25-08-2014
Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM
La cantidad de microbios en el cuerpo humano se cuentan por millones. Los que habitan el colon constan de más de mil especies distintas. Es una biodiversidad que hasta hace poco se desconocía; hoy se han logrado grandes descubrimientos.
La microbiota intestinal ayuda a la absorción de nutrientes, la digestión y a regular el peso. Samuel Canizales, académico de la Facultad de Química de la UNAM, y su equipo comenzaron por estudiar materia fecal humana, con el fin de analizar poblaciones de bacterias que residen en el intestino humano y de este modo, determinar la relación entre la flora intestinal y las enfermedades metabólicas.
Un bebé al nacer posee un intestino estéril, carece de microbiota; ésta se adquiere de acuerdo a la forma en que haya nacido: si fue por parto normal, la obtendrán de la madre vía vaginal, pero si fue mediante cesárea, será otro tipo de bacterias las que colonicen.
Además, no es lo mismo si se alimenta con fórmula o con leche materna. De acuerdo con los hallazgos de Canizales y sus colaboradores, las actinobacterias componen una población considerable en niños amantados, misma que se reduce si se consumió fórmula láctea. Cabe mencionar que la flora intestinal es variable en cada persona según su alimentación.
Luego de conocer un experimento en el que se trasplantó la microbiota de un ratón obeso y la de uno delgado en ratones con el intestino estéril, libre de gérmenes, se observó que los animales trasplantados con la microbiota del obeso, subieron de peso comiendo lo mismo que el ratón con la microbiota del ratón delgado.
Ello reveló que la flora intestinal no es solo una consecuencia, sino que muy probablemente, es causa de enfermedades metabólicas, señaló el también investigador del Instituto Nacional de Medicina Genómica.
Así, él y su equipo llevaron a cabo un experimento “al observar y clasificar las heces fecales de tres grupos distintos de menores: delgados, obesos sin complicaciones metabólicas y obesos que padecen síndrome metabólico. El estudio demostró que los niños que tienen complicaciones metabólicas poseen menor diversidad de microorganismos como las actinobacterias”, subrayó.
Una de las virtudes que poseen las bacterias y que no podemos hacer por nosotros mismos, es la capacidad de obtener más energía de alimentos como la fibra. A nivel protector, son clave en la maduración del sistema inmune y compiten con otros patógenos para que las bacterias “protectoras” colonicen.
“Esto nos lleva a que las estrategias terapéuticas como las dietas, los probióticos, los fármacos, y algo nuevo como el trasplante de microbiota, podrían ser útiles para tratamientos de distintas enfermedades metabólicas”, concluyó.
Los probióticos son productos que contienen bacterias vivas que actuarán en el intestino. A diferencia de los prebióticos, los cuales poseen ingredientes que estimulan la actividad o el desarrollo de la flora intestinal.
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