12-11-2018
Por Isabel Pérez, Ciencia UNAM, DGDC
Los sismos son esos fenómenos naturales que nos aterran y con los que gran parte de la población del planeta ha tenido que aprender a vivir. Suceden con frecuencia y no hay forma de evitar que ocurran. Una región que llama la atención es el Cinturón de Fuego.
“Algunos de los sismos que se han producido a últimas fechas han sido causados por este cinturón circumpacífico; dicha actividad sísmica es normal, dado que la ocurrencia de sismos está directamente relacionada con la evolución tectónica de la Tierra”, afirma Raúl Valenzuela Wong, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
El también llamado “Anillo de Fuego del Pacífico” es una zona del Océano Pacífico muy propensa a actividad sísmica y volcánica, y que además se asocia con la formación de grandes montañas. Se trata de una larga cadena tectónica que se caracteriza por concentrar algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo.
Raúl Valenzuela señala que en México son pocos los volcanes que permanecen activos comparado con el número de volcanes en otras zonas de subducción del mundo (placas tectónicas).
“El Cinturón de Fuego ha llamado la atención de los científicos desde hace tiempo; de hecho, desde hace más de cincuenta años se sabe que las diferentes placas tectónicas que conforman la superficie terrestre se juntan unas con otras e interactúan para formar este cinturón”, dice el sismólogo Valenzuela.
Los volcanes de México forman parte del Cinturón de Fuego y están asociados con el proceso de subducción, esto es, que la placa de Cocos y la placa de Rivera (llamada así en honor a Diego Rivera) están deslizándose por debajo de la placa de América del Norte.
Cabe decir que los sismos ocasionados por los volcanes no suelen ser tanta magnitud como los que se producen por la interacción de las placas tectónicas en las zonas de subducción.
Al referirse a México, menciona que los sismos siempre han existido, aún antes de que fuera la Nueva España y del origen de los aztecas y los mayas; seguirán ocurriendo ya que los procesos geológicos y tectónicos han operado por miles de millones de años y así continuarán.
La superficie de la Tierra está dividida en placas tectónicas, las cuales podrían compararse con las piezas de un enorme rompecabezas; entre ellas existe una interacción importante registrando movimientos lentos de unos cuantos centímetros al año.
- Algunos estudios han revelado que una cantidad considerable, tanto de la actividad sísmica como de la actividad volcánica, se concentra en las orillas de las placas tectónicas.
Los sismos se producen en el interior de la Tierra a decenas de kilómetros de profundidad. En el caso particular de las zonas de subducción, los sismos pueden ocurrir hasta los 670 kilómetros de profundidad, que es donde termina el manto superior.
A decir del especialista, se ha podido distinguir la existencia de tres tipos distintos de límites o contacto entre las placas: las divergentes, en donde una placa se aleja de la otra formando un espacio entre ellas por donde emerge roca caliente (lava o magma).
Un ejemplo de este tipo de límite de placas se encuentra en el Océano Atlántico, donde es muy común que haya actividad volcánica y sísmica. Los límites de placa también actúan como fallas. Una falla es una superficie en la cual se juntan dos placas tectónicas. El desplazamiento brusco o repentino de una placa con respecto a otra produce un sismo.
Están también los límites de placas convergentes, donde una placa se mueve en dirección hacia la otra y por esta razón se podría propiciar que una se coloque sobre la otra formando un surco profundo llamado trinchera. Las trincheras se encuentran en el fondo del mar y nos indican la ubicación de las zonas de subducción; estos límites de placa se relacionan con los grandes terremotos.
En el tercer caso, las placas se deslizan de forma horizontal y paralela al mismo límite de placas; estas son las llamadas fallas transcurrentes. Un ejemplo es la famosa falla de San Andrés en California.
Las placas tectónicas son grandes bloques de roca que tienen cientos y hasta miles de kilómetros de dimensión; sólo necesita moverse un fragmento de ellas para que se produzca un sismo importante, precisa Raúl Valenzuela.
un sismo pequeño sucede cuando la placa tectónica se desplaza sólo unos centímetros; en tanto que para que un sismo sea de mayor magnitud se requiere que la placa se mueva dos metros, aproximadamente.
Las Placas Tectónicas y su relación con los sismos
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