03-03-2015
Por Daniela Brandt, DGDC-UNAM
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza calcula que 11, 167 especies están en peligro de extinción, un número que debe alertar a todos, ya que muchas de esas especies contribuyen de alguna forma en nuestra vida diaria.
Los murciélagos de la especie Leptonycteris nivalis, mejor conocidos como murciélagos agaveros, recién salieron de la lista de especies en peligro de extinción, debido a que investigadores mexicanos colaboraron con comunidades de productores de agave para preservar su hábitat.
El doctor Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, participó en este esfuerzo. Él ha dedicado parte de su vida profesional a la conservación de dicho mamífero. Gracias a ese murciélago se puede beber del delicioso tequila mexicano.
Otras especies nos permiten disfrutar de comer higos o guayabas y vivir sin plagas que afecten las cosechas de maíz, chile o algodón, los cuales son necesarios no sólo para nuestra dieta, sino para fabricar diversos productos.
Los murciélagos nos proporcionan tres servicios ambientales. Uno de ellos es el control de plagas agrícolas, debido a que cada noche salen a alimentarse de miles de insectos, y de no ser así, esos bichos arruinarían los cultivos y estarían por todas partes.
Un segundo aporte consiste en la dispersión de semillas que hacen los murciélagos al comer las frutas, pues si no las comieran y esparcieran las semillas en otros lados, no habría tanta diversidad de frutas tropicales.
El tercer beneficio consiste en la polinización. “El gran ejemplo está en los agaves con los que se hace el tequila mexicano; el murciélago poliniza las flores y garantiza la diversidad genética del agave, y disminuye su vulnerabilidad ante plagas y enfermedades”, explica el investigador, responsable del Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres.
Como los murciélagos, todas las demás especies que conforman el ecosistema son vitales, por lo que se deben sumar esfuerzos para que la lista de especies en extinción se reduzca. Hoy el murciélago agavero está a salvo, pero mañana ¿qué especie vamos a salvar?
El murciélago agavero es un ejemplo de la contribución de una especie al ecosistema y es por ello que la ONU declaró el 3 de marzo como Día Mundial de la Naturaleza, con el fin de celebrar la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes, así como de crear conciencia acerca de la multitud de beneficios que la conservación de estas formas de vida tiene para la humanidad.
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