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¿Cómo afectan las nubes el clima en la Tierra?

No solo ocasionan las lluvias.

19-07-2021

Por María Luisa Santillán. Ciencia UNAM-DGDC

Estamos tan acostumbrados a ver nubes en el cielo que rara vez nos detenemos a pensar que su formación es resultado de distintos procesos.

El ingrediente principal es el vapor, el cual se genera de aquellas fuentes de agua que hay en el planeta, como los océnaos, los ríos, lagos, etcétera. Cuando este líquido se evapora se convierte en un gas que comúnmente es conocido como vapor de agua.

Al enfriarse cualquier gas se condensa, es decir, cambia a su fase líquida, por lo que forma pequeñas gotas, y varias de éstas crean una nube. Para que este gas se enfríe interviene el factor movimiento, es decir, al elevarse hacia la atmósfera, llega a un nivel en donde hace frío y se expande, porque a ciertas alturas hay menos presión atmosférica. Justo estas situaciones son las que permiten la condensación y la generación de nubes.

Se sabe que las nubes tienen un rol muy importante en la conservación de la temperatura en la tierra y pueden afectar el clima. El maestro René Garduño López, integrante del Grupo de Modelos Climáticos del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, destaca que una vez formada la nube tiene dos efectos opuestos: el de albedo y el invernadero.

“Albedo es todo aquello que refleje la radiación del Sol o la luz visible, albedo viene de blanco y las cosas muy blancas reflejan mucho la luz y al hacerlo ésta no penetra hasta abajo. Si observo la nube desde arriba la veo muy blanca, como algodón, pero si lo hago desde abajo se ve muy negra, eso significa que es tan opaca, tan gruesa, que el Sol no penetra, aunque sean las 12 del día.”

Además, las nubes también generan un efecto invernadero, ya que cuando la radiación solar penetra la atmósfera llega al suelo o al mar, los calienta y emiten radiación infrarroja que cierto tipo de nubes, sobre todo aquellas que se observan en épocas de primavera, detienen, es decir, no permiten que salga del planeta.


  • Los humanos no podemos ver la radiación infrarroja, pero sí sentirla como lo que comúnmente llamamos resolana, es decir, ese calor que nos llega del suelo, aunque estemos en la sombra.

Existen distintos tipos de nubes: las altas, las medias y las bajas. Entre las altas se encuentran aquellas que parecen como hilos de nubes blanquiscas, típica de zonas semidesérticas o de épocas como la primavera, no refrescan, no generan lluvia, calientan en lugar de enfriar y tapan la radiación infrarroja que quiere escaparse hacia la atmósfera.

También existen las nubes medias, que parece que tienen forma de bolas de algodón, junto con las nubes bajas son las que mayormente importan para fines climáticos.  Por último se encuentran las nubes bajas, que son las más gordas, traen mucha humedad, generalmente ocasionan lluvias fuertes y funcionan como una pantalla, en el sentido de que bloquean la luz solar.

Forzadores y retroalimentadores

El sistema climático está integrado por la atmósfera, el océno y los continentes, y en éstos hay distintos procesos e interacciones entre uno y otro; algunos de ellos afectan y otros amortiguan los cambios del clima, se conocen como forzadores y retroalimentadores.

Un forzador sólo puede afectar en un sentido y como ejemplos de éste se encuentran el Sol y los volcanes, ambos pueden afectar el clima, pero no puede ser al revés. Por ejemplo, el especialista en física del clima explica que cuando un volcán hace erupción puede depositar en la estratosfera aerosoles, es decir, partículas sólidas o líquidas que se quedan en esa capa, hacen efecto albedo, bloquean el Sol y alteran el clima, con lo que se llegan a sentir bajas de temperatura.

  • La estratosfera es una de las capas de la atmósfera terrestre, abarca desde los 10 km hasta los 50 km, desde la superficie de la Tierra.

En cuanto a los retroalimentadores, el maestro Garduño López explica que éstos son internos al sistema climático y pueden ser positivos o negativos, es decir, tienen la capacidad de amplificar o atenuar los cambios en el clima.

Los principales provienen de las tres fases del agua: sólida (criosfera), gaseosa (vapor de agua) y líquida (nubes). Los dos primeros actúan en su fase positiva y en el último existe una dicotomía.

El doctor Garduño, autor del libro de divulgación El veleidoso clima, destaca que el mecanismo de los retroalimentadores en la criosfera es positivo porque amplifica los cambios en el clima, es decir, cuando el sistema se calienta, partes del continente y del océano que estaban cubiertos por hielo se derriten, lo cual provocaría que lo que originalmente era más blanco y brilloso, quede más oscuro y absorba más radiación de la que antes reflejaba.

El vapor de agua también amplifica los cambios en el clima, es decir, es un retroalimentador, por ejemplo, cuando los humanos alteran el clima, sube la temperatura, esto genera que se evapore más agua de los océanos, haya más humedad en la atmósfera y se genere un efecto invernadero provocado por dicho vapor.

En cuanto a las nubes existe una dicotomía, porque ante un aumento de temperatura puede crecer el número de éstas, tapar el Sol y el clima se enfría, como lo que hacen las las nubes bajas.

Pero también es posible que con más calor, en un clima caliente, las nubes se reduzcan, porque aunque hay mucho vapor no se enfría lo suficiente para condensarse, o aunque esté formada la nube, sube la temperatura y se deshace.

“A gran escala, en el cambio climático, decenas de años y a escala mundial domina el que están disminuyendo las nubes y está entrando más Sol y eso calienta más, calor genera calor, entonces, está actuando como un retroalimentador positivo, pero bien podría ser que localmente no sea así. El mapa de cómo está cambiando la temperatura del mundo muestra que en la mayor parte está subiendo, pero en promedio mundial y en plazo de décadas, está disminuyendo la nubosidad, y con que disminuya un 1% la cubierta de nubes la temperatura mundial puede aumentar como un grado, que es mucho”, concluye.


 


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