialista en biología evolutiva.
Posteriormente, durante el Pleistoceno, ocurrieron varias glaciaciones de manera cíclica. Por ello, del norte al sur del continente hubo mucho movimiento de especies de clima templado. Así, los pinos en México se movieron entre las montañas y los valles, e incluso existe evidencia de que en algún momento hubo pinos en el desierto de Chihuahua.
“¿Por qué en México hay tantos? Creemos que es una combinación entre las diferencias de clima que hay en nuestro país, que son muy grandes, y los procesos inherentes de las poblaciones. Además, pueden vivir en zonas con climas tan distintos, porque los organismos van buscando las zonas en donde no se mueren”, afirma.
- En México pueden encontrarse pinos tanto en las selvas de Quintana Roo, los bosques de niebla, zonas húmedas y hasta en el semidesierto. El único lugar en donde no están presentes es en áreas pantanosas, como las del estado de Tabasco.
Los pinos son un género de árboles muy tolerantes a condiciones extremas de clima, no solamente a la sequía de un desierto sino también al frío extremo, porque tienen estructuras celulares que les permiten soportar esas condiciones.
Asimismo, son plantas pioneras, es decir, son los primeros que se establecen cuando hay un incendio o una erupción volcánica, ya que pueden surgir en suelos muy pobres, pues ellos mismos van reacondicionando el propio suelo.
La doctora Moreno, quien además es curadora de la Colección de Árboles del Jardín Botánico de la UNAM, destaca que una de las características que permite que los pinos tengan la posibilidad de vivir en climas tan distintos y de evolucionar en especies diferentes es que cada vez que se reproducen, generan muchas semillas, y algunas especies, sobre todo las que no son piñoneros, tienen semillas muy ligeras, que al abrirse el cono que está en la parte más alta del árbol pueden volar varios metros, por lo que algunas de ellas tendrá la posibilidad de establecerse.
Además, son una especie que tiene una relación de mutualismo con las aves, la cual beneficia a ambos, pues ellas son quienes dispersan las semillas de los pinos piñoneros.
Otra característica de los pinos son sus hojas, las cuales parecen agujas, lo que les permite no perder tanta humedad. Así, pueden sobrevivir en zonas muy secas aun teniendo hojas muy delgadas.
Los pinos, y en general las coníferas, son muy resistentes al fuego. Al respecto, la doctora Moreno explica que esto ocurre porque han evolucionado juntos y de hecho hay pinos que sólo pueden reproducirse cuando hay un incendio, pues en ese momento abren sus conos y caen las semillas.
- En México existen pinos que viven en las altitudes mayores del mundo, hasta 4 mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Entre los servicios ecosistémicos que proporcionan están el ser fuente de alimento para varios animales como las aves, las ardillas y otros roedores. Asimismo, estabilizan el suelo, ya que al ser los primeros que crecen después de un incendio, permiten que se acumule materia orgánica y se empiece a formar suelo para que se establezcan ahí otras plantas.
“Son los que empiezan este proceso que se llama sucesión, en términos ecológicos; es decir, después de un incendio los pinos son de los primeros en establecerse y generan condiciones que permiten que las demás especies empiecen a llegar. Además, con las hojas que se caen forman alfombras y se descomponen muy lentamente, eso cambia las características de temperatura y humedad y químicas del suelo”, comenta la investigadora.
Además, establecen relaciones simbióticas con otros organismos como los hongos, fijan carbono, producen oxígeno, regulan el clima y la temperatura local, entre otras funciones.
Asimismo, los pinos son la fuente preferida de madera de los habitantes de las zonas boscosas, por dos razones; la primera, es porque crecen muy rápido y, la segunda, porque son rectos. Además, según la especie, algunos tienen madera más dura y otros más blanda, lo cual les permite ser fácilmente utilizables, pues no se necesita tecnología muy específica para cortarlos y aprovecharlos.
“Eso es una ventaja y una desventaja, porque eso hace que la tala clandestina afecte directamente a los pinos más que a otras especias, aunque, si hay una explotación maderera sustentable y bien diseñada, eso permitiría que los bosques se conserven muy bien”.
La doctora Moreno Letelier destaca que los pinos proporcionan resinas que tienen distintos usos industriales para hacer solventes, jarabes para la tos, pinturas y lubricantes para motores. Sin embargo, uno de los principales problemas a los que se enfrentan es que son susceptibles de ser atacados por insectos descortezadores, además de que es viable que se enfermen por infecciones de hongos o bacterias que pueden matar bosques completos.
- La mayoría de los árboles que se comercializan en épocas navideñas no son pinos, son otro tipo de coníferas conocidos como abetos y abetos Douglas, los cuales viven en zonas más restringidas y en climas templados-fríos. Uno que sí es pino y se siembra en el sur de la Ciudad de México es el pino ayacahuite o pino vikingo, el cual es endémico del centro del país.
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