El universo o nada, biografía de Guillermo Haro

Pocos hombres han dado tanto a la ciencia mexicana como Guillermo Haro. El más notable y visionario astrónomo que entregó su vida a esta disciplina y puso la ciencia de México al nivel de los países desarrollados haciendo investigación de  vanguardia con los medios de un país del tercer mundo.

Lo anterior, según palabras de la que fuera su esposa, Elena Poniatowska, quien durante la presentación del libro, escrito por ella, El universo o nada: biografía del estrellero Guillermo Haro, expresó que él siempre puso en duda lo establecido y jamás olvidó leer el cielo nocturno.

La escritora  aseguró que Guillermo Haro pasó los mejores años de su vida en Tonanzintla, Puebla donde, apuntando con la cámara Schmidt –un telescopio óptico diseñado para observar grandes porciones del cielo-, descubrió estrellas azules, cometas y otros objetos astronómicos que llevan su nombre.

Conocer una estrella es conocerse a sí mismo

De acuerdo con quienes lo conocieron, sus colegas y alumnos fue un hombre interesado por comprender la posición que los humanos tenemos en el cosmos. Y constantemente decía, “todos venimos de la misma explosión, por eso, conocer una estrella es conocerse a sí mismo”.

Guillermo Haro dedicó su vida a la ilustración de sus semejantes. Su curiosidad natural  y su enorme coraje lo llevaron a notables descubrimientos astronómicos y a ser pionero en la comprensión de la teoría de formaciones de estrellas y en la evolución estelar, su trabajo dio renombre a la UNAM y a México.

No solo se ocupó del cielo, sino también de  organizar la ciencia mexicana. “Crear nuevas instituciones y crear un movimiento científico en todo el país fue uno de sus esfuerzos constantes y desesperados  porque le angustiaba el retraso mental y la falta de visión de nuestros científicos y empresarios”, dijo Elena Poniatowska.

Sabía que la astronomía no solo gira en torno a la explicación sobre el origen sino que tiene aplicaciones prácticas en óptica electrónica y computación y por eso fue fundador del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE) y del Instituto de Astronomía de la UNAM.

También se le reconocer haber contribuido a la fundación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y que, gracias a él, la comunidad de astrónomos mexicanos pasara de 5 a más de doscientos en la actualidad, sin contar los casi  250 doctores en óptica graduados hasta la fecha del INAOE

El notable científico siempre se preocupó por que los estudiantes formados en el extranjero regresaran a México. Se le atribuye haber forjado una generación completa de jóvenes, astrónomos y astrofísicos dispuestos a regresar a México después de doctorarse en EU y Europa. “Hombres y mujeres que aman a su país por encima de sus propios intereses” señaló su biógrafa.

El universo o nada: biografía del estrellero Guillermo Haro es la historia de sus horas, sus trabajos y sus días, y un homenaje a su fuerza de carácter y a su capacidad de visionario, concluyó Poniatowska.

Legado del astrónomo

En la presentación del libro, José Franco, director general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, elogio la biografía de quien fuera, uno de los arquitectos más importantes no solo de la astronomía sino de toda la ciencia mexicana. Se dijo feliz de que la vida de este personaje extraordinario fuera narrada de modo igualmente extraordinario por la escritora Elena Poniatowska.

En su oportunidad, Silvia Torres investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores y amiga personal de Guillermo Haro, dijo que el libro lo retrata desde sus emociones, estados de ánimo y  personalidad.

En su opinión, la astronomía mexicana moderna inicia con Guillermo Haro. Y como muestra señaló que durante 20 años, tuvo la doble responsabilidad de dirigir el Observatorio Astronómico Nacional (hoy Instituto de Astronomía de la UNAM) y el Observatorio Astrofísico de Tonanzíntla (hoy el INAOE).

William Lee, director del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, expresó que si bien no tuvo la fortuna de conocer al connotado científico si tiene la fortuna de vivir su legado en el IA. Destacó su admiración por la exigencia inflexible de Haro por la calidad y excelencia en su trabajo cotidiano y recordó que para él la astronomía se encontraba en una interfaz entre la ciencia básica y el desarrollo tecnológico.

Por su parte, Alberto Carramiñana director general del INAOE, reconoció a Guillermo Haro por haber abierto caminos para la creación de observatorios en México como el actual Observatorio Astronómico Nacional San Pedro Mártir y el Observatorio Astrofísico Guillermo Haro en Cananea. Asimismo, dijo, abrió la puerta al desarrollo tecnológico y la observación de los astros a través de la instrumentación haciendo que el INAOE tuviera ramas prácticas como la óptica, la electrónica y las ciencias computacionales.

El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, Carlos Arámburo de la Hoz, expresó que la obra de Elena Poniatowska es una oportunidad para que jóvenes y el resto de la sociedad aprecien cómo se genera una vocación científica y observen el crecimiento de una persona en relación con su entorno. 

Tras la presentación de la biografía, la escritora firmó libros a los asistentes en el teatro de UNIVERSUM, Museo de la Ciencias.