Por una mejor vida: hacer ejercicio

¿Alguna vez has reflexionado sobre cuánto tiempo permaneces sentado cada día? Quizás tomas asiento en algún tipo de transporte al dirigirte a la escuela. En casa, te sentarás para comer, hacer tarea o descansar en el sofá mientras ves la televisión o checas tu celular.

Aquella rutina se repetirá por días, semanas e incluso meses y, sin duda, tendrá alguna repercusión en tu salud. Es por ello que dedicarle tiempo al ejercicio físico es una buena manera de cuidar tu cuerpo y tu mente.

De acuerdo con el médico residente de la Clínica de Control de Peso de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, Héctor Luis Cristóbal Morales, el estilo de vida actual conduce a las personas a estar demasiado tiempo sentadas e inactivas, lo cual obliga a tener una rutina de ejercicio y aumentar nuestros niveles de actividad física.

Beneficios del ejercicio

Realizar alguna actividad física de manera constante, brinda diversos beneficios físicos y psicológicos que se pueden observar a corto y largo plazo.

Sobre los aspectos físicos, Héctor Cristóbal explicó que ayuda a tener un control del peso y a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes, hipertensión, eventos cardiovasculares y algunos tipos de cáncer como el de colon y mamas, ya que el ejercicio activa los sistemas antioxidantes.

De igual manera, los huesos, articulaciones y músculos se ven beneficiados, pues la actividad física los fortalece y retrasa su degeneración, previniendo así distintas enfermedades como la osteoporosis.

Ejercitarnos también regula los niveles de presión arterial, del metabolismo, la glucosa y mejora la sensibilidad a la insulina, factores que son las primeras causas de muerte a nivel mundial y en nuestro país.

Respecto a las mejoras psicológicas, Héctor compartió que genera un mejor descanso, reduce los niveles de tensión, estrés, depresión y ansiedad gracias a la liberación de endorfinas, es decir, funciona como un fármaco antidepresivo que al paso del tiempo producirá un estado de bienestar general al sujeto.

Además, mejora la autoestima, concentración, memoria y capacidad de reacción. “Al conseguir una mayor concentración, mejora la toma de decisiones. Asimismo te hace una persona más disciplinada y ello repercutirá en otros escenarios de tu vida, como en la escuela o en el trabajo”, expresó el médico.

Ejercicio=mejor rendimiento escolar

Estudios científicos han demostrado una relación directa entre realizar una actividad física y el rendimiento escolar.

Por ejemplo, una investigación de la Universidad de Vrije en Amsterdam, Holanda, demostró que los niños que realizaban ejercicio regular presentaron un mayor rendimiento académico al incrementar sus habilidades en lectura, ortografía y matemáticas, obteniendo así mejores calificaciones.

Otro estudio de las universidades de Strathclyde y Dundee en Escocia mostró el vínculo entre el ejercicio y el éxito en exámenes de inglés, matemáticas y ciencia que aplicaron cerca de 5 mil adolescentes.

El médico del deporte, Héctor Cristóbal también lo confirma.“Sin duda, hay un notable progreso en el rendimiento escolar de las personas que realizan deporte, ya que mejora su operatividad, concentración y disciplina. Laboralmente también son más efectivas las personas que se ejercitan”.

Los estudios indican que la mejora del rendimiento escolar y laboral obedece a que el ejercicio aumenta el flujo de la sangre y más oxígeno llega al cerebro, nutriendo y fortaleciendo este órgano, favoreciendo así los procesos cognitivos.

¿Yo puedo realizar ejercicio?

La actividad física no está restringida para nadie; sin embargo, el tipo de actividad y tiempo destinado a su ejecución varía según el rango de edad, explicó Cristóbal Morales.

En el caso de los niños, el deporte siempre tiene que ser un juego. Para los adolescentes, jóvenes y adultos se recomienda realizar el ejercicio que más les guste, así como el que pueden efectuar de acuerdo con sus capacidades físicas. Lo aconsejable es tener un balance de elementos aeróbicos y de fuerza.

Mientras que para las personas de la tercera edad, se sugiere tanto ejercicios aeróbicos como de fuerza, con el fin de promover el equilibrio y el balance para disminuir el riesgo de caídas y mejorar la funcionalidad.

Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud:

·Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deben invertir como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa.

·Los adultos de 18 a 64 años deben dedicar como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

· Los adultos de 65 en adelante deben destinar 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

Héctor Cristóbal está consciente de la problemática del sedentarismo. “La inactividad física es un relevante factor de riesgo de mortalidad a nivel mundial, por eso se considera el tabaquismo de nuestra época. El 80% de la población adolescente del mundo no tiene un nivel suficiente de actividad física”.

Pero aquella realidad aún puede cambiar. “Aprovechemos las áreas y actividades que nos ofrece la UNAM. Podríamos ser un ejemplo para otras universidades y futuras generaciones. El ejercicio no es exclusivo de un grupo social o edad, los beneficios son para cualquiera ¡Hay que movernos todos!”, concluyó el médico.

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