25-10-2021
Por María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC
En todos los años que lleva como trabajadora social, la doctora Julia del Carmen Chávez Carapia ha encontrado historias maravillosas y algunas sorprendentes en su labor cotidiana con las mujeres, los hombres y las familias con las que ha interactuado.
Nada queda de aquella idea que tuvo de joven de dedicarse a la física-matemática, sin embargo, por una situación de acoso que vivió durante esa época, ella y su familia deciden que abandone los estudios que estaba cursando en esos momentos. Así es como elige estudiar en la UNAM, a la cual –dice– le tiene mucho cariño y reconocimiento. No fue un proceso fácil, tuvo que buscar la revalidación de algunas materias y llevar a cabo distintos trámites administrativos que le permitieran ingresar a la licenciatura en Trabajo Social.
El cambio fue abrupto; fue todo un reto pasar de una carrera cuya base eran la física y las matemáticas a otra en donde el sustento principal son las ciencias sociales. Sin embargo, cuenta que mientras esperaba que todos los trámites se cumplieran para poder ingresar a la UNAM, tomó un curso a nivel técnico de trabajo social y a partir de ese momento dio inicio la vocación que mantiene hasta la fecha.
Finalmente, ingresa a la licenciatura en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM y de manera paralela fue trabajadora social en el Instituto Mexicano de Asistencia a la Niñez (IMAN), que hoy se conoce como Instituto Nacional de Pediatría. Al concluir sus estudios ingresó al IMSS como jefa de Departamento de Trabajo Social. Cuenta que se tituló muy rápido de la licenciatura pues tenía un interés particular: ser profesora de la UNAM.
“En ese momento el doctor Manuel Sánchez Rosado, que era director de la escuela y había sido mi profesor me invitó a dar clases y me puso un reto, me dijo: si usted termina rápido la metemos a dar clases. Y no me lo hubiera dicho, porque me abrió el mundo. Me titulé muy rápido; le dije aquí están mis papeles de que ya hice mi examen y él me asignó clases; desde ahí inicié mi vida académica profesionalmente”, narra la doctora Chávez Carapia. En la actualidad tiene la categoría más alta dentro de la UNAM, es profesora titular de tiempo completo nivel C.
La doctora Julia del Carmen Chávez Carapia es la fundadora del Centro de Estudios de la Mujer (CEM) en la Escuela Nacional de Trabajo Social, que este 2021 cumple 25 años. Para la fundación de este espacio contó con el apoyo de la doctora Graciela Hierro, pionera en la creación del Programa Universitario de Estudios de Género en la UNAM.
“Lo que hoy es esta política de género, en ese momento eran líneas académicas de género que nos servían para poder ir dándole fuerza a este tipo de proyectos. El centro fue pionero en la universidad gracias a la doctora Hierro, porque en ese momento ella me apoyó mucho, hasta ahorita no hay otro centro de investigación igual en una escuela o facultad”, explica.
Desde la disciplina de Trabajo Social, este centro es único en toda Hispanoamérica, fue el primero y hasta el momento no existe otro igual. La doctora Chávez Carapia comenta que lo que hay son trabajadoras sociales en otras instituciones educativas que llevan líneas de investigación desde el feminismo y la teoría feminista y que son apoyadas por el CEM, pero no cuentan con un espacio propio en sus universidades para generar investigación.
Agrega que a lo largo de estos años han realizado distintas investigaciones, todas en el marco de la perspectiva de género y la teoría feminista. Así, desde el análisis del género han investigado el trabajo doméstico, el cuidado, la violencia familiar, la vida cotidiana en la familia, la violencia hacia las mujeres, los feminicidios, la familia como unidad social, la diversidad, las masculinidades, el trabajo no remunerado a las mujeres, etcétera.
Las académicas que forman parte del CEM han participado dentro de la UNAM en los distintos estudios e investigaciones relacionados con el género, junto con investigadoras del Centro de Investigaciones y Estudios de Género, el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, la Cátedra Unesco, las facultades de Ciencias Políticas y Sociales, de Psicología, de Filosofía y Letras, y de Derecho.
“Hemos estado trabajando desde hace muchos años para conformar todos estos estudios de género en la universidad. En la actualidad, ya se tiene una política de género, una coordinación de género, hay muchas académicas enfocadas a los estudios de género y hemos incidido ya en algunos planes de estudio, como en el de la licenciatura en Trabajo Social.”
En el CEM, desde hace 24 años realizan el seminario Género y perspectiva de género y desde hace 15 años también llevan a cabo el seminario Igualdades y violencia de género.
Como parte del desempeño profesional de Trabajo Social se encuentra su labor con las familias, ya sea en el ámbito de la salud, la escuela, la violencia familiar, etcétera. Al respecto la doctora Chávez Carapia comenta que estos aspectos los han trabajado históricamente en dicha disciplina y lo único que ellas sumaron a esto fue la mirada de género que les ha permitido seguir trabajando con las familias de una forma más integral, enfocada a las problemáticas que hoy se viven y más actual a las miradas metodológicas para atender estos problemas.
Considera que en la disciplina de Trabajo Social impactó esta mirada de género por esa interrelación directa que tienen con las personas, las familias y las comunidades, en las cuales se viven estos problemas de violencia, pero no se dicen y creen que no se puede hacer nada.
“Cuando llegamos con una mirada teórica metodológica, las personas la toman y la empiezan a sentir como suya y eso nos permitió que estos espacios se pudieran abrir con las comunidades y las familias, además de que con algunas colegas nos permitió ir teorizando y elaborando procesos metodológicos para abordar estas problemáticas”, concluye.
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