01-03-2017
Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM
Las medidas que ha tomado Donald Trump desde el inicio de su gobierno comienzan a tener un impacto importante en nuestro país, poniendo en un lugar crítico la relación entre México y Estados Unidos.
Para analizar la situación entre ambos países ante el nuevo gobierno estadounidense, especialistas se reunieron para externar sus puntos de vista en la mesa redonda “Más ciencia, menos dependencia. Los retos en la era de Trump”, como parte del ciclo de mesas redondas Más Ciencia, organizadas por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC), de la UNAM.
Ahí, el historiador Lorenzo Meyer señaló que la dependencia económica, política y de relaciones sociales de México con Estados Unidos no ha podido eliminarse; desde los siglos XIX y XX y ahora en los inicios del XXI aún continúa. “México se ha esforzado por disminuir la dependencia existente, pero no lo ha conseguido”, resaltó.
Agregó que con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) que inició en 1994, se enfatizó aún más esa dependencia, agudizando la supeditación política, económica, cultural con el país vecino.
En su intervención, Claudia Maya, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, expuso que aunque nuestra dependencia hacia Estados Unidos no inició con el Tratado de Libre Comercio (TLC), por ser vecinos tan cercanos las adversidades han estado presentes desde la década de los setenta.
En la mesa moderada por Juana Inés Dehesa, jefa de información de Primer Movimiento de Radio UNAM, Meyer se refirió además a la importancia de aumentar el presupuesto para la investigación científica, ya que la ciencia es indispensable y prioritaria para avanzar hacia la independencia.
A su vez, Edgardo Buscaglia, académico senior de la Universidad de Columbia en Nueva York (EUA), precisó que en México, más de cincuenta millones de personas cuentan con un trabajo informal que no les proporciona derechos sociales ni económicos; por ello, el principal reto para el país es incorporarlos a la formalidad, lo resulta complicado debido al nivel de corrupción que impera.
“Quienes están en esa situación, sin acceso a la salud, a la propiedad, a la justicia y a las pensiones, son la carne de cañón de las empresas americanas y de la delincuencia organizada; mientras la informalidad sea una condición de trabajo en México, los estadounidenses seguirán aprovechándose de ello”, recalcó.
En la Sala de Matemáticas del Museo Universum, Rurik List, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Lerma, mencionó que desde el momento en que Estados Unidos comienza a limitar la entrada de mexicanos, probablemente se registrará una reducción en el número de jóvenes que emigran a ese país para estudiar.
Y es que en el vecino país se han formado un gran número de científicos y especialistas en distintas áreas, sobre todo porque allá se tienen equipos y tecnologías con los que México no cuenta.
Así, un número considerable de estudiantes va a Estados Unidos a adquirir conocimientos para luego regresar a México y aplicarlos, pero tal vez con las duras medidas que ahora está tomando Donald Trump en contra de los mexicanos, la situación cambie, comentó List.
Por otra parte, indicó que si se insiste en dividir a los dos países a través de un muro, el medio ambiente también resultará amenazado, pues el movimiento de las especies se restringiría a un solo lugar.
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