14-09-2019
Por Isabel Pérez, Ciencia UNAM-DGDC
Resultado de miles de años de historia y de una vasta experiencia en combinación de sabores, fusiones e influencias, nació la cocina mexicana; desde la gastronomía mesoamericana, prehispánica y azteca, hasta la que conocemos en nuestros días.
En 2010, la cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), por ser un modelo cultural completo que comprende actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos prácticos antiguos, técnicas culinarias y costumbres y modos de comportamiento comunitarios ancestrales.
A este tipo de diversidad de comida mexicana, se le llama “comida inteligente o platillos sabios”; se les ha denominado así porque conforman una dieta saludable y son culturalmente pertinentes, es decir, además de ser equilibrados, están mínimamente procesados; tienen que ver también con sistemas alimentarios de cultivo sostenible como la milpa que requieren del uso de menor cantidad pesticidas y agroquímicos.
Laura Moreno Altamirano, profesora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que estos platillos inteligentes tradicionales forman parte de nuestra identidad cultural; contribuyen a conservar la salud y controlar enfermedades.
“La cultura alimentaria representa valores, costumbres y prácticas, y es una manera de incorporar los alimentos como parte de nuestra socialización, característica que traemos desde nuestros orígenes”. Así, la alimentación constituye mucho más que la supervivencia biológica del individuo, ya que es un hecho sociocultural y económico complejo.
Para que un platillo pueda considerarse sabio o inteligente, debe integrar productos de diferentes grupos de alimentos, por ejemplo, cereales como el maíz y el trigo, leguminosas (frijol, lentejas, habas), vegetales, cantidades moderadas de productos de origen animal que nos aportan proteínas e incluye una amplia variedad de frutas y verduras, azúcares y grasas.
- Tlacoyos, quesadillas, sopes, sopas, pozole, tostadas, enfrijoladasny guacamole, son algunos de los platillos inteligentes que forman parte de la dieta de los mexicanos.
El pozole, por ejemplo, incluye maíz, se acompaña con tostadas, contiene además productos de origen animal como la carne y la crema, y se complementa con vegetales como la lechuga, la cebolla, el rábano, el orégano y el chile. Entonces, en el pozole tenemos una mezcla de proteínas de origen vegetal (leguminosas), proteínas de origen animal, verduras y cereal (maíz) que lo hacen inteligente porque en sí mismo aporta todos los nutrimentos que nuestro cuerpo necesita.
Un tlacoyo reúne al maíz con el haba o el frijol, además se le agrega salsa, lechuga y queso reuniendo también alimentos de todos los grupos. Lo mismo sucede con la quesadilla, el sope y cualquier otro platillo que integra alimentos de varios grupos que los convierten en sabio o inteligente, detalla Laura Moreno.
México posee una gran diversidad culinaria de origen mestizo debido a la influencia de otros países, y cuenta con un gran número de productos y alimentos accesibles con los que se ha logrado desarrollar una cocina muy variada y nutritiva. Lo importante, es cuidar las cantidades y el balance de los alimentos que ingerimos.
El aguacate por ejemplo, contiene una gran cantidad de grasas y aceites vegetales, el 70% de sus grasas son “buenas”, no contiene colesterol y es antioxidante, es decir, ayuda a que las células tengan una vida más larga y no envejezcan pronto.
Además, posee potasio, magnesio y sodio, vitamina C, B, A, y ácido fólico que es excelente para prevenir cáncer y un gran aliado durante el embarazo; evita también problemas cardiovasculares. Y no sólo eso, también tiene una fibra que contribuye al tránsito intestinal reduciendo los niveles de colesterol y de azúcar en la sangre. No obstante, se sugiere comerlo en pequeñas cantidades debido a las grasas que incluye.
Laura Moreno precisa que la mayoría de los alimentos típicos mexicanos, son ricos en fibras, minerales y antioxidantes, tales como la calabaza, el chayote, el chilacayote, la flor de calabaza, los nopales, el tomate verde, el jitomate, el quelite, el quintonil, los ejotes, y una larga lista de productos, muchos de ellos autóctonos, y otros provenientes del mestizaje pero todos altamente saludables.
“Son alimentos que todavía existen y que se han menospreciado dejando a un lado nuestras raíces, debido a que otro tipo de platillos han invadido el mercado y la publicidad ha hecho que nuestra cultura empiece a cambiar”.
El arte culinario mexicano es muy elaborado y se caracteriza por estar cargado de símbolos. La antigüedad, autenticidad, continuidad histórica y la originalidad de sus productos, así como su conexión con los sistemas culturales de las diversas gastronomías, han llevado a la cocina mexicana a ser reconocida como una de las mejores del mundo. ¡Qué vivan los alimentos mexicanos inteligentes!
¡Qué Vivan los Magueyes Mexicanos!
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