26-12-2012
Por Aline Juárez Nieto, DGDC-UNAM
Una consecuencia de la compra excesiva de productos durante la época decembrina, es el aumento generalizado de precios en los meses de enero y febrero, indicó Patricia Rodríguez López, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
“Al reconocer este aumento, sería importante que el dinero extra que la gente recibe cada fin de año, ya sea en vales o en efectivo, fuera administrado de manera diferente, y no sólo para hacer frente a los gastos que se realizan en diciembre y los primeros días de enero.”
La maestra en ciencias económicas detalló que cuando la gente tiene una cantidad extra de dinero, incrementa la demanda de productos por la estación, fiestas navideñas y demás celebraciones. Los trabajadores en activo tienen más dinero en efectivo disponible, por tanto, suelen consumir más cosas que no necesitan.
“El exceso de ingreso se podría canalizar en el pago de deudas, para evitar el pago de intereses. Otra opción es la compra de bienes básicos que se pueden almacenar pero, sobre todo, ese dinero se debería intentar ahorrar con el objetivo de enfrentar pagos extras o inesperados,” sugirió.
Sin embargo, la maestra Patricia Rodríguez aclaró que el problema en México es que el ingreso es bajo, por tanto, es difícil ahorrar. Además, la idea del consumo se ha ido generalizando y esto ha aumentado con el uso de tarjetas de crédito con pagos a plazos, “fenómeno que ocasiona que exista un gasto mayor de lo que la gran mayoría puede solventar.”
“Aunque los precios incrementan de manera considerable, no lo notamos porque usamos las tarjetas de crédito y la facilidad de los meses sin intereses. Todo ello tiene como consecuencia que si la gente no es responsable con sus compras ni con el pago puntual, se les impondrán tasas de interés altas, que dupliquen el costo de las cosas.”
Advirtió que si uno se endeuda con productos como electrodomésticos, computadoras o equipos celulares, y éstos los adquirimos a meses sin intereses, esto ocasionará que al pagar la tarjeta mensualmente nos quedemos sin efectivo y tendremos que seguir utilizando los plásticos con gastos simples, como alimentos y enseres.
“Hay una falta de cultura del adecuado manejo de instrumentos como las tarjetas. Los meses sin intereses no son tan mala idea y más si contemplamos los bajos ingresos a los que estamos acostumbrados, pues estos nos pueden apoyar a adquirir productos que no podríamos obtener de otra manera. Es una buena idea, siempre y cuando la gente tenga un control real de lo que ganará mensualmente y cuánto implicará la mensualidad de meses sin intereses.”
Explicó que las mensualidades de las tarjetas de crédito, junto con los gastos fijos, no deben sobrepasar el 30 por ciento de los ingresos líquidos efectivos mensuales. Por ello, recomienda usarlas de manera responsable.
“En el momento en que no se cuenta con efectivo para pagar la mensualidad total, se tiene como resultado el pago de tasas de interés altas que van del 35 al 40 por ciento, lo que ocasiona un incremento en el precio real del producto que se compró.”
Para concluir, exhortó a la gente a tomar en cuenta que existen gastos necesarios que se deben cubrir en el año, por lo menos en los primeros seis meses, “al considerarlos se puede disminuir el consumo social navideño, que arrastra a gastar el extra de ingresos y nos lleva a un consumo irracional.”
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