27-03-2015
Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM
Hace 30 años, en 1985, nadie se imaginaba la magnitud de los daños que ocasionaría un sismo sucedido en el mes de septiembre; tampoco las huellas imborrables que dejaría en la memoria de miles de mexicanos que fueron testigos del temblor de 8.1 grados en la escala de Richter que sacudió a la capital del país.
Para conocer más acerca de los sismos y sus características, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), organiza las Tertulias de Prevención, con motivo del 30 aniversario de los sismos de 1985. En la primera de ellas, la jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN), del Instituto de Geofísica de la UNAM, Xyoli Pérez Campos, dijo que tan sólo en 2014, se registraron 7 mil 588 sismos en la República Mexicana.
Esos sismos pudieron detectarse debido a que se han colocado estaciones sísmicas en regiones donde no las había; ahora es posible medir sismos de magnitudes pequeñas y se han podido observar de 25 a 30 sismos diarios en lo que va de 2015, a través de 165 estaciones distribuidas por todo el territorio nacional.
En México, son cinco las placas tectónicas que interaccionan constantemente y por lo tanto, derivan en una gran actividad sísmica: la placa del Pacífico, la placa de Norteamérica, la placa del Caribe, la placa de Rivera y la placa de Cocos.
Así, los parámetros de sismicidad que se reportan después de cada evento, son el tiempo de origen, las coordenadas geográficas, profundidad magnitud y epicentro.
La especialista aclaró que el SSN no emite ningún tipo de alerta sísmica, pero la información que genera es relevante para saber los pormenores de los movimientos de la tierra. Quien emite las alertas, es el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES).
Por su parte, Carlos Valdés, director general del CENAPRED e investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, mencionó que todo el tiempo está temblando, no ha habido un solo año en que este tipo de eventos no sucedan; los temblores ocurren a diario, son constantes y algunas veces, imperceptibles.
Asimismo, expuso que para evitar riesgos, es importante planear las ciudades, es decir, las construcciones que en ellas se edifiquen y lugares estratégicos para ese fin. Recordó que en el primer sismo en México, en el año de 19757, y se registraron daños importantes en diversas construcciones. A raíz de esta situación, nació el primer reglamento de construcción en México.
México es un país que por sus características, es y será sensible a los constantes movimientos de la Tierra. Muchos son los temblores que se han registrado, entre los más recordados está el que ocurrió en 1957, que tuvo una intensidad de 7.7 grados según el Servicio Sismológico Nacional. El saldo: 68 muertos, daños en varios edificios y casas de la capital del país; la estatua del Ángel de la Independencia colapsó.
Otro sismo muy significativo al que se le denominó terremoto por su magnitud, fue el ocurrido el 19 de septiembre de 1985, las zonas más afectadas fueron el centro, sur y occidente de la República Mexicana especialmente la Ciudad de México.
En aquella tragedia, la cifra oficial del gobierno fue de aproximadamente 10 mil muertos; sin embargo, fuentes extraoficiales afirmaron que pudieron haber llegado a ser más de 40 mil sólo en la Ciudad de México. El sismo tuvo una grado de intensidad y afectación variable en el Valle de México, siendo catalogado en la porción central de la Ciudad de México como VIII (Destructivo) o IX (Ruinoso), mientras que en la parte metropolitana dentro del grado VI (Fuerte) en la escala de Mercalli.
Los terremotos son sismos fuertes que ocasionan daños leves a severos. Después de un terremoto es posible que ocurran otros sismos de mayor o menor magnitud que el original, que son conocidos como réplicas y que pueden causar daños, incluso mayores que los que ocurrieron durante el temblor principal.
A 30 años del Gran Sismo
Infografía: el origen del sismo de 1985
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