18-09-2017
Por Danae Villalón, DGDC-UNAM
Aunque es imposible predecir en qué momento ocurrirá el próximo sismo de gran magnitud, si un país cuenta con infraestructura para conocer el comportamiento de este fenómeno natural, tendrá mayor posibilidad de contar con mejores medidas de prevención y protección civil.
En México, contamos con un centro de monitoreo permanente que nos informa la localización y la magnitud de los sismos
- México es un país sísmico y con volcanes activos, por lo que el monitoreo sísmico es una necesidad nacional.
El Servicio Sismológico Nacional, a cargo del Instituto de Geofísica de la UNAM, recoge de manera permanente datos sobre la sismicidad en todo el territorio mexicano para informar a la población y promover la investigación.
Para cumplir con esta misión, opera una red de 61 observatorios sismológicos. Cada uno posee un sismómetro, un acelerómetro y un GPS, aparatos que registran la velocidad, la aceleración y el desplazamiento del suelo durante la propagación de las ondas sísmicas.
Luego del análisis de esos datos, los sismólogos establecen la localización y la magnitud del fenómeno.
- La magnitud de un sismo se calcula a partir de la cantidad de energía liberada como ondas sísmicas.
La divulgación de esta información es fundamental para prevenir y evaluar riesgos. Desde el terremoto de 1985, se impulsaron iniciativas de investigadores mexicanos dirigidas a la evaluación del riesgo sísmico en varias regiones del país, así como de aplicaciones de los recursos tecnológicos disponibles para prevenir futuros desastres.
Los sismólogos del SSN utilizaron estos registradores sísmicos convencionales de tambor durante décadas.
En el caso de la Ciudad de México, sabemos que está asentada sobre una zona lacustre. Bajo el pavimento se encuentran depósitos muy blandos, por lo cual las ondas sísmicas se perciben con mayor intensidad en esta zona.
Hasta el momento, la mejor alternativa para enfrentar las sacudidas del suelo, es la construcción de edificios más seguros.
El gobierno mexicano decretó la creación del Servicio Sismológico Nacional en septiembre de 1910, luego de que México participó en una reunión de varios países en 1904, en la que acordaron la creación de la Asociación Sismológica Internacional con el fin de mejorar los instrumentos de medición a nivel mundial.
Entre 1910 y 1923 se instalaron las 9 primeras estaciones sísmicas en el territorio nacional. El Servicio Sismológico Nacional está a cargo de la UNAM desde 1929.
Ciencia UNAM agradece a la Dra. Xioly Pérez, responsable del SSN, su apoyo para la realización de esta publicación.
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