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Investigadores del IQ encuentran planta mexicana con potencial contra VIH

Compuestos del árbol Calophyllum brasiliensis, tienen potencial contra la transcriptasa inversa.

01-12-2011

Por Naixieli Castillo, DGDC-UNAM

A treinta años del inicio de la pandemia de sida, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) aún tiene una alta tasa de replicación y variación genética. Si bien ya existen más de 20 fármacos efectivos para su tratamiento, aún se requiere desarrollar un mayor arsenal terapéutico, y las plantas podrían ayudar a reforzarlo, afirmó Ricardo Reyes Chilpa, investigador del Instituto de Química (IQ) de la UNAM.

En esta búsqueda, el especialista en recursos bióticos y su equipo del IQ encontraron que Calophyllum brasiliensis, un árbol mexicano de látex que vive en la selva alta perennifolia del estado de Veracruz tiene compuestos de efectividad contra la transcriptasa inversa, enzima encargada de copiar la información genética del VIH, que se encuentra en forma de ácido ribonucleico (ARN) a ácido desoxirribonucleico (ADN), que es como se almacena la información genética en las células humanas. Una vez dentro del cuerpo, este virus infecta a las llamadas células CD4, y dentro de ellas hace una copia, en forma de ADN, de su información genética de ARN; luego la célula, usando esta información, crea nuevas copias del virus.

El especialista señaló que varios de los fármacos que se utilizan actualmente en los cocteles antirretrovirales funcionan debido a que inhiben la acción de la transcriptasa inversa. De ahí la importancia de estudiar Calophyllum brasiliensis, cuyo nombre común es “leche maria”, “bari” o “jacareuba”.

Ricardo Reyes y sus grupo de investigación obtuvieron y estudiaron compuestos de las hojas de Calophyllum brasiliensis en busca de un compuesto químico con efecto antirretroviral; sin embargo, al hacer un ensayo de inhibición de la transcriptasa inversa encontraron que los compuestos estudiados no tenían ninguna actividad contra el VIH, aunque sí mostraron actividad contra líneas de células tumorales humanas.

Posteriormente, tomaron nuevas muestras del árbol, esta vez en la Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas del Instituto de Biología de la UNAM, ubicada en Catemaco, Veracruz, y retomaron la investigación.

Los resultados arrojaron que hay al menos dos tipos de Calophyllum brasiliensis, uno de ellos con distribución más restringida en el estado de Veracruz y otro que se encuentra en varios estados del sur de México.

Al aislar algunos compuestos del llamado quimiotipo 2 del árbol, encontraron que un extracto contenía compuestos llamados cromanonas y otros llamados calanólidos. Lo importante no era que se tratara de una molécula nueva, sino el hecho de que existan calanólidos en la flora mexicana, pues se sabe que este tipo de sustancias tienen actividad antirretroviral. Una vez en el laboratorio, probaron la efectividad de los calanólidos y corroboraron que tenían actividad contra la transcriptasa inversa del VIH.

Actualmente, los investigadores buscan hacer un mapeo de las variedades de Calophyllum brasiliensis que existen en el sureste mexicano (también han encontrado ejemplares en el estado de Chiapas) e identificar a qué quimiotipo pertenecen.
El investigador del IQ, quien ha dedicado parte de su vida profesional a la búsqueda de compuestos de efectividad contra el VIH en la flora mexicana, apuntó que el siguiente paso será hacer un extracto estandarizado y probarlo. Si éste muestra efectividad, será necesario promover el cultivo de este árbol de madera preciosa y la cosecha de sus hojas, lo que constituiría un enfoque distinto a la farmacología tradicional.

Existen muchas plantas que tienen efectividad contra la transcriptasa inversa del VIH entre ellas Vismia mexicana, Vismia lauriformis, Clusia quadrangula y Clusia massoniana, lamentablemente todas ellas se hallan en selvas y bosques amenazados, de ahí la importancia de protegerlos y conservar estas fuentes de compuestos químicos valiosos, concluyó.

Ricardo Reyes señaló que en la última revisión de la bibliografía científica que hicieron encontraron 120 compuestos provenientes de productos naturales con efectividad contra VIH, y con muy diferentes mecanismos de acción, pero puntualizó que la mayoría de ellos solamente se han probado in vitro.

En la actualidad, el compuesto natural más importante contra el VIH se llama calanólido A. Fue descubierto en 1992 por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos en Calophyllum lanigerum, árbol de las selvas tropicales de Malasia.

El compuesto fue sintetizado y llevado al mercado como fármaco por Sarawak Pharmaceutical, un consorcio formado por el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos y el estado de Sarawak, en Malasia. Actualmente está en pruebas en pacientes VIH positivos.

Reyes resaltó que el desarrollo de un fármaco toma en promedio 15 años, desde que se descubre su actividad biológica, y requiere inversiones que van desde 800 a 2 mil millones de dólares, que generalmente provienen de compañías trasnacionales. Esto hace que el costo de medicamentos innovadores sea muy alto para la población.

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