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Genoma del ajolote ¿Y su conservación en Xochimilco?

Salvar al ajolote es crucial para su estudio genético

08-02-2018

Por Myriam Vidal, Ciencia UNAM, DGDC

Una de las capacidades más sorprendentes del ajolote mexicano es el mecanismo biológico que le permite regenerar sus tejidos. Hace unos días, circuló la noticia de que un grupo de científicos del Instituto de Investigación de Patología Molecular de Viena logró secuenciar el genoma de este emblemático habitante del lago de Xochimilco.

Pensar en las posibilidades biotecnológicas de un descubrimiento así, es un manjar para la imaginación, un futuro en el que la medicina regenerativa en humanos haga incluso posible recuperar extremidades perdidas.

Sin embargo, aún estamos muy lejos de ese escenario.  Primero porque la secuenciación es tan sólo el primer paso. Después habrá que hacer ciencia aplicada para desarrollar las tecnologías necesarias y lo más importante: porque el ajolote está en peligro de extinción.


 

Su conservación

El lago de Xochimilco, el hábitat del ajolote mexicano  Ambystoma mexicanum, está alterado por la contaminación y la introducción de especies exóticas; poco a poco los ajolotes se han ido extinguiendo.   

Existen esfuerzos aislados de conservación. La Reserva Ecológica del Pedregal de la UNAM, por ejemplo, cuenta con un albergue de ajolotes. De acuerdo con el director de la reserva, el investigador Luis Zambrano, parte de lo que están haciendo con ese proyecto es tener un plan de acción en caso de que el ajolote se extinga en Xochimilco.

“Tenemos que entender y estudiar si el sistema de agua de la Cantera en la Reserva funciona para que el ajolote sobreviva, también si eso es útil y si la variabilidad genética de los ajolotes se expandirá en lugar de contraerse. Queremos saber si podemos tener una población saludable y de largo plazo en la Cantera con el fin de que, si es necesario, podamos repoblar los ajolotes de Xochimilco”.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la ciencia sólo podrá tener intervenciones exitosas si toma en cuenta los factores alrededor de los mismos procesos evolutivos de una especie y un ecosistema, tanto al momento de reintroducir a los ajolotes en su hábitat, como al momento de preservar la especie en el albergue.

  • “La verdad es que en los últimos años los biólogos de la conservación nos hemos dado cuenta que el introducir sin tener estudios previos, sin tener una caracterización del sistema y sin tener un sistema restaurado, no sólo no sirve, sino que es contraproducente”.

A decir de Luis Zambrano, la solución no es tan simple como sólo seguir introduciendo más y más ajolotes al lago conforme se vayan muriendo, porque lo más seguro es que morirán si continúa la contaminación del lago y la sobrepoblación de especies exóticas invasoras, las cuales desarmonizaron el ciclo trófico del ecosistema en Xochimilco.

Otro aspecto a considerar es que si los nuevos ajolotes introducidos llegaran a sobrevivir, dado que sus características genéticas son las mismas porque son todos hermanos gemelos que provienen de una misma cepa, esto generaría una reducción en la variabilidad genética de la especie provocando que los ajolotes silvestres sean más susceptibles a la extinción.

Resolver desde la raíz

Si hay algo que la teoría de la evolución ha enseñado es que todos los seres vivos, incluidos los humanos, habitan complejos sistemas que interactúan entre sí de forma perfecta. Esto pasa a nivel biológico y evolutivo pero también sucede a nivel social.

La constante divulgación hacia la población de Xochimilco sobre la importancia del ajolote pasa a segundo plano porque ellos mismos reconocen la riqueza de su patrimonio y las especies que lo habitan. Resolver este problema no es un asunto de crear conciencia, sino de modificar de raíz la estructura socioeconómica de la región.


En el momento en que los agricultores y habitantes de la zona cuenten con medios viables para sostenerse económicamente y de forma digna, sin dañar al ecosistema, el sistema podrá funcionar de nuevo con precisión y ni siquiera habrá que reintroducir nuevos ajolotes, la misma población restante en el lago comenzará a reproducirse de nuevo con éxito, sin ayuda.

  • “Necesitamos que la gente entienda que Xochimilco es un lugar tan importante y tan sagrado como es la Catedral o las pirámides del Sol y la Luna. Es una zona arqueológica viva”, Luis Zambrano

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura intentan preservar la zona, al igual que algunas organizaciones internacionales ya se han sumado a incentivar la conservación; sin embargo, hasta que realmente no cambien las cosas de raíz, el ajolote seguirá confinado en albergues, tratando de no desaparecer de la faz de la Tierra.

Porque al final, más allá de todos los beneficios médicos que pueda traer al ser humano, su extinción sería grave en términos biológicos y culturales porque es una de las especies más características de nuestro país, un patrimonio biológico y un representante de las raíces prehispánicas de México.

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