Inversión en ciencia y tecnología, crucial en la transición energética sin depender de otros

Los países creadores de su propia tecnología para transformar los recursos energéticos renovables en combustibles o electricidad, son ahora potencias mundiales debido a que han invertido una gran cantidad de dinero en el desarrollo de una infraestructura que promueve la independencia energética y el desarrollo tecnológico de esta área.

“Hace unos años, China no figuraba como potencia en el campo de energías sustentables. Hoy su economía ha crecido en gran parte por la inversión que ha hecho en este campo, en particular en el aprovechamiento de la energía solar” afirmó Arturo Fernández Madrigal, del Centro de Investigación en Energía de la UNAM.

Las naciones que desde hace algunas décadas comenzaron a invertir en investigación relacionada con la energía sustentable, como la solar o la eólica, no sólo han ampliado el acceso a tecnologías que reducen la dependencia de los hidrocarburos, sino que actualmente las venden a los países que no han hecho lo propio, declaró el investigador.

Desde una perspectiva global, esto genera rezagos en materia de sustentabilidad y hace evidente la brecha científica y tecnológica entre potencias mundiales y países en vías de desarrollo.

Comentó que las naciones que han impulsado la creación de tecnologías en este campo,  realizado cambios legislativos en materia energética y modificado sus patrones de producción y consumo de energía, son también las que registran cambios en su economía y cultura frente a la transición energética.

Países en vías de desarrollo como México, están lejos de esa realidad, por lo cual le será  difícil avanzar hacia la independencia energética. “En el país aún no se produce y comercializa una sola celda solar con tecnología nacional”, afirmó.

Contribución de las instituciones y la sociedad

El especialista en materiales solares destacó la urgencia de incrementar la inversión en  investigación científica y producción tecnológica, pues así se aprovecharían mejor los recursos energéticos del país.

Destacó que México es privilegiado porque cuenta con todas las fuentes inagotables conocidas hasta ahora: eólica, geotérmica y solar, entre otras. Sin embargo, de todo el viento que podría generar energía eléctrica en el país, se aprovecha menos del 2%. “Solamente con energía eólica podríamos cubrir las necesidades eléctricas del país”

El Centro de Investigación en Energía de la UNAM es la principal institución del país dedicada a generar conocimientos sobre energías renovables. Sus integrantes trabajan en la búsqueda de materiales alternativos a los que usa la industria, con la meta de producir prototipos de equipos en México, que alguna empresa pueda fabricar y así facilitar el acceso a la población.

Precisamente uno de los retos de la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación, es contar con un sistema de energía limpio, sustentable, eficiente y de bajo costo.

El doctor Fernández Madrigal agregó que el apoyo a las instituciones productoras de conocimientos ayudaría también a impulsarpolíticas públicas en materia de energía que rompan barreras legales, institucionales, científicas, tecnológicas, financieras y de infraestructura, y al mismo tiempo, promovería un cambio de modelo económico, en donde se pase de una economía global dependiente de los hidrocarburos a una local que favorezca el uso de energías sustentables para cubrir las necesidades energéticas de cada región del país.

Además de reiterar la importancia de inversión en programas de investigación científica y tecnológica en el país, el especialista agregó que la transición de una energía a otra implica modificaciones en el modo de vida de la población. “Si nosotros calentamos el agua de nuestra casa con calentadores solares, idealmente tendríamos que bañarnos en la noche cuando toda la energía del día está almacenada en forma de agua caliente. Esto involucra un cambio en las costumbres.”

El investigador recalcó que el verdadero cambio hacia las energías sustentables no es responsabilidad única del gobierno ni del desarrollo científico y tecnológico, pues la población es sumamente importante en la modificación de patrones de consumo, ya que las pequeñas acciones son las que abren paso a las alternativas energéticas.