21-11-2013
Por Naix’ieli Castillo García, DGDC-UNAM
Un grupo de investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, la Universidad de Boston y la Universidad Libre de Ámsterdam, identificó que a lo largo del siglo XX ocurrieron eventos socioeconómicos relacionados con cambios en la temperatura global.
Un primer suceso fue un ligero enfriamiento que se registró de 1940 a 1970. Se pensaba que las causas de este enfriamiento eran la variabilidad natural más el efecto de algunos aerosoles, pero el estudio reveló que también contribuyeron la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión de los años 30 y la Segunda Guerra Mundial.
Durante estos años hubo decrementos en el Producto Interno Bruto tanto de Europa como de Estados Unidos, que llevaron a disminuciones sin precedentes en las emisiones de CO2, que a su vez afectaron el forzamiento radiativo y contribuyeron a una disminución de las temperaturas global y hemisféricas.
El siguiente momento registrado fue un boom de crecimiento económico al terminar la Segunda Guerra Mundial. En este periodo, la emisión de gases de efecto invernadero incrementó como nunca antes se había visto y de manera continua, eso hizo que alrededor de 1960, la tasa de crecimiento del forzamiento radiativo se incrementara de manera importante llevando a un aumento en las temperaturas. Según los autores del estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, este momento marca el inicio del cambio climático sostenido del siglo XX.
Desde finales de los 90 se ha registrado una disminución en el calentamiento global, argumento usado por los escépticos del cambio climático como evidencia de que el hombre no puede influir en el clima del planeta, ya que a pesar de que las emisiones de gases de dióxido de carbono han aumentado rápidamente, las temperaturas se han incrementado a un ritmo menor en comparación con décadas anteriores.
La investigación reveló que dicha disminución en el calentamiento también es en parte producto de la intervención humana en el sistema clima y que, concretamente, la implementación del Protocolo de Montreal contribuyó de manera importante. En dicho acuerdo internacional se pactó la reducción de clorofluorocarbonos (CFCs) con el fin de proteger la capa de ozono. Sin embargo, los nuevos resultados revelan que, como un beneficio adicional, estas medidas contribuyeron también a combatir el calentamiento global.
Asimismo, durante esa época, también hubo cambios en las prácticas agrícolas en Asia que llevaron a una disminución en producción de metano, un potente gas de efecto invernadero. La suma de estas dos acciones humanas para el año 2010, equivale a una diferencia de aproximadamente una décima de grado centígrado, con respecto a lo que el planeta se hubiera calentado en ausencia de estas acciones humanas.
Francisco Estrada Porrúa, académico del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM y del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad de Ámsterdam, quien es el autor principal del artículo publicado en la revista Nature Geoscience, dijo que su investigación provee evidencia sobre diversas intervenciones humanas en el siglo XX que llevaron a cambios en la tasa de calentamiento del planeta.
El científico expresó que, a diferencia de otros estudios que usan modelos físicos de clima para investigar el papel del hombre en el calentamiento observado, este trabajo se basó en métodos estadísticos de última generación para analizar datos observados de temperaturas global y hemisféricas y de forzamiento radiativo.
Cabe destacar que la mayoría de los métodos aplicados fueron desarrollados por Pierre Perron, coautor del estudio y uno de los econometrístas más reconocidos de nuestros días. Los resultados revelan lo determinante que ha sido la influencia humana en la evolución del clima global durante el periodo observado.
La aplicación de métodos econométricos les permitieron establecer que tanto las temperaturas globales y hemisféricas comparten una misma tendencia no lineal con el forzamiento radiativo. Más aún, gran parte de dicha tendencia tiene un origen antropogénico.
El doctor Benjamín Martínez López, coautor de la publicación, destacó que es la primera vez que se publica una investigación del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM en la revista Nature.
Por otro lado, dijo, el estudio, muestra de manera clara una relación causa-efecto, entre el aumento de la temperatura global y las acciones humanas, y marcará un antes y un después, porque mostrará las fortalezas de las técnicas econometristas, derivadas de la economía, que son bastante complejas y no se emplean comúnmente en los centros de investigación. En el futuro, agregó, la investigación podría fortalecerse incluyendo otras variables como contenido de calor en los océanos.
Es importante destacar, que las acciones que lleve a cabo toda la humanidad, no solamente los mexicanos, como un uso más racional de la energía, son importantes. En ese sentido, nuestra nación podría exigir que haya transferencia de conocimiento desde los países más desarrollados y hacer acuerdos con países líderes en energías limpias, como Alemania, para aspirar a convertirse en una potencia mundial en energías alternativas.
El tema de la publicación, es de suma actualidad y ha sido discutido en la ciudad de Varsovia, en Polonia, durante el desarrollo de la 19 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), COP19, que concluye este 22 de noviembre.
Los autores del artículo destacaron que en esta ocasión, la delegación mexicana en la COP19 estuvo encabezada por la doctora María Amparo Martínez, directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y ex directora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, quien en su opinión, por ser experta en el tema abre las puertas para que México haga la política que mejor convenga a su población con sustento científico.
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