17-04-2018
Por Darinka Romero, Ciencia UNAM-DGDC
¡Estás en clases y las tareas son interminables! Sea la búsqueda de un libro o la investigación de un tema específico, los trabajos escolares están a la orden del día y consumen tu tiempo libre y horas de sueño.
Pero cuando se trata de trabajos de temas especializados, rigurosos o simplemente, de un área del conocimiento determinada ¿cómo encuentras la información adecuada? Espero que no hayas pensado en esos sitios que “todos” suelen consultar, sino en la Red de Bibliotecas Digitales de la UNAM.
- Las bibliotecas digitales son un espacio de creación de conocimientos. El concepto de ‘biblioteca’ no es más ya un lugar donde se guardan libros y revistas.
Se trata de un concepto moderno. El doctor Juan Voutssás Márquez, investigador en el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información, comenta que la idea de conjuntar todo el conocimiento humano (libros, publicaciones, escritos) para su consulta o preservación, ha estado siempre latente en el pensamiento e interés de la sociedad, desde siglos atrás.
Sin embargo, pensar ahora que la web es la biblioteca universal, es realizar una lectura fácil e indiferenciada, porque la realidad es que el mismo medio (la Red) proporciona otras reglas del juego, de las cuales sólo los principios básicos, ya preexistentes, pueden ayudarnos a distinguir entre información en la red y una biblioteca digital.
Desde su concepción, todas las bibliotecas, ya sean públicas, privadas, de una empresa, una escuela, del Estado, y las de la Red han estado enfocadas completamente a una comunidad específica, según sean las necesidades concretas de los usuarios, lo cual las distingue entre sí, posibilitando su diseño.
“Las bibliotecas te permiten acceder a información que es gratuita, pero que no es gratuita per se. Este principio lo han tenido desde siempre, cuando tú vas a una y sacas un libro a ti no te cuesta, porque la biblioteca pagó antes para tener esa información”.
Seguramente pensaste que estando en la red, los textos que descubrías con acceso gratuito no tenían un valor económico o una licencia para su distribución; esta característica de las bibliotecas ha sido latente desde su creación. Estas pagan por las mejores colecciones de libros, revistas, textos especializados, bancos de datos. Esta misma orientación siguen las bibliotecas digitales.
En la web existe una saturación de información, la cual se vuelve difícil de leer, discriminar y catalogar de manera personal. “El problema más grave es que ahora los usuarios creen saber buscar la información, pero realmente la que encuentran es muy superficial, muy sesgada, todo se los contesta Google, y no profundizan”, lamenta Voutssás.
El investigador considera que este modo de buscar información, se puede bien comparar con el uso de las monografías, las cuales sintetizan la información de un solo tema en diferentes recuadros que van ilustrados. Inevitablemente, cuando se está en la primaria y se entrega la tarea, es muy probable que la mayoría escriba el mismo resumen, pues la monografía les resuelve la tarea a todos.
Lo más seguro es que te suceda lo mismo al buscar información en internet; un sin fin de páginas posibles, videos e imágenes aparecen frente a nuestros ojos con explicaciones repetidas o nada convincentes, pero que el buscador considera útiles. El problema es que, si ya no estás en la primaria, podrías refinar tus técnicas de búsqueda.
En esta era de la saturación de la información, en donde tal pareciera que más que informados, la desinformación es lo que abunda, ya sabes noticias falsas, blogs con contenido superficial, seudocientífico, de investigaciones vagas y sin referencias confiables, el Dr. Voutssás destaca la labor de las bibliotecas digitales, siendo estas las que seleccionan, catalogan y crean las colecciones de consulta, ayudando al usuario en su búsqueda de conocimiento.
En el año 2016, la UNAM destinó al el Sistema Bibliotecario y de Información (SIBIUNAM), $101.75 millones de pesos para la adquisición de libros. Esta inversión ha permitido a los alumnos usar revistas, libros, bases de datos, entre otras fuentes de consulta para acceder a información específica y actualizada de bibliotecas de otros países.
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