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Economía Circular, el tránsito hacia un mundo más sustentable

Su objetivo, alcanzar un desarrollo sostenible.

26-10-2020

Por María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC

En la actualidad estamos acostumbrados a pensar que todos los productos son desechables: si una licuadora se descompone, compramos otra; si un celular falla, lo reemplazamos por uno más reciente (aunque el que estemos desechando no sea realmente obsoleto), y si abrimos el refrigerador podemos encontrar el alimento que queramos aun si no es de la temporada. Hoy se puede acceder a cualquier objeto de consumo sólo con desearlo y sin saber de dónde viene, cuánto cuesta producirlo y qué ecosistema resultó afectado.

Por ejemplo, producir un litro de leche conlleva distintos elementos, desde la alimentación de la vaca, las horas-hombre del personal que trabaja en esa industria, el envasar el líquido y el transporte hacia el lugar de venta, entre otros muchos procesos. Lo mismo ocurre con la producción de un celular, hay que utilizar distintos elementos provenientes de la naturaleza para la elaboración de las piezas, así como para el diseño de éstas y del software, el ensamblaje, la distribución y su venta.

Sin embargo, nosotros sólo tenemos que abrir el refrigerador y tomar la caja de leche o dar un clic en un botón para que se prenda el celular y empezar a usarlo. Es decir, muchas cosas son tan de fácil acceso, que no nos detenemos a pensar cómo se crearon y mucho menos cuántos recursos (naturales, económicos, laborales) se han empleado en su elaboración.

Hoy todo está diseñado para seguir un modelo de economía lineal en el que se extraen recursos de la naturaleza, se produce algo y se desecha. El problema de este modo de producción es el alto consumo de recursos, algunos de ellos no renovables, y su posterior generación de desechos.

  • En México se desechan casi un millón de toneladas de basura electrónica y 300 millones de toneladas de plástico al año, 7 mil toneladas diariamente de residuos de la construcción y demolición y más de 10 millones de toneladas de alimentos al año.

Frente a este panorama una opción que ha empezado a estar en las agendas de distintos países es la economía circular. La maestra Karina Caballero Guendulain, de la Facultad de Economía de la UNAM, explica que ésta busca reducir, reusar, reciclar y recobrar materiales en los procesos de producción, distribución y consumo.

“Esto se da a diferentes niveles, tanto a nivel micro en el que tienen que ver los productos, las empresas, los consumidores; a nivel meso, donde ya vemos una industria en general, y hasta a nivel macro, donde ya estamos viendo ciudades, regiones o países. El objetivo de la economía circular es alcanzar un desarrollo sostenible”.

Cambio de mentalidad

Lo que se busca con la economía circular es que la cantidad de desechos sea mínima. Esto a través de la reincorporación de éstos a la producción. Sin embargo, dicho concepto va más allá del reciclado, pues desde su conceptualización se piensa en un producto que no genere tanto desecho y los que resulten se puedan reusar, reciclar y reutilizar.

La maestra Caballero Guendulain, quien además es coordinadora de la especialización en Economía Ambiental y Ecología, explica que la economía circular tiene que ver con muchos niveles, los cuales incluyen la empresa, el proceso productivo y el consumidor.

Por lo tanto, para que se pueda llevar a cabo un proceso de economía circular se requiere que intervengan todos los factores. Es decir, que el consumidor esté de acuerdo en recibir un producto con ciertas características a las cuales a lo mejor no estaba acostumbrado y que la empresa esté dispuesta a llevar a cabo un proceso de innovación tecnológica en sus instalaciones y procesos de producción.

“Porque si el consumidor no está de acuerdo, el productor va a decir `yo no voy a producir algo que venga de algo reciclado, porque mi mercado, mi consumidor, no lo está aceptando´. Entonces, sí tiene que ver mucho con el cambio de pensamiento, de patrón de consumo de los consumidores.”

En una idea de economía circular también se podría pensar que las empresas tengan ciertas relaciones entre sí y que se den simbiosis, es decir, que puedan producir de maneras más efectivas entre ellas, aunque sean de sectores diferentes, porque a lo mejor lo que para una empresa es un residuo, para la otra es un insumo. Es un concepto que no sólo incluye el reciclaje, sino que también están presentes el diseño del producto, el consumo local, el uso de energías renovables.

Mayor impulso en los países

El concepto de economía circular tiene sus orígenes en diferentes escuelas del pensamiento y teorías económicas que cuestionan el sistema económico lineal, el cual tiene como uno de sus supuestos que los recursos son infinitos.

Asimismo, no se atribuye a un periodo o a un autor en específico. Se empezó a utilizar en los años 70, ha evolucionado sustancialmente y hoy existe un reconocimiento creciente entre los académicos, los empresarios y los responsables de las políticas públicas de la necesidad de avanzar hacia un nuevo modelo de economía, mediante el cual los materiales y la energía de los productos desechados se reintroduzcan en el sistema económico.

  • Un modelo de economía circular está ampliamente relacionado con un apoyo al medio ambiente, pues al reducir el número de recursos que se usan y existir un menor consumo de energía, se genera una cantidad menor de gases de efecto invernadero, lo cual se traduce en menores impactos de cambio climático.

La Unión Europea está impulsando mucho este concepto de economía circular; uno de sus objetivos es tener una reducción en sus residuos de 70%, además de que éstos puedan reincorporarse al proceso productivo y que sólo el 30% restante no sea reciclable.

En México, apenas se empieza a diseñar una política de economía circular, aunque existe interés de algunos sectores y se han realizado distintos foros en donde se ha hablado de la importancia de implementarla en algunos espacios. La maestra Caballero explica que dos de las áreas en donde se ha pensado introducir procesos con este tipo de economía son en la generación de residuos sólidos y en el uso eficiente de la energía para transitar hacia energías renovables.

La especialista destaca que para impulsar este tipo de economía circular es necesario la intervención del gobierno, aunque también es importante que este tipo de conceptos e ideas se enseñen en los modelos educativos, para que desde la infancia se empiece a generar esta conciencia enfocada al cuidado del medio ambiente y el desarrollo sostenible.

Asimismo, son necesarios incentivos fiscales para que las empresas puedan generar esta innovación tecnológica y que los consumidores dejemos que pensar que todos los productos son reemplazables. Si llega un momento en que optemos por reutilizar en lugar de estrenar, no sólo beneficiaremos nuestro bolsillo, sino que seremos más responsables con nuestro medio ambiente y con el futuro del planeta mismo.


 


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