02-01-2018
Por Ciencia UNAM
Si todo sale conforme a lo planeado, en julio de 2018 seremos testigos del comienzo de una aventura espacial sin precedentes: la sonda de la NASA, llamada Parker Solar Probe en homenaje al astrofísico Eugene N. Parker quién descubrió en 1958 el viento solar, iniciará su viaje con destino a la estrella.
Esta histórica misión revolucionará nuestra comprensión del Sol, cuyas condiciones cambiantes pueden propagarse al todo el Sistema Solar, afectando a la Tierra y a otros mundos.
Parker Solar Probe viajará a través de la atmósfera de nuestra estrella mayor, a una distancia de su superficie que ninguna sonda espacial había alcanzado hasta el momento, enfrentando un calor brutal y condiciones de radiaciones extremas para finalmente brindar a la humanidad observaciones precisas, nunca antes realizadas.
Para comprender los misterios de la atmósfera solar, la sonda usará la gravedad de Venus durante siete sobrevuelos a lo largo de casi siete años, para acercar gradualmente su órbita al Sol.
Parker Solar Probe volará a solo 6.4 millones de kilómetros de la superficie solar, dentro de la órbita de Mercurio. Es decir, siete veces más cerca que cualquier otra sonda enviada con anterioridad. Durante las órbitas finales, la sonda girará a la impresionante velocidad máxima de más de 200 kilómetros por minuto.
Volando hacia la parte más externa de la atmósfera solar, conocida como la corona, la sonda Parker hará uso, por vez primera, de una combinación de mediciones in situ e imágenes, que revolucionarán nuestra comprensión de la corona y ampliarán nuestro conocimiento sobre el origen y la evolución del viento solar. Permitirá además hacer contribuciones críticas a nuestra capacidad para pronosticar los cambios en el entorno espacial de la Tierra que afectan la vida y la tecnología en nuestro planeta.
Esta sonda llevará a cabo sus investigaciones científicas en una peligrosa región de calor y radiaciones solares intensas. La nave espacial volará lo suficientemente cerca del Sol para observar cómo el viento solar transita de velocidades subsónicas a supersónicas, además de atravesar el lugar de nacimiento de las partículas solares de mayor energía.
Para realizar estas investigaciones sin precedentes, la nave y sus instrumentos estarán protegidos del calor por un escudo de carbono de 11.43 cm de espesor, que deberá resistir temperaturas que superen los 1,370 grados celsius.
Construcción de la sonda Parker. Foto: NASA
En términos científicos, los principales objetivos de la misión son rastrear la forma cómo la energía y el calor se mueven a través de la corona solar y explorar lo que acelera el viento solar y sus partículas energéticas.
Aunque los científicos se hayan hecho estas preguntas por más de 60 años, se necesita finalmente el envío de una sonda que resista estas temperaturas extremosas para poder obtener respuestas.
Hoy en día, gracias a los avances en ingeniería térmica que permiten las protecciones que requiere la misión, podría ser posible. Parker Solar Probe llevará consigo cuatro paquetes de instrumentos diseñados para estudiar los campos magnéticos, el plasma, las partículas energéticas y fotografiar el viento solar.
Fuente: NASA
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