29-06-2015
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
Durante décadas el mercado de La Merced fue considerado el principal centro comercial en donde se podían adquirir distintos productos alimenticios. Es una zona de gran tradición por su aportación económica y cultural a la ciudad de México.
Sin embargo, en los últimos años ha vivido transformaciones en la logística, las características físicas de los ejes viales que la rodean y el tipo de transporte que accede a esta área. Frente a este panorama, investigadores de la UNAM presentaron algunas recomendaciones.
Como parte del Seminario Permanente del Centro Histórico de la Ciudad de México, iniciativa del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), la doctora Angélica Lozano Cuevas, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, presentó un diagnóstico de la circulación vehicular y el transporte público que es parte de la zona del mercado de La Merced.
Este incluye un inventario de las características físicas de la red vial, una comparación de la capacidad actual de la vialidad contra la situación si no hubiera obstrucciones físicas en el área estudiada, detalla el papel del comercio fijo, semifijo y de los ambulantes a la problemática, así como en dónde se realizan las operaciones de carga y descarga de los productos y cuáles son las rutas más utilizadas para abastecer al mercado.
Entre las principales obstrucciones a la red vial se encontró los puestos fijos y semifijos que se han extendido más allá del espacio que les corresponde, incluso, hasta abarcar la banqueta o la propia calle, así como los vehículos estacionados en carriles laterales.
Esto ocasiona que los peatones tengan que transitar por la calle y que los conocidos como “diableros” también lo hagan por sitios no pensados para este tipo de circulación.
La universitaria señaló que estas obstrucciones provocan que haya una reducción de 40% de los carriles de la circulación vial. Además de que las velocidades que se llegan a alcanzar en las calles que abarcan el polígono de La Merced pueden ser de 1 a 3 kilómetros por hora.
La Merced tiene un impacto importante sobre la red vial del Distrito Federal. Funciona como una súper manzana que no se puede atravesar por el flujo vehicular. Asimismo, está rodeada de ejes viales importantes como Circunvalación o Fray Servando, sin embargo los recorridos en estos lugares son más largos, lo cual implica una mayor generación de emisiones de gases contaminantes.
Dichos ejes viales son arterias básicas para la circulación vehicular en la ciudad de México, por lo tanto, al obstruirse uno de ellos se afecta el tránsito no sólo de una calle, sino de una zona más amplia. En cuanto a La Merced, la investigadora explicó que al bloquearse con comercios, transporte y personas caminando por las avenidas, ya no se permite un adecuado flujo vehicular.
“Este problema no sólo es de La Merced, sino también de otros mercados. El que existan tantas obstrucciones provoca que las vialidades queden estranguladas, los camiones y autos se desvíen, lo cual genera mayores emisiones y más distancia de recorrido. Además como al interior del polígono la velocidad es muy baja, es mejor caminar”, puntualizó Angélica Lozano.
Entre las recomendaciones que propone con el diagnóstico realizado destacan construir más espacios de estacionamiento y lugares para operaciones de carga y descarga al interior del polígono que incluye La Merced. Con esto se lograría un mejoramiento de la circulación vehicular y se tendrían otros beneficios como menos costos logísticos para los distribuidores, quienes podrían entregar sus mercancías en un menor tiempo.
Asimismo, la investigadora señaló que también tendría beneficios en los clientes y los volúmenes de venta, pues se conseguiría una mejor logística y circulación lo que permitiría que para quienes acuden a comprar sea más fácil y seguro ingresar con vehículo propio, y así podrían aumentar su consumo de productos.
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