24-07-2013
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
No hay objeciones éticas para permitir la clonación terapéutica, ni la reproductiva, señaló el doctor Ricardo Tapia Ibargüengoitia, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM. A partir de la primera, por ejemplo, es posible obtener células troncales embrionarias que sirven de apoyo contra enfermedades como la de Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple y diabetes.
Las células troncales se encuentran en todos los organismos multicelulares y se pueden diferenciar en cualquiera de los tipos que existen para formar distintos tejidos y órganos. El blastocito es la fuente principal de este tipo de células, las cuales están en su interior y de ellas se derivan todos los tipos celulares que forman un organismo completo.
Cabe destacar que el blastocito es una estructura de alrededor de 200 células, se forma entre los primeros cinco a ocho días después de la fecundación y se implanta en la pared interna del útero.
Durante la conferencia Células troncales y clonación, que se llevó a cabo en el Instituto de Química de la UNAM, el doctor Tapia Ibargüengoitia señaló que los blastocitos pueden obtenerse de los óvulos fecundados vía in vitro o a través de la clonación terapéutica.
El también presidente del Colegio de Bioética A. C. dijo que la clonación consiste en extraer el material genético de un óvulo, el cual se encuentra en el núcleo de la célula y se transfiere a una célula adulta donadora y posteriormente se forma el blastocito, del cual se extraen las células troncales.
“El problema ético que surgió desde antes de la clonación de Dolly es definir si estas estructuras celulares son o no son personas. La respuesta es que si son personas en el momento cuando destruyamos los blastocitos para obtener las células troncales embrionarias estaremos asesinando a la persona”, señaló el investigador.
De tal forma, explicó, el argumento de considerar al blastocito o a la masa celular de células embrionarias como una persona implicaría que cada una de nuestras células potencialmente es una persona, pues contiene el material genético.
“El genoma de cada persona es totalmente individual, por eso somos distintos, excepto los gemelos idénticos. Entonces, no es posible considerar a estas estructuras celulares como personas y si es éticamente previsible usarlas para investigación, pues finalmente es para beneficio de la humanidad”, comentó el investigador emérito.
El doctor Tapia Ibargüengoitia explicó que a través de la clonación terapéutica se podrían generar tejidos o células cuya aplicación en enfermedades degenerativas permitirían tener un mejor pronóstico de estas.
Dijo que las estructuras obtenidas podrían ser de utilidad en trasplantes o en enfermedades como Parkinson, Alzheimer o esclerosis múltiple, en las cuales el único tratamiento cien por ciento efectivo sería reemplazar a las células muertas por células vivas.
“Cuando se hace un trasplante de órganos en realidad se están sustituyendo células muertas, pero en ocasiones se tienen problemas por el rechazo. Sin embargo, con estas técnicas de clonación terapéutica no habría rechazo inmunológico. En el caso del Parkinson, las células que se mueren son las dopaminérgicas. La idea sería diferenciar las células hasta ubicar las que usen dopamina, que es el neurotransmisor con el que funciona, e inyectarlas en la zona receptora”.
El doctor Ricardo Tapia reiteró que como la clonación terapéutica tiene el objetivo de generar tejidos de remplazo o células que protejan o salven a las dañadas, a partir de las células troncales, no hay objeciones éticas para impedir la investigación en esta, ni razones del mismo tipo para legislar en su contra.
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