Museo de la Luz: 21 años de atención al sentido de la vista

“La visión es algo que no se valora lo suficiente hasta que se pierde. Una visión defectuosa influye o puede influir de manera muy importante en la calidad de vida de las personas, inclusive para llevar una vida independiente en sus posibilidades de estudiar, trabajar o moverse con libertad. Es gracias a la visión y a la luz, que entra a través de nuestras pupilas, que nos damos cuenta no solo de lo que tenemos cerca, sino de lo que está más allá de nuestro alcance”.

Así describió Ana María Cetto, directora del Museo de la Luz, el valor del sentido de la vista durante la reinauguración del Gabinete del Optometrista, ahora ya consolidado y con el instrumental para atender al público interesado en recibir un diagnóstico gratuito de salud ocular.

Egresados de la carrera de optometría de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM brindan atención de martes de viernes de 9:00 a 17:00 hrs. y fines de semana de 10:00 a 17:00 hrs.

Diagnóstico sin costo

El Gabinete del Optometrista del Museo de la Luz ayuda a identificar problemas como cataratas, glaucoma, ojo seco y retinopatía diabética, que son condiciones a las que puede darse seguimiento”, dijo el especialista en microscopía electrónica, Oscar Antonio Ramos Montes, en la reinauguración de este espacio.

El Gabinete es un plan que lleva el Museo de la Luz desde hace 21 años cuando se inauguró, pero no se había podido consolidar el que tuviera todo el instrumental para atender al público. Con este nuevo tipo de atención, los visitantes al Museo de la Luz, además de un buen consejo sobre su salud ocular, podrán acceder a todo un proceso de valoración de la visión, con lo que reducirán hasta en un 80 por ciento los gastos para tratar su visión, agregó Ramos Montes, jefe de la carrera de optometría de la FES Iztacala.

Cerca de 285 millones de personas en el mundo tienen problemas de visión reducida, el 90% vive en los países de menor ingreso, informó Ana María Cetto en el marco de la celebración del 21 Aniversario del Museo de la Luz y del 25 Aniversario de la licenciatura en Optometría de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala.

“La mayoría de las causas de los problemas de la visión se pueden atender, prevenir, otras que se pueden curar o corregir. Eso quiere decir que cientos de millones de personas podrían recuperar su visión o ver bien, de existir las adecuadas campañas de concientización, prevención y de atención al problema.”

Una mirada al arte

Además de celebrar sus 21 años con la reinauguración del Gabinete del Optometrista, el Museo de la Luz ofrece a los visitantes la experiencia de disfrutar la obra Una mirada al arte a través de los sentidos de la artista japonesa Shino Watabe.

Esta obra, conformada por 35 pinturas, invita a los visitantes a explorar de una forma distinta el arte. Se divide en cuatro partes. La primera reúne autorretratos de la autora. En la segunda sección, Cuerpo Humano, Watabe muestra las emociones que puede llegar a tener una persona, porque como ella lo explica, en Japón, su país natal, las emociones son algo que era muy mal visto.

La tercera parte de la exposición, Amor al planeta, tiene la finalidad de crear conciencia de que la gente ponga más cuidado y proteja el lugar en el que vive, comentó la artista. “Cuando empecé a perder la visión me deprimí mucho, pero cuando empecé a sentir el viento, a oler las flores, sentía que la naturaleza me daba energía, por lo que creo que todo ser humano debe respetar al mundo y su naturaleza”.

“La última parte, Elementos Marinos, es una promesa hacia la pintura y hacia mi padre. (…) Esta sección está vinculada con mi niñez, cuando yo era niña mi padre nos llevaba cada verano a las playas. Hace dos años él falleció; días antes de que muriera hice una promesa a él porque estaba preocupado de que me iba a quedar sola teniendo discapacidad visual, le dije que siempre estaría feliz pintando”, relató Shino Watabe.

• Al tener una discapacidad visual, las obras realizadas por Shino Watabe adquieren un significado diferente, porque las líneas trazadas por la artista plástica prácticamente son moldeadas, ya que no alcanza a ver lo que pinta.

“Mi visión es como si tuviera un filtro gris, eso hace que los colores que puedo distinguir como manchas se opaquen; voy modelando la pintura con los dedos. A un metro de distancia ya no alcanzo a ver mi cuadro, entonces lo que hago es tomarle una foto al cuadro que está en proceso y pasarla a la computadora; a través de la pantalla me doy cuenta de la composición del cuadro y sobre eso voy corrigiendo, entonces es pintar, tomar la foto y así subsecuentemente”, expresó la artista en entrevista para Ciencia UNAM.