06-05-2019
Por Isabel Pérez, Ciencia UNAM-DGDC
A pesar de que se ha logrado erradicar el sarampión en muchas partes del planeta, se han registrado nuevos brotes. México ha estado libre de sarampión desde hace muchos años, pero países que antes que el nuestro habían logrado eliminar la enfermedad, hoy están registrando nuevos brotes, particularmente en Europa, Estados Unidos y en Canadá.
Así resume Malaquías López Cervantes, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, el estado actual de la enfermedad. Destaca que en México sería difícil que se dé un rebrote, ya que se han mantenido frecuencias muy altas de vacunación entre la población en los últimos 15 años.
Sin embargo, pueden presentarse casos en grupos sociales excéntricos que no vacunan a sus hijos por razones ideológicas, o por la alimentación de los niños, que en muchos casos se caracteriza por ser vegana o vegetariana y no les proporciona las defensas necesarias para enfrentar la enfermedad.
- El sarampión es una enfermedad infecciosa y contagiosa que se caracteriza por la presencia de tos, secreción nasal, inflamación de los ojos, dolor de garganta, fiebre y un sarpullido rojo y con manchas en la piel; generalmente, se padece durante la infancia.
Las primeras epidemias de sarampión registradas tuvieron lugar en el Imperio Romano y en China hace mil 800 años. Rhazes, un médico persa que vivió en el siglo X fue el primero en identificar al sarampión como una entidad diferente a la viruela. Durante los siglos XVIII y XIX se reportaron varias epidemias de sarampión en Europa. El primer reporte en América lo realizó John Hall en Boston en 1657.
Se trata de un padecimiento ocasionado por un virus de la familia de los paramixovirus y normalmente se suele transmitir a través del contacto directo y del aire. El virus infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo. Se trata de una enfermedad humana que no afecta a los animales.
Esta infección que afecta a todo el organismo, ocasiona lesiones en la piel acompañada de una inoculación respiratoria que en casos severos puede llegar a producir la muerte,
Todavía hace 30 años, el sarampión era un padecimiento muy común, por lo que se produjo una vacuna con un virus atenuado para simular la enfermedad y provocar la respuesta inmunológica que en la mayoría de las ocasiones hace que la enfermedad no se torne severa.
Personas con nutrición deficiente, es decir, que no llevan una dieta equilibrada o que no tienen un aporte proteico de calidad, así como falta de azúcares, carbohidratos y grasas son más susceptibles a contraer sarampión en estado grave.
“Un niño que se alimenta sólo con vegetales, no tiene la composición nutricional adecuada para resistir la enfermedad en comparación con otro niño que tiene una mejor condición nutricional”, explica el doctor Malaquías.
Existen otros escenarios de susceptibilidad al sarampión, como el tener una capacidad inmunológica limitada; de igual forma, una persona que no produce los suficientes anticuerpos o que no posea el componente de inmunidad celular adecuado tiene más probabilidades de contraer la enfermedad. Quien no se vacuna contra el sarampión es presa fácil del padecimiento.
Las mujeres embarazadas sin vacunar también constituyen un importante grupo de riesgo. No obstante, puede infectarse cualquier persona que no esté inmunizada es decir, que no haya sido vacunada y no haya sufrido la enfermedad.
Las vacunas para el sarampión son de alta calidad. Anteriormente se cultivaban en embriones de pollo que en ocasiones causaba reacciones adversas; actualmente se dispone de una vacuna llamada recombinante, es decir, mezclada con otra para padecimientos como la rubeola y la parotiditis (paperas); esta se aplica en México y es libre de riesgos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vacuna contra el sarampión que se utiliza desde hace más de 50 años, es segura, eficaz y barata. Inmunizar a un niño contra el sarampión cuesta menos de un dólar.
En 2016, aproximadamente un 85% de la población infantil mundial recibió a través de los servicios de salud habituales, una dosis de vacuna contra el sarampión antes de cumplir un año de vida. En 2000, ese porcentaje fue del 72%. Para garantizar la inmunidad y prevenir posibles brotes, se recomiendan dos dosis de la vacuna, puesto que aproximadamente un 15% de los niños no adquieren inmunidad con la primera dosis.
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