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Asteroides ¿qué nos dicen sobre la formación de nuestro Sistema Solar?

El Cinturón de Asteroides es el lugar en donde se encuentran la mayor parte de estos objetos.

04-01-2021

Por María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC

Cuando hacemos una búsqueda de la palabra asteroide en la red, es muy común encontrarnos con notas periodísticas que hablan del posible acercamiento de un asteroide a la Tierra, de qué ocurriría si lograra llegar e inclusive nos muestran visiones catastróficas de cómo sería el fin de la vida humana a causa del impacto de un objeto de esta naturaleza.

La fascinación que causan estos temas siempre lleva a preguntarse qué existe más allá de nuestro planeta.

Gracias a las investigaciones que se han hecho sobre el propio Universo es que hemos podido conocer sobre la formación misma de nuestra galaxia, ya que el estudio de los objetos que se han identificado en ella nos habla de cómo se formó y cuándo, aunque todavía existen múltiples preguntas para las que los científicos siguen a la búsqueda de respuestas.

Uno de los objetos que han brindado información sobre cómo fue la formación de nuestro sistema solar son los asteroides. El astrónomo René Ortega Minakata, del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la UNAM, explica que hay dos teorías de su existencia, una es que son remanentes de la formación del sistema solar, es decir, son pedazos de roca que no lograron juntarse para formar un planeta rocoso y la segunda es que llegaron a formar un objeto grande que luego se desmembró, ya sea por colisión o por interacción de gravedad con Júpiter.

Los asteroides son objetos pequeños que giran alrededor del Sol, no son satélites de otros objetos, por su tamaño no son clasificados como planetas y no son completamente redondos. En nuestro sistema solar existe el Cinturón de Asteroides, que es el lugar en donde se encuentran la mayor parte de éstos, el cual se ubica entre Marte y Júpiter.

  • El primer asteroide que se descubrió fue Ceres, en 1801. Es el objeto más grande del Cinturón de asteroides. En 2006 fue reclasificado como planeta enano, dado a que su forma sí es mayormente esférica. Otros de los asteroides que se conocen del Cinturón de asteroides son Vesta, Palas, Higia y Juno.

Clasificación de asteroides

Aparte del Cinturón de Asteroides, estos objetos se encuentran sobre la órbita de Júpiter y se conocen como troyanos. Además, el doctor René Ortega añade que van siguiendo la orbita de dicho planeta y a su misma velocidad alrededor del Sistema Solar.

“Los asteroides troyanos siguen la misma órbita de Júpiter, unos van un poco más adelante y unos van un poco más atrás y se mantienen en posiciones muy especiales de dinámica que se llaman puntos de Lagrange, que son puntos donde hay un equilibrio metaestable, o sea, un equilibrio que no es estable, pero que con la influencia gravitacional de Júpiter permite que vivan allí esos grupos de asteroides”.

Asimismo, es posible encontrar asteroides cerca de la órbita de nuestro planeta y son conocidos como asteroides cercanos a la tierra o NEA (por sus siglas en inglés, Near Earth Asteroid) y de estos hay tres tipos: los Aten, los Apolos y los Amores. Su clasificación viene de si están completamente dentro de la órbita de la Tierra, si cruzan su órbita o si están completamente fuera de ella, pero muy cerca.

El material del que están integrados los asteroides son olivinos, basálticos y carbonáceos. Los olivinos son rocas de magnesio, hierro y silicio; en tanto los carbonáceos son principalmente de carbón. “Aproximadamente 3 cuartas partes son carbonáceos y como entre 15 y 20% son silicáceos”, explica el universitario.

La velocidad a la que viajan los asteroides es distinta dependiendo de la distancia a la que se encuentren del Sol o de si están en resonancia con algún otro planeta.

Además, el que se hallen en movimiento, al igual que otros objetos en el Sistema Solar, tiene que ver con que las nubes de las cuales se forma cualquier Sistema Solar se colapsan para formar la estrella central y el material que queda se aplana en un disco que comienza a rotar alrededor de ésta, afirma el doctor Ortega Minakata.

“Los objetos que se forman de la rotación del disco siguen girando en la misma dirección y por eso todos los objetos giran en misma dirección; no giran unos para un lado y otros para otro. Existen algunas excepciones como los asteroides con órbitas retrógradas, los cuales existen principalmente por colisiones de objetos pequeños y dicha colisión fue la que les cambió la dirección”, puntualiza.

Sondas espaciales y asteroides

El interés por los asteroides ha llevado a los científicos a querer acercarse a ellos a través de sondas que buscan recopilar información para conocer más sobre estos objetos. Esto ha generado un avance tecnológico con tal de llegar a ellos, orbitarlos, enviar información sobre lo que ve y recopilar muestras.


Uno de estos casos es el del asteroide Ryugu (que tiene alrededor de 900 metros de diámetro) y la sonda japonesa Hayabusa 2, la cual está equipada con un sensor, una cámara, un aterrizador y distintos instrumentos que le permitirán recopilar la información del asteroide. Uno de los descubrimientos que arrojaron las primeras imágenes enviadas del asteroide es que es mucho más rocoso de lo que se esperaba.

Como la gravedad es muy poco intensa en estos asteroides, las sondas que los estudian no pueden quedarse pegadas a su superficie, porque necesitarían ir con una velocidad muy pequeña con respecto de la superficie del asteroide, y esto es muy difícil de lograr, explica René Ortega, quien además es el responsable del área de Comunicación del IRyA.

Otra sonda es OSIRIS-REx de la Nasa, la cual orbita el asteroide Bennu. Se calcula que para 2023 ésta regrese a la Tierra con las muestras que tomó de dicho objeto.

Es importante añadir que el estudio del Universo ha hecho posible que la investigación científica que se realiza alrededor de él permita un avance importante en cuanto a tecnología y equipamiento se refiere. Esto, además de que nos permite conocer otros espacios de nuestra galaxia y tener bellas imágenes de lugares hasta donde no ha llegado un ser humano, también es una contribución a la vida cotidiana de las personas, pues mucha de esta tecnología, por extraño que parezca, terminará incorporándose a nuestro hogar o sitio de trabajo.


 


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