08-04-2021
Por Isabel Pérez Solís, Ciencia UNAM-DGDC
Desde la época ancestral, nuestros antepasados mantenían una dieta basada en vegetales, tubérculos y algunos productos de origen animal. Esto les permitía conservar una vida saludable. Se dedicaban a la recolección de hortalizas, la caza de animales y se trasladaban de un lugar a otro buscando dónde obtener alimentos dependiendo de la época del año.
Así, siendo una costumbre de miles de años, se confirma que consumir vegetales y productos provenientes de la tierra, es lo más saludable. Por esta razón, y ante la contingencia por COVID-19, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), elaboró la guía Sobreviviendo a la COVID-19 en México: el remedio olvidado.
En el texto se resalta la importancia de mantenerse sano, de fortalecer el sistema inmune para reducir la severidad o los efectos graves de los virus y ayudar al cuerpo a sanarse en caso de contagio sin dejar de lado medidas de protección como: lavarse las manos frecuentemente, mantener la sana distancia entre las personas y usar correctamente el cubrebocas.
En el documento se pone énfasis en la diversidad de alimentos, la dieta tradicional mexicana, los sistemas de cultivo naturales, los conocimientos ecológicos tradicionales y el importante papel del agricultor.
La publicación está conformada por cinco capítulos: La alimentación sana: apoyo para enfrentar el coronavirus; el huerto de la naturaleza; identificando alimentos para cuerpos fuertes; una celebración mexicana con alimentos nutritivos y saludables, y alimento saludable de México para los mexicanos.
- Esta guía es una alternativa innovadora en respuesta a la necesidad de una dieta adecuada en tiempos de COVID-19 en México.
Amanda Gálvez Mariscal, académica de la Facultad de Química de la UNAM y quien participó en el proyecto, menciona que se trata de una guía donde se busca revalorizar los alimentos que se han dejado de consumir.
“Sucede que nos hemos olvidado de los alimentos tradicionales y de las formas habituales de sembrar, lo que ha traído como consecuencia que la dieta esté basada en muy pocas especies, en pocas plantas distintas; entonces la mayoría de las calorías las estamos consumiendo del maíz, el trigo y el arroz. Estos se consideran los principales cereales y casi todos los alimentos se elaboran con esos ellos y con muy pocas verduras”.
Es así que los vegetales han quedado de lado, pues la población en su mayoría piensa que sólo aportan fibra. Por eso, en esta guía se trata de revalorizar este tipo de alimentos; las hojas verdes y tiernas que se deberían consumir contienen muchos nutrimentos que no son muy visibles o populares, pero vienen perfectamente dosificados en las verduras, señala en entrevista para Ciencia UNAM.
Lo que se busca con este documento, es apreciar las formas tradicionales de comer y cultivar estos productos que no se han aprovechado en su justa medida. Y es que desde la llegada de los españoles a Tenochtitlan, se tiene la idea de que este tipo de alimentación era propia de la población pobre o indígena, pero en realidad es todo lo contrario, ya que las hortalizas son ricas en minerales y fitocompuestos originales de las plantas.
Y no sólo eso. Otro beneficio es que estas hortalizas son de la localidad, alimentos que se cultivan en tierras mexicanas, por lo regular muy cerca de los lugares de consumo, por lo que generalmente son productos sumamente frescos.
En la guía, se sugiere incluir diferentes verduras en la dieta diaria, con lo que se podría tener acceso a una gran variedad de minerales, vitaminas y otros compuestos que sólo podemos encontrar en las plantas; entre ellos, está la baba del nopal, un polisacárido muy útil para controlar la glucosa y alimentar la microbiota intestinal, es decir, todos los microorganismos que están dentro de nuestro organismo y que son sumamente importantes para la salud.
Para estar sanos, el cuerpo necesita de una variedad de alimentos de los diversos grupos alimenticios: almidón y carbohidratos, los encontramos en el maíz, arroz, frijol, amaranto, papas, yuca, camotes y papaya. Proteínas, las cuales se incluyen en legumbres como frijol pepitas de calabaza, cacahuates, lentejas; también en la carne, pescado, nueces, huevos, ciertos insectos y leche.
Las grasas saludables, que son las más recomendadas, se encuentran en aceites de pescado, aguacates, aceitunas (oliva) y semillas. Igualmente, las verduras y frutas son una importante fuente de vitaminas y minerales; las verduras de hojas verdes, por ejemplo, algunos de los quelites, son especialmente altas en contenido de hierro, vitamina A y calcio.
Irma Hernández Velázquez, especialista en química de alimentos y temas de nutrición de CONABIO, explica que esta obra es la adaptación al contexto mexicano de la publicación elaborada originalmente en inglés por el Colectivo de Escritores de la guía Barefoot y la Alianza para la Soberanía Alimentaria en África (AFSA, por sus siglas en inglés).
La versión en español adaptada por la CONABIO cuenta con textos e ilustraciones que muestran la agrobiodiversidad mexicana y promueven el consumo de alimentos regionales y de temporada y producidos o recolectados por las familias campesinas. Dentro de esta guía también se incluye información sobre la iniciativa Canastas Regionales del Bien Comer.
El consumir alimentos variados y de origen mexicano, no solo diversifica la alimentación con distintos aromas, colores, texturas, sabores y nutrientes, sino que además se contribuye a la conservación de la agrobiodiversidad.
Ahora con la contingencia por la pandemia por COVID-19, si bien es cierto que no hay ningún alimento o suplemento alimenticio que pueda curar o prevenir el coronavirus, sí podemos tener una alimentación adecuada para reforzar el sistema inmune y estar preparados para enfrentar cualquier enfermedad, incluso este virus.
Con la guía “Sobreviviendo a la COVID-19 en México: el remedio olvidado”, se pretende, concluye la especialista, que la población tenga una visión más amplia de lo que hay disponible como alimento en México y que no se ha aprovechado; las opciones que se tienen para consumir y la forma de prepararlos para conservar sus bondades.
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