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Marcos Moshinsky, gran expositor de la teoría matemática de la simetría en la naturaleza

Su legado ha impactado en los físicos mexicanos que le siguieron.

16-06-2021

Por Leticia Monroy Valentino-DGDC

Para ilustrar las diferencias entre simetría obvia

o trivial en la naturaleza y simetría profunda,

nada hay más efectivo que el uso del lenguaje

que más completamente describe al mundo que nos rodea,

el de las matemáticas.

Marcos Moshinsky Borodiansky                                                                                                                                        


Siendo niño llegó a México. La familia Moshinsky abandonó Rusia debido a la persecución de judíos durante la década de los años veinte.

Marcos es recordado como unos de los físicos más talentosos de nuestro país y el mundo. Estudió la licenciatura en física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la maestría y el doctorado en la Universidad de Princeton, Estados Unidos, bajo la tutela de Eugene Paul Wigner, Premio Nobel de Física 1963.

Además realizó estudios de posdoctorado en el Instituto Henri Poincaré (París) y en Princeton. Conoció a los físicos eminentes de su tiempo: Einstein, Bohr, Oppenheimer, Heisenberg, Schrödinger y Dirac.

Una reseña que hizo el Centro de Documentación e Investigación Judío de México acerca del doctor Moshinsky, rescata sus palabras a propósito de su relación con los físicos más destacados de su época:

“Sí lo conocí (Einstein), pero lo traté muy superficialmente, yo era un estudiante graduado y Einstein era Einstein, pero conocí a muchos de los grandes físicos que, digamos, algunos de ellos comparables con Einstein y otros que fueron grandes físicos, y a esos sí los conocí personalmente, por ejemplo, fui amigo personal, más adelante, ya cuando me recibí y todo, de Robert Oppenheimer”.

En 1938, Marcos Moshinsky ingresó a la Escuela de Ciencias Químicas, que en ese entonces se encontraba en el pueblo de Tacuba, con el propósito de estudiar ingeniería química pero debido a ciertos problemas de salud tuvo que dejar la escuela. Al poco tiempo viajó a Nueva York donde trabajó como obrero textil durante seis meses.

En una entrevista que concedió a la Revista de la Universidad, narró así sus recuerdos de ese tiempo: “… a mi regreso, todavía sin estar totalmente recuperado, decidí que si no iba a tener una larga vida debía estudiar lo que realmente quería. En esa época me enteré de la apertura de la Facultad de Ciencias e ingresé a la carrera de físico-matemático. Éramos sólo dos estudiantes…”

Mientras Marcos estudiaba la licenciatura, el doctor Alfredo Baños, primer director del recién fundado Instituto de Investigaciones en Física y Matemáticas de la UNAM, lo invitó a trabajar con él. Tanto la Facultad de Ciencias como el Instituto estaban ubicados en el Palacio de Minería, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

En esa misma entrevista narró sus experiencias en el Instituto: “…teníamos solamente un cuarto donde trabajábamos el director, la secretaria y los cuatro investigadores; la biblioteca se reducía a una habitación. Mi labor consistía en atender el contador de rayos cósmicos que estaba en la azotea del Palacio, más que rayos cósmicos registraba el paso de los tranvías de la calle de Tacuba.”

Moshinsky obtuvo el grado de licenciatura con la tesis Dispersión de una onda elástica a través de dos medios separados por una superficie cilíndrica, su asesor fue Manuel Sandoval Vallarta, otro físico mexicano reconocido a nivel mundial.


El investigador

En 1945 ingresó a la Universidad de Princeton. Marcos Moshinsky regresó a México con el objetivo de capacitar a jóvenes estudiantes para que se abrieran paso en el escenario de la física internacional. Asimismo en los años cincuenta se dedicó al estudio de la estructura de los núcleos atómicos y las reacciones nucleares.

Con motivo del deceso del físico Moshinsky, el doctor Alejandro Frank, exalumno y amigo, escribió lo siguiente en la revista Letras Libres:

Sus primeros trabajos en el escenario mundial tuvieron que ver con los fundamentos de la mecánica cuántica. En uno de ellos, publicado en 1952 y que tenía por título “Difracción en el tiempo”, se hacía una curiosa predicción relacionada con la evolución de una partícula inicialmente confinada en una región del espacio.

La partícula debía sufrir una especie de dilema shakespeareano: oscilar entre la existencia y la no existencia o, más precisamente, entre la posibilidad de ser encontrada o no. En aquella época ese extraño resultado no podía verificarse experimentalmente y parecía estar destinado a permanecer como una idea o un “experimento pensado”.

Sin embargo, para regocijo de los físicos mexicanos, las predicciones de Moshinsky fueron verificadas mediante delicados experimentos con neutrones 45 años después de su formulación.

