24-08-2015
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
Leer una semblanza de Rolando Díaz Loving es enterarse que recibió la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos y el Premio Universidad Nacional en el área de Investigación, que también obtuvo el Premio Nacional de Investigación en Ciencias Sociales que otorga la Academia Mexicana de Ciencias y el Premio Heberto Castillo de la Ciudad de México por el impacto de sus investigaciones en la sociedad.
También es conocer que ha contribuido a la formación de investigadores y que su producción científica en torno a la cultura y la personalidad, la salud, la pareja y la familia es parte de un número importante de publicaciones en torno a estos aspectos de la psicología social.
Sus aportaciones a la psicología social son reconocidas también fuera de nuestro país, ya que ha sido invitado como asesor de la Universidad de Illinois, de la Unión Internacional de Psicología Científica y de la Iniciativa para Matrimonios Hispanos Saludables. Además fue investigador invitado en la Fundación Hogg para la Salud Mental y recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Ricardo Palma en Perú.
Así, han pasado más de tres décadas desde que decidió cursar el doctorado en Psicología Social, aunque algunos de sus primeros intereses de juventud fueron el deporte y el estudio de las ciencias del mar. Siempre ha estado cercano de la psicología pues su padre, el doctor Rogelio Díaz Guerrero, fue un profesor emérito de la Facultad de Psicología de la UNAM, quien contribuyó al estudio de la etnopsicología y al estudio de la personalidad del mexicano.
“En las cotidianidades había algo de plática en torno a lo que es la psicología, pero no fue sino hasta cuando yo tenía 18 años que mi padre me pidió que trabajara como ayudante de investigación en el programa de la evaluación formativa de Plaza Sésamo. Mi interés fundamental en aquel tiempo era el deporte y por ello cuando terminé la prepa me fui a la Universidad de Texas a jugar básquetbol, sin embargo mis rodillas no resistieron el golpeteo del básquet y no recibí la beca deportiva”, narró el doctor Rolando Díaz Loving de la Facultad de Psicología de la UNAM.
El doctorado lo cursó en la Universidad de Texas en el área de psicología social, pues –dijo– era lo que respondía a sus inquietudes en torno a la discriminación y la pobreza, a través de herramientas que le permitían estudiar e intervenir en estos fenómenos. Además trabajó en este sitio como ayudante de profesor.
A su regreso a México se enfrentó a que la perspectiva que se tenía en psicología social era diferente a la que él había trabajado en Estados Unidos. Casi no se realizaba investigación psicosocial y siguiendo la línea que había creado el doctor Rogelio Díaz Guerrero empezaron a crear instrumentos y pruebas que fueran válidas, confiables y culturalmente sensibles. De tal forma que desarrollaron inventarios para medir el autoconcepto del mexicano, aspectos relacionados con masculinidad y feminidad, locus de control, empatía y asertividad, entre otros temas.
Toda la experiencia en materia de psicología social le permitió al doctor Díaz Loving crear la teoría biopsicosociocultural de las relaciones de pareja, en la cual se exponen desde variables evolutivas y biológicas hasta cuestiones de normas, creencias y patrones de tipo cultural. Así como el efecto que estos aspectos tienen en la interacción de la pareja, en términos de cuáles son las conductas, emociones y las cogniciones o pensamientos que se dan cuando las personas interactúan. También en esta teoría se evalúa cómo esto afecta la conducta y se obtiene una evaluación.
Posteriormente también se agregaron a esta teoría aspectos relacionados con la familia, cómo interactúan los distintos miembros del núcleo familiar e incorporaron investigación sobre la sexualidad relacionada al estudio del VIH, es decir, conductas de riesgo y cómo crear programas de intervención que pudieran estar dirigidos a crear conductas preventivas.
“La teoría biopsicosociocultural en su parte cultural recoge más esas normas, valores, creencias, actitudes de las parejas que viven en México. Obviamente en todas las investigaciones sobre el ser humano y su conducta tenemos partes que podemos llamar universales, que aparecen en todos los seres humanos, y algunas que son idiosincráticas hacia ciertos grupos culturales, entonces, el afecto, la intimidad, la pasión se da en todas las culturas, lo que cambia es su manifestación”, puntualizó el doctor Díaz Loving.
Por lo tanto, consideró que es fundamental hacer investigación en torno a cómo es que se manifiestan estos aspectos en cada grupo cultural y cuáles son las variables que les son propias y cómo éstas se vinculan de una manera muy particular en las diferentes culturas, con el fin de que las teorías sean aplicables.
“Una psicología más válida, vibrante y aplicable es una psicología que toma estos preceptos universales del comportamiento, pero que además identifica las manifestaciones específicas de cada grupo cultural”, señaló.
De esta manera, el investigador propone que en cada grupo cultural se realice investigación de abajo hacia arriba, es decir, primero se hace una exploración, se realizan entrevistas, se analizan grupos focales y redes semánticas, y una vez que se identifica cómo está viendo el fenómeno estudiado, es posible insertar las variables psicológicas para obtener investigación cuantitativa y experimental.
Convencido de que con el apoyo de los estudiantes es posible el desarrollo de la producción científica en el país, expresa su orgullo por aquellos que se han formado con él, no sólo a nivel posgrado, sino que también de aquellos que apenas inician la universidad y a quienes ha impulsado hacia la investigación.
Expresó que desde los años 70 ha crecido la psicología social, tanto que de las 10 áreas en investigación psicológica que integran el Sistema Nacional de Investigadores la de psicología social es la más abundante. Además de que 30 de estos investigadores cursaron el doctorado con el doctor Díaz Loving y tres de ellos ya son Nivel III, lo cual para él es un orgullo.
Asimismo, señaló que como grupo de investigación les hace falta tener un efecto mayor en toda la psicología hacia el interior en México, es decir, en la parte sociocultural, por lo cual tienen un vínculo internacional con países latinoamericanos e incluso con África: “estamos haciendo investigaciones en colaboración con ellos en donde ya no estamos tomando los métodos y los conceptos y las teorías desarrolladas sólo en EU e Inglaterra y algunos otros países europeos, sino de nuestras propias investigaciones”, concluyó.
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