Maravillas naturales en las Islas Revillagigedo

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  El Archipiélago de Revillagigedo se encuentra entre 720 y 920 kilómetros al oeste de Manzanillo, Colima. Está conformado por 4 islas: Roca Partida, San Benedicto, Socorro y Clarión. Su origen es volcánico y tiene una antigüedad aproximada de 3 millones de años.

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  Clarión es la isla mexicana más alejada de nuestro país y durante 15 días fue nuestro centro de campamento para la observación de su biodiversidad. El extremo sur de la isla se extiende al mar hasta formar tres playas de arena, conchas, roca volcánica y esqueletos de coral.

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  El pez “Ángel de Clarión” habita en las aguas de Revillagigedo. El color vivo en tonos naranja y marrón de su piel, iluminan y dan vida al océano.

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  El buzo y biólogo Juan Martínez del Instituto de Ecología A.C. busca regresar a su hábitat natural a la “Paloma de Socorro”, especie endémica que se encuentra extinta en la vida silvestre. Con apoyo de la Secretaria de Marina, el Instituto de Biología de la UNAM, el zoológico de Frankfurt y cerca de 23 instituciones internacionales, el equipo de Martínez cría a la paloma en cautiverio.

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  Perfil de una hembra de albatros (las aves marinas más grandes del mundo que además nunca envejecen). La amplia glándula nasal que se encuentra en la base de su pico, les permite eliminar la sal a través de las fosas nasales, que se podría acumular en sus cuerpos a causa de sus ingestiones de agua de mar mientras se alimentan.

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  Con una superficie de 28km2 y 250 de altitud, Clarión es la segunda isla con mayor superficie. Desierta casi en su totalidad, permite el libre desarrollo de las especies animales. Un tecolote enano se mantiene quieto entre el follaje.

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  La fauna terrestre en las Islas Revillagigedo es pobre, carece de anfibios. Es común observar entre los matorrales arácnidos de colores claros y contrastantes con telarañas de gran resistencia.

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  Al menos 136 especies de aves habitan permanente o temporalmente en Revillagigedo y 29 de ellas se reproducen en alguna de las islas. Un Rabijunco pico rojo sobrevuela los acantilados de Clarión.

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  Bobo patas rojas anidando en los arbustos de Clarión. Mientras las hembras resguardan los huevos de su principal depredador: el cuervo, los machos van en busca de comida. Al atardecer regresan para alimentar a su pareja, asegurando así, que la hembra no abandonará el nido por falta de alimento.

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  Los bobos patas rojas ponen un solo huevo que incuban durante 45 días. En su etapa juvenil presentan un plumaje oscuro grisáceo. Con la edad desarrollan un pico azul y cara rosada, las patas se caracterizan por tener tonalidades naranja-rojizas.

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  Para descubrir la biodiversidad de Revillagigedo es necesario acampar en sus zonas menos exploradas. Las noches sin luna y nubes, acompañadas del talento de la fotógrafa, son las ideales para capturar momentos como éste.

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  Al caminar entre los matorrales de Clarión es frecuente encontrar a la culebra chirrionera. La especie también es conocida como serpiente látigo, no es venenosa y tiende a huir si aprecia peligro.

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  En la Isla Clarión no existen los árboles, la mejor opción para resguardase de la altas temperaturas es buscar refugio entre las frescas paredes de los acantilados.

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  Las profundidades oceánicas son refugio de organismos fantásticos. Un banco de peces “Cirujanos convictos” nada en las cercanías a los acantilados.

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  Una vez que traspasas las olas embravecidas de las playas en Clarión, el mar se convierte en una gran alberca que deja apreciar especies como el “tiburón puntas blancas de arrecife” que observamos en la imagen.