Tomás Brody y Moshinsky definieron y tabularon, con ayuda de la primera computadora que existió en México, los paréntesis de transformación para funciones de oscilador armónico, desde entonces dichas tablas han facilitado los cálculos para el modelo de capas del núcleo. Este trabajo revolucionó la física mundial y se convirtió en referencia indispensable para el estudio de las estructuras nucleares.

La mayoría de los trabajos de investigación de Moshinsky tienen profunda influencia de Wigner. Aplicó la teoría matemática de grupos a los problemas de la estructura nuclear, contribución que le valió el reconocimiento mundial ya que aportó una nueva forma de afrontar problemas de gran complejidad y difíciles de abordar por otros métodos.

La teoría de grupos es considerada el camino más natural para estudiar las simetrías de los sistemas moleculares, atómicos y nucleares.

En el texto mencionado anteriormente, el doctor Frank hace la siguiente acotación al respecto:

"Su verdadero amor en el campo de la ciencia y el que le dio fama internacional, fue el hermoso lenguaje matemático de la física conocido como la teoría de grupos, que es la teoría matemática de la simetría en la naturaleza. Moshinsky se convirtió en uno de los más importantes expositores a nivel mundial de esta poderosa herramienta científica, logrando notables aplicaciones en la física atómica, molecular y nuclear.”

Otras actividades y reconocimientos

Marcos Moshinsky fue jefe del Departamento de Física Teórica del Instituto de Física de la UNAM y tiempo después director del mismo, así como investigador y coordinador de asesores del Instituto Nacional de Energía Nuclear.

Presidió la Academia de la Investigación Científica y la Sociedad Mexicana de Física. Fue investigador y profesor invitado en el Instituto Henri Poincaré, la Universidad de Princeton, la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook y la Universidad de Montreal.

Era miembro de las siguientes sociedades científicas: Sociedad Mexicana de Física, American Physical Society, Academia Mexicana de Ciencias, Brasileira de Ciencia, Europea de Ciencias, Artes y Letras, Pontificia de Ciencias, Ciencias de América Latina, Ciencias del Tercer Mundo, American Academy of Arts and Science y de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina.

Fue editor asociado de las revistas Nuclear Physics, Physics Letters y Journal of Mathematical Physics. Fundó y dirigió la Revista Mexicana de Física.

Sus publicaciones científicas incluyen cinco libros y más de 300 artículos de investigación, además escribió una extensa obra periodística y de divulgación científica.


Debido a sus importantes aportaciones a la ciencia nacional e internacional, el doctor Moshinsky recibió los siguientes galardones:

Premio Príncipe de Asturias, Premio de la Academia de la Investigación Científica, Premio Elías Sourasky, Premio Nacional de Ciencias y Artes de México, Premio Luis Elizondo, Premio Universidad Nacional, Medalla al Mérito Académico de la Sociedad Mexicana de Física, Premio de Ciencias de la Unesco, Premio Interamericano de Ciencias Bernardo Houssay (OEA), Medalla Wigner, Premio Weizmann en Ciencias y Humanidades, y la Medalla Justo Sierra al Mérito Universitario (UNAM).

En 1984 fue nombrado Investigador Emérito del Instituto de Física de la UNAM; perteneció al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt.

A principios de los noventa el Instituto de Física de la UNAM instituyó la Medalla de Oro Marcos Moshinsky, la cual se otorga anualmente. La UNAM y la Universidad de Goethe de Frankfurt lo invistieron como Doctor Honoris Causa.

El 20 de julio de 1972 ingresó en El Colegio Nacional. Su conferencia inaugural, Simetría en la naturaleza, fue presentada por el doctor Manuel Sandoval Vallarta, y en ella trató la relación entre la ciencia y el arte.

“La materia prima más valiosa de un país es la materia gris de sus habitantes…”

Esta famosa frase del doctor Moshinsky da cuenta de la importancia que tenían para él la educación y el fomento de la ciencia.

Durante más de cinco décadas impartió clases en la Facultad de Ciencias y dirigió tesis de licenciatura, maestría, doctorado e investigaciones posdoctorales.

Su interés por la educación de calidad, cuyo objetivo principal —afirmaba— debía de ser enseñar a pensar, no quedó sólo en el discurso. Durante años ahorró para crear una fundación que tiene la misión de impulsar la ciencia en México a través del apoyo a los investigadores en ciernes de las áreas de física, matemáticas y químico-biológicas.

El doctor Marcos Moshinsky Borodiansky murió el 1 de abril de 2009. Su gran legado ha impactado en los físicos mexicanos que le siguieron, muchos de los cuales también han sido y son reconocidos a nivel internacional. 


Referencia:

Estampas de la ciencia y la técnica en México, Comisión Federal de Electricidad, pp.188-189, Ciudad de México, 2012.


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