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¿Donaciones de sangre segura?

La transfusión de sangre es la segunda vía de contagio de enfermedad de Chagas a nivel mundial. Imagen: Bárbara Castrejón.

16-06-2014

Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM



Una transfusión de sangre permite salvar vidas y mejorar la salud, pero muchos pacientes que la necesitan no pueden acceder a sangre totalmente segura. La hepatitis B y C, el VIH, la sífilis y la enfermedad de Chagas, son algunos de los padecimientos que pueden ser objeto de contagio a través de este tejido.

Bertha Espinoza Gutiérrez, del departamento de Inmunología del Instituto de Investigaciones Biomédica de la UNAM, comenta que la Tripanosomiasis americana,  conocida como enfermedad de Chagas, es un padecimiento parasitario que puede transmitirse por la sangre, de hecho, la transfusión es considerada la segunda forma más importante de contagio a nivel mundial; en las ciudades, es la primera.

El principal medio de transmisión del parásito, –en el 80 ó 90 por ciento de los casos–, es mediante las heces de vectores infectados; la segunda forma –del 5 al 20 por ciento–, se debe a la transfusión sanguínea. La transmisión congénita, la vía oral y los accidentes de laboratorio son menos frecuentes –del 0.5 al 8 por ciento–.

En respuesta, indicó la especialista, desde 2007 la Secretaría de Salud realiza en todos sus hospitales un tamizaje general a fin de detectar si la sangre de los donantes está contaminada, ya sea por el parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas o alguna otra enfermedad contagiosa como VIH o Hepatitis.

“En el banco de sangre del Hospital La Raza, se detectó a una persona que había donado ocho veces antes de que se realizara la prueba de tamizaje, y dio positivo para la prueba de Chagas, lo que puede aumentar laposibilidad de que la enfermedad se propague, pues una unidad de sangre donada, sirve para cuatro receptores”, explicó.

De ahí la importancia de que los bancos de sangre realicen las pruebas para todas las infecciones que se conocen, incluyendo la Tripanosomiasis americana. Detalló que hasta hace poco, sólo en la Secretaría de Salud llevaban a cabo estos tamizajes, en hospitales privados apenas comenzaron a realizarse.

En este sentido, señaló, el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional, desde hace varios años, ha puesto a disposición de los hospitales los estudios de detección que en él se realizan mediante dos técnicas: la Prueba de ELISA y la Western Blot, ésta última es confirmatoria.

Prueba de ELISA

La prueba de Ensayo por Inmunoabsorción Ligado a Enzimas, ELISA, por sus siglas en inglés, es una técnica de ensayo utilizada en muchos laboratorios para determinar si un anticuerpo particular está presente en la muestra de sangre de un paciente.

Aunque el procedimiento es rutinario y sencillo, involucra a un gran número de variables, tales como selección de reactivo, temperatura, medición de volumen y tiempo, que si no se ajustan correctamente, puede afectar los pasos sucesivos y el resultado de la prueba.

Sangre en números rojos

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 65% de las donaciones de sangre se hace en los países desarrollados, que solo representan un 25 por ciento de la población mundial. Las tasas de donación siguen siendo inferiores al uno por ciento de la población (el mínimo necesario para atender las necesidades básicas de un país) en 73 países, 71 de los cuales son países en desarrollo o en transición.

De igual modo, en 42 países los donantes voluntarios no remunerados, que son la fuente más segura, aportaron menos del 25% de las donaciones. Tan sólo en 2007, 31 países seguían obteniendo donaciones remuneradas, que totalizaron más de un millón de donaciones.

En 41 países no se realizaron pruebas de detección de una o más de las siguientes infecciones transmisibles por transfusión de sangre: VIH, hepatitis B y C, y sífilis.

Según informe del sitio oficial de Cruz Roja/Media Luna Roja, las transfusiones de sangre contaminada ponen vidas en peligro, porque pueden contagiar al receptor el VIH o los microorganismos responsables de la hepatitis B, la hepatitis C, la sífilis, la enfermedad de Chagas, la malaria y otras infecciones.

La sangre contaminada por cualquiera de estos agentes patógenos no puede ser transfundida y debe desecharse, lo que supone unos costos económicos adicionales. Estas cuestiones son especialmente preocupantes en los países con escasez de sangre.

En el mundo, hasta cuatro millones de personas se han infectado con el VIH-sida por la transfusión de sangre contaminada. La prevalencia de los agentes responsables de la hepatitis B, la hepatitis C y la sífilis en la sangre donada sigue siendo inaceptablemente alta en muchos países en desarrollo.

La prevalencia de Trypanosoma cruzi (responsable de la enfermedad de Chagas) en la sangre donada es un problema importante en algunos países de América del Sur y América Central.

Muchos países carecen de políticas, procedimientos o recursos para garantizar la seguridad de la sangre, sobre todo en zonas de África, Europa Oriental, Asia Central y Asia Meridional y Sur Oriental, que se enfrentan a la pandemia de VIH/SIDA ya que son los que tienen la mayor prevalencia de infecciones transmisibles por la sangre.

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