09-12-2013
Por Sofía Flores Fuentes, DGDC-UNAM
La diabetes tipo 2, las enfermedades respiratorias y el cambio climático son problemas complejos debido a los muchos factores que influyen en su aparición y existencia. La ciencia que se realiza en el mundo es dominantemente especializada y atiende partes de los problemas, pero no su totalidad. En cambio, las ciencias de la complejidad es un enfoque que aborda los fenómenos y problemáticas sociales desde diferentes disciplinas del conocimiento que trabajan coordinadamente.
El Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM surgió de la iniciativa de realizar investigación científica transdisciplinaria para valerse de las aportaciones de diferentes campos del conocimiento, y así estudiar problemas altamente complejos y de importancia nacional desde todas las perspectivas para contribuir a su solución.
El proyecto del C3 comenzó con los programas de Sistemas Complejos y el Departamento de Sistemas Complejos del Instituto de Física de la UNAM en los años 80, y empezó formalmente en el año 2009 como un centro virtual.
El Centro de Ciencias de la Complejidad está incluido en el plan de desarrollo 2011-2015 del rector de la UNAM, José Narro Robles, y se espera que su construcción comience en poco tiempo dentro del campus universitario.
“Estamos entrando a una nueva área de la ciencia, en donde vemos que lo familiar no está siendo tan útil como ha sido en el pasado. Tenemos muchos datos, pero no tenemos los sistemas, los marcos teóricos o conceptuales para entenderlos”, comentó Christopher Stephens, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares.
El C3 plantea una nueva forma de realizar ciencia para incidir en las problemáticas más importantes que enfrentamos en el país. La visión es tener un espacio donde se haga investigación científica que involucre disciplinas de las ciencias básicas y sociales.
“El sentido del C3 es un lugar de encuentro para demandar y ofertar conocimientos. Si tú tienes algo que ofrecer, el C3 es un buen lugar para saber si hay alguien que se puede beneficiar de eso”, agregó el especialista en conferencia sobre la trascendencia de las ciencias de la complejidad.
Christopher Stephens mencionó que actualmente el C3 tiene programas de investigación en temas como inteligencia computacional, complejidad de ecología y medio ambiente, social y de salud. De los cuales se desglosan estudios en diabetes, influenza H1N1 o la fragilidad y el envejecimiento, por mencionar algunos.
La línea de investigación en diabetes tipo 2 se desarrolla en conjunto con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quienes aportan los datos genéticos, de estilo de vida y fisiológicos de los pacientes.
De los resultados, hasta ahora obtenidos, los investigadores del C3 han observado que el estilo de vida es tres veces más importante que la genética. “Estos son problemas complejos, es decir que hay cientos de factores que influyen si vas a tener diabetes; no es que seas obeso y vayas a tenerla”.
Comentó que actualmente evalúan modelos predictivos para detectar qué personas están en riesgo y su probabilidad de padecerla en los próximos diez o veinte años.
Stephens mencionó que hay muchos mitos sobre la diabetes y la nutrición, pues se asocia con los refrescos y a la comida chatarra. Sin embargo, cuando los investigadores analizaron la alimentación de una persona por semana, observaron que no hay un efecto significativo con la ingesta de comida chatarra porque nadie come tres veces al día, los siete días a la semana, en restaurantes de comida rápida.
Lo que sí tiene relación es la cantidad de comida que se ingiere. El investigador agregó que a México le cuesta aproximadamente 200 mil millones de pesos al año la atención de este padecimiento.
Asimismo, la investigación de la influenza H1N1 ha arrojado que las mascotas son un factor de riesgo para padecer la enfermedad y que incluso veterinarios encuestados han visto en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, gente con síntomas similares a la influenza.
En el caso del trabajo en envejecimiento, Stephens mencionó que los especialistas en ciencias de la complejidad buscan incidir, a través de herramientas de la física, en la resolución de problemas propios de la edad avanzada, como en la función cardiaca.
Christopher Stephens concluyó que en la UNAM y en todo México hay una importante concentración de capital humano que no ha sido aprovechado para beneficio del país. Por tanto, el C3 es una iniciativa institucional incluyente para sacar el máximo rendimiento de este capital, y así incidir en la solución de problemas nacionales de gran impacto social.
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