11-09-2018
Por Naix’ieli Castillo García, Ciencia UNAM-DGDC
Los microbios y los productos que estos producen al vivir, tienen el enorme potencial de mejorar el mundo en el que nos desenvolvemos.
En la UNAM, el Laboratorio de Microbiología Industrial del Instituto de Investigaciones Biomédicas trabaja desde hace 40 años para encontrar microorganismos, que produzcan compuestos que deriven en nuevas alternativas para el tratamiento de enfermedades infecciosas.
Este laboratorio está dirigido por el doctor Sergio Sánchez Esquivel, quien ha dedicado ya 50 años de su vida a enriquecer el conocimiento en esta rama de la ciencia.
Entre los logros de este laboratorio se encuentra haber generado patentes y formado más de 100 profesionales que tras dejar los productos de su trabajo y creatividad en la UNAM, actualmente laboran en distintas áreas de la biotecnología, tanto en México como en el extranjero.
Para celebrar el 40 aniversario de la fundación, los doctores Sergio Sánchez y Corina Ceapa organizan el Simposio Internacional Natural Products and Drug Discovery mismo que se llevará a cabo los 13 y 14 de septiembre en las Instalaciones del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
A la fiesta académica acudirán renombrados especialistas de países como Estados Unidos, Canadá y China para compartir los conocimientos más avanzados en el campo de la microbiología industrial.
Los microbios de interés industrial se encuentran en varios lugares en la naturaleza. Algunos ejemplos son el suelo, el aire, el sistema circulatorio de las plantas, las cuevas, los sedimentos marinos, la tierra del polo norte y los geiseres. En esos lugares, que muchas veces son extremos, los microorganismos producen sustancias que los protegen afectando otras formas de vida que se encuentran alrededor.
Esas sustancias que reciben el nombre de metabolitos secundarios, tienen cuantiosas aplicaciones industriales. Su uso más importante es como antibióticos, pero algunos pueden servir como herbicidas, otros como insecticidas o parasiticidas, bajar el colesterol, combatir células cancerosas, o combatir plagas en cultivos. Son muchos los campos donde pueden usarse y ser económicamente redituables.
El doctor Sergio Sánchez explica que un lugar donde su grupo de investigación decidió buscar microbios de interés para la industria farmacológica, son las plantas que se usan en la herbolaria mexicana.
Estaba interesado especialmente en encontrar bacterias en el sistema circulatorio llamado floema. Los microbios se encuentran ahí conviviendo con la planta de manera simbiótica.
El cuachalalate resultó ser una buena fuente de microorganismos de interés. Esta planta de amplio uso en la herbolaria mexicana crece en diversos ambientes de nuestro país.
Los investigadores la colectaron en campo y buscaron aislar de ella algunos microorganismos. Como resultado obtuvieron una buena cantidad de hongos, que se evaluarán en el futuro, y cinco bacterias conocidas como actinomicetos. Cada una de estas bacterias cuenta con al menos 20 compuestos de interés para buscar actividad antibiótica.
El doctor Sergio Sánchez explica que los actinomicetos se consideran bacterias muy prometedoras, pues entre el 60 y 70 por ciento de los antibióticos comerciales que se usan actualmente provienen de este tipo de microorganismos.
“Hemos incursionado en la producción de varios compuestos y los estamos probando. Algunos de ellos han sido muy novedosos y otros están más limitados, pero pensamos que en los próximos años, podríamos tener una propuesta de principios bioactivos que tal vez despierte el interés de alguna empresa por emprender la aventura de invertir y evaluar clínicamente el compuesto”.
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