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Científicos en un laboratorio de alta seguridad

Laboratorio de Alta Seguridad, equipado para trabajar con microorganismos del grupo de riesgo. Imagen: Bárbara Castrejón.

26-01-2015

Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM


Estudiar y manejar bacterias de alto riesgo requiere de especial cuidado, por ello, en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, se implementó el Laboratorio de Alta Seguridad BSL-3. Ahí se analizan microorganismos patógenos nivel 3, que son dañinos para el humano.

Clara Inés Espitia Pinzón, investigadora y jefa del Departamento de Inmunología del referido instituto, dijo que en esa unidad altamente segura, se llevan a cabo la biocustodia y  la bioseguridad de la bacteria Mycobacterium tuberculosis, funciones trascendentales dentro del laboratorio.

La bioseguridad, señaló, es la protección hacia las personas que trabajan con microorganismos nivel 3. “En este laboratorio se manejan microorganismos de fácil transmisión y que en un momento dado, pueden poner en riesgo la vida de las personas”. Un requisito indispensable, resaltó, es que existan los tratamientos adecuados en caso de que quienes manipulan estos patógenos, se infecten.

Con la biocustodia sucede lo contrario. Ésta consiste en proteger a los patógenos del humano para evitar sobre todo, que los microorganismos salgan del laboratorio accidental o intencionalmente.

Ambas, la bioseguridad y la biocustodia están a cargo de personal altamente capacitado que debe seguir ciertos protocolos y reglas, además de contar con la indumentaria necesaria para manejar  las bacterias sin riesgos.

Especialistas en Mycobacterium tuberculosis

Actualmente, explicó la experta, en este laboratorio sólo se llevan a cabo estudios sobre Mycobacterium tuberculosis por ser una bacteria altamente peligrosa de nivel 3 y la responsable de la mayor cantidad de casos de tuberculosis en el mundo; cabe destacar que se trata de una bacteria que se ha vuelto resistente a los antibióticos.

Creado en 2009, en el BSL-3 de la UNAM se evalúan además diversos fármacos generados en el Instituto de Química; de igual forma se destinó un lugar dentro del laboratorio para atender a animales infectados con Mycobacterium. Para el próximo año, se prevé analizar también el virus del VIH.

Así, estudiantes de doctorado y posdoctorado en medicina, biología, química, odontología y veterinaria son entrenados en este laboratorio para ampliar sus conocimientos en cepas y bacterias.

Algunas bacterias de nivel 3 que se conocen son la Brucella que es un microorganismo que se origina principalmente en el ganado y puede infectar al humano; destaca también el ántrax, EEB, paperas, virus del Nilo Occidental, SRAS, viruela, tuberculosis, tifus, fiebre amarilla, hanta y dengue.

Medidas de protección

El BSL-3 del Instituto de Investigaciones Biomédicas es un laboratorio concebido para trabajar con microorganismos del grupo de riesgo 3, así como con grandes volúmenes o concentraciones de microorganismos del grupo de riesgo 2, por entrañar un mayor riesgo de difusión de aerosoles. Estos microorganismos, generalmente de alta transmisibilidad, pueden causar enfermedades graves y letales.

El riesgo primario para el personal que trabaja con estos agentes está relacionado principalmente con la exposición a los aerosoles infecciosos y también por el riesgo de una auto-inoculación o ingestión.

Este espacio cumple con normas de ingeniería y diseño consistente con la implementación de barreras primarias y secundarias para proteger al personal y a la comunidad de una exposición a aerosoles infecciosos así como prevenir la contaminación del medio ambiente.

La unidad cuenta con dos laboratorios equipados para trabajar cultivos bacterianos y virales, así como la posibilidad de infección a células eucariotas. También posee un laboratorio equipado para llevar a cabo la infección de roedores con agentes patógenos Nivel 3.

Niveles de bioseguridad

Los niveles de bioseguridad determinan el nivel de riesgo biológico que se tiene al estar en contacto con las bacterias o virus de los laboratorios. En el nivel 1 se trabaja con agentes que presentan un peligro mínimo para el personal del laboratorio y para el ambiente. El acceso al laboratorio no es restringido y el trabajo se realiza por lo regular en mesas estándar de laboratorio.

En este nivel no se requiere equipo especial ni tampoco un diseño específico de las instalaciones. El personal de estos laboratorios es generalmente supervisado por un científico con entrenamiento en microbiología. Incluye varios tipos de bacterias y virus como la hepatitis canina, Escherichia coli no patógena, así como algunos cultivos de células y las bacterias no-infecciosas.

El nivel 2 implica el manejo de agentes de peligro moderado hacia el personal y el ambiente, pero difiere del nivel 1 en que el acceso al laboratorio es restringido cuando se está realizando algún trabajo, además se requieren precauciones extremas con instrumentos punzocortantes contaminados, entre otras características.

Los laboratorios nivel 3, son clínicos, de diagnóstico, en los que se realizan trabajos con agentes exóticos o que pueden causar un daño serio y potencialmente mortal como resultado de la inhalación o exposición a los mismos.

Cuentan con un diseño y características especiales y todos los materiales son manipulados utilizando vestimenta y equipo de protección. El personal de laboratorio tiene una formación específica en el manejo de patógenos y agentes potencialmente letales, además son supervisados ​​por científicos competentes con experiencia en el trabajo con estos agentes.

En los de nivel de bioseguridad 4 se trabaja con agentes biológicos que representan un alto riesgo individual de contagio como el ébola y que además son un riesgo para la vida. Los agentes nuevos que tienen un cierto parecido con los antígenos de los agentes conocidos que operan en el nivel 4, son confinados a este nivel hasta que se tiene suficiente información para confirmar que pertenecen a un nivel superior, o bien, pasarlos al nivel adecuado.

El personal de estos laboratorios cuenta con entrenamiento específico y extensivo en el manejo de agentes infecciosos, así como para trabajar en el ambiente estéril y controlado de los mismos.

Por lo regular los científicos que laboran ahí utilizan trajes especiales, que cubren la totalidad de sus cuerpos y que además tienen una leve sobrepresión para evitar que entren partículas infecciosas al mismo.

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