05-06-2015
Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM
Los océanos regulan el clima del planeta y constituyen una fuente importante de nutrición. Su superficie es paso esencial para el comercio mundial, y sus profundidades albergan soluciones actuales y futuras para las necesidades energéticas de la humanidad.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU
Las grandes cantidades de plásticos, plaguicidas y otros compuestos químicos que los humanos arrojan al mar, representan un grave problema de contaminación marina a nivel mundial.
En palabras de Fernando Antonio González Farías, integrante el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, el DDT, compuesto organoclorado principal de los insecticidas, se ha reportado en algunos suelos de determinadas regiones del país, ya que tiene una vida media de 200 años que es el tiempo que tarda en degradarse la mitad del compuesto aplicado.
Se han hecho estudios en zonas muy alejadas de las áreas de cultivo, encontrándose cierta concentración de DDT en organismos que viven en los polos, tanto en pingüinos en el Polo Sur, como en osos polares en el Polo Norte.
Y es que al preparar la tierra para el cultivo, se necesitan plaguicidas que permitan el mejor crecimiento de las plantas, mismos que al llover, agregó el investigador, se deslavan y llegan a los desagües agrícolas, que descargan su contenido en la zona costera, con la consecuente contaminación de los litorales y estuarios.
En el marco del Día Mundial de los Océanos, el especialista mencionó que la contaminación por basura plástica como botellas, empaques y bolsas que tardan muchos años en degradarse representan una amenaza para la vida marina.
Hay casos en los que por accidente, se derraman compuestos dañinos en las zonas costeras y como consecuencia ocurre una contaminación aguda en la que evidentemente habrá mortandad de peces y otros organismos de los océanos.
En estas situaciones se puede decir que hay polución por agroquímicos, pero también una respuesta por parte del medio ambiente. Los plaguicidas, agregó, son los únicos compuestos contaminantes que deliberadamente el humano vierte en el ambiente.
“Por ello, debemos ser cautos y tratar de evitar el uso de ciertos compuestos que si bien son benéficos en el campo agrícola, también son muy perjudiciales en la zona costera”, resaltó el experto en contaminación marina.
Como cada año, el 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos para recordar al mundo el gran papel que los océanos juegan en nuestras vidas. Son los pulmones de nuestro planeta, que generan la mayoría del oxígeno que respiramos. Uno de los propósitos es informar sobre las consecuencias que la actividad humana tiene para los océanos.
Los océanos conectan a las personas de todo el mundo, con independencia de donde vivan. También regulan el clima, alimentan a millones de personas, son el hábitat de una gran variedad de seres vivos y nos proporcionan medicinas y muchos más recursos.
Para garantizar la salud de la vida marina, de nuestras comunidades y de las generaciones futuras, es imprescindible que cuidemos a los océanos con la misma intensidad que ellos cuidan de nosotros.
El lema de este año es “Unos océanos sanos, un planeta sano”, se centra en los esfuerzos por acabar con la contaminación producida por los plásticos.
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