19-03-2018
Por Susan Irais
Nuestra sangre es uno de los elementos esenciales en la mitología vampírica, pero no es solamente el codiciable líquido viscoso deseado por un vampiro en una historia de terror; es un elemento vital en nuestro organismo, corre por todo nuestro cuerpo: en el corazón, en el cerebro, hasta en el dedo pequeño del pie; no hay rincón de nuestro cuerpo que no se relacione con ella.
La sangre es de color rojo oscuro cuando circula por las venas y rojo brillante en el interior de las arterias; la sangre está compuesta por plasma y células, una de esas células son los glóbulos rojos o eritrocitos.
La función principal de los eritrocitos es oxigenar la sangre a través de hemoglobina, la cual capta oxígeno y lo libera en los tejidos; también recupera bióxido de carbono y lo saca de nuestro organismo a través de los pulmones.
Los eritrocitos son células sin núcleo las cuales además de oxigenar nuestra sangre son clave fundamental para determinar qué tipo sanguíneo somos. Al igual que todas las células, los glóbulos rojos tienen alrededor una membrana, la cual tiene dentro o en el exterior diferentes azúcares o carbohidratos.
- ¿Qué tipo de sangre eres? Se estima que el 90% de la población mexicana es O positiva.
Actualmente existen 33 sistemas sanguíneos estudiados, pero hay más porque en la membrana se ubican muchos conjuntos de azucares o antígenos. De los sistemas se derivan los grupos sanguíneos eritrocitarios. Todos tienen la misma importancia, pero los más conocidos son el ABO y el RH debido a su trascendencia médica.
Los hematólogos explican que tener diferentes tipos sanguíneos se debe a la genética, depende de la información heredada de nuestros padres, de ellos adquirimos genes que expresan enzimas, esas enzimas producen azucares alrededor del eritrocito y son esas azúcares quienes determinan el tipo de sangre de cada persona.
Por ejemplo, si tienes una enzima productora del carbohidrato N-acetilgalactosamina, éste estará adherido a la membrana y expresas por ello antígenos tipo A. Si heredaste una enzima que adhiere Galactosamina a tus eritrocitos, tienes antígenos tipo B. Existe la posibilidad de heredar ambas azucares, ser antígeno AB. También es posible no haber heredado ninguna de esas azucares, es decir ser cero, pero se conoce como antígeno O.
Sin embargo, al tener cierto tipo sanguíneo generarás anticuerpos “naturales” contra lo desconocido para tu organismo, es decir, si es A tendrás anti-B, los tipo B tienen anti-A, los AB no poseen anticuerpos, pero los O, son anti-A, anti-B y anti-AB. Esto es importante en las transfusiones sanguíneas porque deben ser compatibles entre sí. Los del tipo A pueden recibir sangre de A y O, los B son compatibles con B y O, los AB con A, B y O. Pero a los O, solamente les puede donar otro O.
Pero la explicación no es tan corta, también se involucra otro sistema sanguíneo, el sistema Rh, este es determinado por la membrana, pero en esta ocasión por una proteína transmembranal, es decir está adentro de la membrana. Si tenemos esa proteína somos +Rh, sino es así, somos -Rh.
Entonces, las transfusiones sanguíneas ya no son sencillas, además de la compatibilidad del sistema ABO se agrega el sistema Rh donde los positivos pueden recibir sangre de los negativos y de positivos, pero los negativos únicamente de los negativos.
La importancia de los sistemas sanguíneos radica en la vida misma de las personas, si la transfusión sanguínea se hace con sangre incompatible puede haber una destrucción de los glóbulos rojos transfundidos y recordemos, los eritrocitos son los encargados de llevar oxígeno a nuestros pulmones, por lo que puede causar la muerte.
También es importante tener en cuenta el tipo sanguíneo de las mujeres embarazadas y sus fetos, ya que pueden ser incompatibles y en el parto cuando hay intercambio de fluidos sanguíneos esto causaría una hemólisis en el recién nacido, es decir, destrucción de los eritrocitos y una anemia por falta de eritrocitos.
En el caso de las mujeres embarazadas con sangre O Rh negativa, la situación es delicada, con el primer hijo incompatible, es decir, con Rh positivo no sucede nada, pero el organismo de la madre, crea anticuerpos y los guarda en la memoria; el problema es cuando el segundo feto y ella tampoco son compatibles.
“El organismo de la madre ya tiene anticuerpos en la memoria contra el Rh y destruirá los eritrocitos del bebé, causando una muerte por destrucción de glóbulos rojos: hemólisis”, detalla la doctora Adriana González Villalva del Departamento de Biología Celular y Tisular de la UNAM.
Pero gracias al avance de la ciencia hay una vacuna: inmunoglobulina anti-D, la cual detiene la respuesta inmune de la madre, la función de esta vacuna es impedir que se guarden anticuerpos en la memoria, pero es necesario aplicarla en cada embarazo, durante las primeras 72 horas después del parto.
De acuerdo al más reciente libro médico especializado en Aplicaciones y Práctica de la Medicina Transfusional , se determinó mediante rigurosos estudios que la herencia de antígenos ABO, está débilmente asociada a la predisposición a ciertas enfermedades.
Los individuos del tipo A tienen un riesgo 1.2 veces superior que el tipo B y O a padecer afecciones del aparato digestivo como carcinoma gástrico o de colon. Las personas del tipo O tiene una predisposición 1.4 veces superior al resto de los tipos sanguíneos para padecer ulcera péptica y los del tipo B tienen mayor riesgo de sufrir infecciones por Streptococcus pneumoniae y Escherichia coli.
“Pero no quiere decir que si eres tipo A, te dará necesariamente carcinoma gástrico, más bien, estás por arriba del porcentaje normal para padecerla”, aclara la doctora Eva Delia Calderón Garcidueñas del Hospital General Naval de Alta Especialidad y profesora de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, México.
Conocer nuestro tipo sanguíneo es muy importante, es vital para una transfusión sanguínea, para un embarazo, incluso para cuidar nuestra salud. A partir de ahora no volverás a ver normal el correr de la sangre por tus venas, estarás consiente de la increíble función de cada célula que corre por tu sangre.
Fuentes:
*Susan Irais estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UNAM. Realizó su Servicio Social en Ciencia Unam.
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