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¿Qué sigue después de la Inteligencia Artificial?

Los cambios y avances tecnológicos se encuentran en constante desarrollo.

25-08-2020

Por Óscar Poblete Sáenz*

Apenas comienza la verdadera era digital con la introducción de la Inteligencia Artificial en nuestras vidas diarias. Con ello, surge una infinidad de oportunidades, herramientas, aplicaciones, métodos e ideas:

El uso de algoritmos para detectar comportamientos sociales a través de datos y estadísticas; asistentes virtuales que brindan soporte técnico en lenguaje natural; cámaras con visión computacional para detectar crímenes o actividades sospechosas; aprendizaje automático para el entrenamiento en la toma de decisiones autónomas; redes neuronales para el razonamiento y sinapsis artificial, entre muchos otros usos aún más complejos y específicos que quizá no percibimos aún en nuestro día a día.  

Sin embargo, es importante considerar que a pesar de no percibirlos, todos estos cambios y avances tecnológicos ya existen y se encuentran en constante desarrollo, tomando en cuenta también aquellos de los cuales no sabemos nada o los que están por ser inventados e implementados en nuestro entorno de alguna u otra manera.

Es justo en este punto cuando deberíamos reflexionar y dudar: ¿qué alcance tiene la Inteligencia Artificial? Y seguido de esto preguntarnos: ¿qué sigue después de la Inteligencia Artificial?

Puede que estas incógnitas suenen muy precipitadas o lejanas, pero la realidad es que la invención e innovación nunca se detienen y en cuanto menos lo pensamos o esperamos estos cambios se encuentran a la vuelta de la página. No obstante, para darle la vuelta a la página necesitamos comprender lo que estamos leyendo en estas líneas.

El término Inteligencia Artificial

Como definición, se aplica el término Inteligencia Artificial a los sistemas que manifiestan un comportamiento inteligente, pues son capaces de analizar su entorno y pasar a la acción con cierto grado de autonomía y complejidad, con el fin de alcanzar y lograr tareas u objetivos específicos que pueden incluso llegar a superar las capacidades o habilidades cognitivas y por ende físicas del ser humano.

Asimismo, hay que recordar que, según el IMT,  la Inteligencia Artificial es calificada y clasificada de las siguientes formas: Inteligencia Artificial Estrecha (IAE), Inteligencia Artificial General (IAG) y Súper Inteligencia Artificial (SIA). 

Para no ahondar de más en términos históricos anteriormente explicados en el artículo ¿Quién regulará la Inteligencia Artificial? , en donde se habla acerca de los padres de la Inteligencia Artificial y sus grandes hallazgos e invenciones en la historia de la IA, en esta ocasión únicamente se complementará la tesis con la invención de Alan Turing llamada el Test de Turing, la cual tenía como fin el poner en prueba y definir la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente similar al de un ser humano o indistinguible al de este. 

Una vez que tenemos en mente lo anterior, podemos pensar en la incógnita sugerida ¿Qué sigue después de la Inteligencia Artificial? Muchas veces podríamos llegar a la conclusión de que no sabemos porque el futuro tecnológico nos ha demostrado ser impredecible. 

Si analizamos las clasificaciones de la Inteligencia Artificial nos damos cuenta que existe cierto patrón evolutivo en términos de cognición, mismo que termina en el desarrollo y la existencia de una voluntad y conciencia integrada en un sistema, máquina o equipo.

Puede sonar bastante descabellado y ficticio el pensar que una maquina algún día va a poder actuar y pensar igual o mejor que un ser humano, al igual que hay muchos que lo ven como un escenario apocalíptico.


Pero hace un par de décadas, los vehículos autónomos parecían ser una fantasía tecnológica bastante alejada de la realidad, incluso se veía más cercana y viable la invención de autos voladores y el diseño de aerovías que el simple y actual hecho de que un conjunto de modelos algorítmicos pudiera lograr el manejo autónomo por las calles y autopistas ya construidas.

En el caso de la Inteligencia Artificial, hay quienes esperan que cumpla con simples órdenes y funciones que faciliten su vida cotidiana, quienes la usan como herramienta de trabajo, así como también quienes temen que los sustituyan. Igualmente quienes buscan optimizar su uso llevándolo a funciones tanto repetitivas como inesperadas, innovadoras, productivas, creativas e inimaginables, así como también puede que algunos busquen darle usos y aplicaciones que caigan dentro de la ilegalidad o inmoralidad.

Actualmente podemos llegar a pensar que las maquinas, equipos o sistemas inteligentes comparten semejanzas con el comportamiento humano, aunque a su vez, tienen varias diferencias que distancian las posibilidades de lograr ser idénticos. Asimismo, como marca Eric Baldwin puede que suene como una tarea difícil el igualar los aspectos físicos, cognitivos y emocionales de un sistema, maquina o equipo a los de un ser humano, y puede que sí sea difícil, pero no imposible. 

Finalmente, si pensamos en lo único que podría hacer diferente en términos cognitivos a una máquina, sistema o equipo con Inteligencia Artificial de un ser humano basándonos en el modelo de Turing, la respuesta está en que la IA no cuenta con conciencia ni voluntad, elementos que se han convertido en múltiples ocasiones la razón por la cual el test de Turing falla.

Es entonces cuando con base a la hipótesis de que los grandes cambios y avances tecnológicos se encuentran en constante creación, desarrollo e implementación de manera ardua, sigilosa, inesperada y sorprendente en nuestro entorno, podemos llegar a la conclusión de que lo más probable es que ya se esté trabajando en algo que logre superar los límites de la Inteligencia Artificial.

Según la invención de Alan Turing, lo único que le falta a la Inteligencia Artificial para actuar y pensar como un ser humano en términos cognitivos son la conciencia y voluntad. Quizás lo que se esté buscando no sea precisamente el lograr pasar el test de Turing al simular una conciencia y voluntad artificial o siquiera alcanzar la Súper Inteligencia Artificial (SIA), sino dar el siguiente paso hacia una nueva forma de vida artificial.


*Vocal de Regulación y Desarrollo de Inteligencia Artificial (REDIA) A.C.

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