09-06-2014
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
El cambio climático global también amerita la realización de diversas acciones sociales y la implementación de políticas públicas para enfrentarlo. Por lo tanto, la percepción de este fenómeno está relacionada con distintas posturas sociales, económicas y políticas, coincidieron expertos de la UNAM.
En la mesa redonda Ciencia, sociedad y política ante el cambio climático, el doctor Rafael Loyola, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, comentó que este fenómeno tiene un origen antropogénico, relación con los modelos de organización social y con valores sociales, por lo que vivimos ante una transición histórica profunda, con importantes consecuencias para el planeta por los efectos y daños que la sociedad ha generado en el medioambiente.
“La humanidad, en materia de cambio climático, ya rebasó el punto de no retorno, o sea, soñar que al mundo lo vamos a regresar a cómo era antes. Por lo mismo, en la agenda dominan los temas de adaptación, restauración, mitigación y desarrollo sustentable”.
Algunos efectos sociales y económicos que se han vivido en México por el cambio climático están relacionados con las lluvias extremas, las sequías y las dinámicas sociales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 90 por ciento de los desastres que se viven en el país son de índole hidrometeorológico. Así, para 2010 los costos por lluvias severas fueron de 57 mil millones de pesos, mientras que para 2012 los costos por degradación ambiental fueron de 985 mil millones de pesos, lo que representó el 6.3 por ciento del PIB.
La doctora Leticia Merino Pérez, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, explicó que uno de los retos del proceso de cambio climático global es que para buscar una solución se deben de diseñar estrategias, coordinar acuerdos y propiciar la participación de la sociedad y los gobiernos.
Sin embargo, existen diferencias de poder y recursos entre los distintos países que no les permiten a todos participar con el mismo interés. “Intervienen procesos socio-ecológicos de diversas escalas, lo que dificulta la comunicación y la existencia de una percepción compartida del problema. Por otra parte, en términos de prioridades, en los países en desarrollo y con problemas de hambre o de pobreza energética, aportar a la agenda de mitigación no es una prioridad”.
Refirió que en materia de cambio climático también se viven procesos de inequidad. Es decir, se sabe que la distribución de emisiones de gases de efecto invernadero es muy desigual entre distintos países, además de que existen capacidades desiguales de adaptación a las consecuencias del cambio climático.
“Aunque en México se deje de emitir carbono, si esto no sucede en términos planetarios, no cuenta la mitigación de México, además de que la adaptación tiene un contenido local y regional porque tenemos que ser capaces de responder a lo que pasa en un territorio determinado”.
Por su parte, Enrique Provencio, investigador y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, señaló un estancamiento en la manera de abordar el tema de cambio climático, pues en los orígenes de esta discusión predominaba una insistencia en fortalecer el análisis de lo humano en el cambio global, sin embargo, esta orientación se ha perdido.
“Se sesgaron a la dimensión económica y muchos aspectos de la dimensión humana del cambio global siguen con un abordaje insuficiente”, concluyó.
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