21-10-2013
Por Naix’ieli Castillo García, DGDC-UNAM
En las últimas décadas, la cuenca de Motozintla, en Chiapas, se ha visto afectada por fenómenos hidrometeorológicos como los huracanes Gilberto en 1988 y Stan en 2005, los cuales no solo causaron pérdidas humanas sino también afectación a la infraestructura de la ciudad.
La zona es susceptible a procesos de remoción de masa que se presentan cuando el suelo y las rocas de una pendiente se vienen abajo por la fuerza de gravedad. Adicionalmente, en la cuenca, existen dos volcanes activos, el Tacaná y el Chichonal, y se encuentra sobre el sistema de fallas Polochic-Motagua, por lo que el riesgo sísmico está presente.
Para ubicar visualmente el conocimiento geológico y geográfico sobre los riesgos de esta cuenca del estado de Chiapas, y servir a los tomadores de decisiones para proteger mejor a la población de posibles desastres, investigadores del Instituto de Geofísica y Geografía de la UNAM, en colaboración con especialistas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, elaboraron el libro Atlas de Factores de Riesgos de la cuenca de Motozintla, en Chiapas.
El Atlas, presentado recientemente, forma parte del Proyecto Piloto en la Sierra Madre y Planicie Costera del Estado de Chiapas (ESRED), el cual es coordinado por el doctor David Novelo Casanova, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Durante la presentación de la obra, Arturo Iglesias Mendoza, director del Instituto de Geofísica de la UNAM, señaló que desde el punto de vista metodológico, el Atlas constituye una guía para estudiar otras regiones del país que también se encuentran en riesgo.
Hasta ahora, dijo, el Atlas solo caracteriza los tipos de amenaza y los niveles de vulnerabilidad de la cuenca, pero habrá un segundo paso en el que se hará una proyección de daños para determinar el riesgo socioeconómico y estructural. Otro paso natural deseable, añadió, sería contar con el Atlas en formato electrónico para que sea de fácil manejo en dispositivos móviles.
El director del Instituto de Geografía, José Omar Moncada Maya, destacó que, en sentido estricto, este tipo de Atlas constituye una herramienta más que deberían usar tomadores de decisiones para la reducción del riesgo o desastres. El mapa, señaló, es la expresión gráfica de un conocimiento que es ciencia, técnica y arte, y también una forma de comunicación de las ciencias de la Tierra.
El geógrafo expresó su deseo de que en México haya muchos más atlas de factores de riesgo, ya sean generales, como el Atlas de la cuenca de Motozintla, o temáticos sobre inundaciones, sequías, inestabilidad de laderas, incendios forestales, epidemias y muchos otros riesgos.
Silvia Guadalupe Ramos Hernández, directora del Centro de Investigación en Gestión de Riesgos de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, comentó que se trata de un proyecto pionero de colaboración entre las instituciones, el cual contribuye a la formación de redes de investigación que generan un conocimiento multidisciplinario y con enfoque social.
Los fenómenos hidrometeorológicos como Stan y Gilberto no solo cobraron vidas humanas, sino que también afectaron y destruyeron obras de infraestructura, viviendas y cultivos con costos económicos sin paralelos en la historia de Motozintla.
En ese sentido, el libro constituye una valiosa aportación al conocimiento de los riesgos y las vulnerabilidades en la zona de la Sierra Madre de Chiapas, de gran importancia social y ambiental.
Al comentar la obra, Gerardo Suárez Reynoso, opinó que los seres humanos hemos construido sistemáticamente riesgos por factores como la corrupción, la desinformación o la pobreza. Esta última, consideró, lleva a la gente a ocupar espacios que no son apropiados para el establecimiento de la población y a ponerse en riesgo.
El Atlas de Riesgos de la cuenca de Motozintla, tiene utilidad para que los ciudadanos y las comunidades, en colaboración con sus autoridades, tomen acciones efectivas para mitigar los riesgos.
El coordinador del proyecto, David Novelo Casanova, reconoció el papel de los estudiantes de diferentes áreas de las ciencias sociales y naturales como geofísica, geografía, geología, sociología, matemáticas, ingeniería, economía, medio ambiente, computación y sistemas de información geográfica, para llevar a buen término el proyecto. Los logros del proyecto, sostuvo, incluyen también la formación de personal.
La obra, que incluye 52 mapas, suma la participación de 31 autores y coautores, además de que está escrita en un lenguaje accesible. Los especialistas coincidieron en que será un material de referencia para los tomadores de decisiones, pero también para la planeación y la educación en prevención de riesgos.
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