22-09-2015
Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM
Elaborar edificios a partir de materiales que causen un menor impacto en el medio ambiente, es posible.
Con materia prima como la arcilla, residuos de tala de árboles y residuos de construcción, además del uso del mucílago del nopal como aditivo, se pueden construir inmuebles tan eficaces como los hechos con los materiales convencionales.
Esto es lo que ofrece un grupo de investigadores, encabezado por Neftalí Rojas Valencia del Instituto de Ingeniería de la UNAM, con la fabricación de eco-ladrillos.
El eco-ladrillo, también llamado ladrillo ecológico, es un material alternativo que permite una construcción menos contaminante y más económica que otros sistemas constructivos tradicionales.
Este tipo de material, refirió, además de una buena apariencia, responde a criterios ecológicos y sostenibles, ya que requieren un bajo nivel de energía para su fabricación y se elimina la emisión de CO2 a la atmósfera al ser ladrillos que no requieren cocción.
El eco-ladrillo puede ser utilizado en la construcción de muros interiores y en construcciones exteriores usando como recubrimiento un acabado convencional; pueden ser empleados como sustitutos de ladrillos fabricados con materiales de primer uso en muros divisorios, bardas, pretiles y parapetos, entre otros.
El estructurista puede decidir si es necesario incluir elementos de refuerzo como castillos y cadenas alrededor de los muros, al igual que se hace para cualquier otro muro de ladrillos convencionales que se encuentre en el mercado, detalló.
Neftalí Rojas reiteró que las piezas fabricadas no requieren cocerse en horno, se exponen al aire libre durante un periodo de dos a tres días soleados y sin lluvia. Pasado este periodo y observada la pérdida máxima de humedad, los eco-ladrillos se trasladan a un secador solar y se ubican con una posición de apoyo; el secador se mantiene en todo momento expuesto directamente a los rayos solares durante un periodo de diez días, el cual puede disminuir de acuerdo según el estado del tiempo.
Cabe destacar que los eco-ladrillos están evaluados técnicamente a través de pruebas basadas en la normatividad mexicana, como son pruebas mecánicas de resistencia a la compresión y las de absorción de agua.
Estos ladrillos tienen además un costo-beneficio, ya que cada uno tiene un precio de 1.63 pesos porque es un trabajo artesanal, hecho a mano, pero si se produjeran en serie se abaratarían aún más, su monto sería 33 por ciento más bajo que los ladrillos rojos convencionales que ya hay en el mercado.
La especialista señaló que en México, se generan diariamente alrededor de 33 mil 600 toneladas de residuos de construcción, lo que significa que al año se desechan 12 millones de toneladas.
Tan sólo en el Distrito Federal, se generan 7 mil toneladas de desperdicio urbanos al día, por lo que integrar esta tecnología a la industria de la construcción ayudaría a disminuir este tipo de residuos de manera considerable.
“Esta invención está dirigida para cualquier edificación que genere residuos de construcción. Se han podido corroborar los resultados al utilizar residuos de Puebla, el estado de México y el Distrito Federal con excelentes resultados, y continuamos con el desarrollo experimental, al fin de integrar el uso de diversos residuos, por lo que podemos decir que esta tecnología puede tener una cobertura muy amplia”, explicó.
Aunque hoy esta alternativa está a nivel de un proyecto que muestra los beneficios que se pueden obtener elaborando ladrillos reciclados, la doctora Rojas buscará un acercamiento con el Instituto Mexicano del Cemento y del Concreto o con algunas otras empresas que puedan interesarse en desarrollar la propuesta.
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