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Conoce las dunas y cómo cuidarlas

21-03-2018

Por Ma. Luisa Santillán/ Beatrix Gutiérrez de Velasco, Ciencia UNAM

A lo largo del territorio mexicano encontramos diferentes tipos de dunas

Las dunas se forman a partir de la acumulación de arena por transporte y depósitos en ambientes desérticos y también costeros. Es decir, se forman a partir del transporte de la arena por el viento.

Aunque son propias de ambientes calurosos, también se han registrado dunas en zonas sumamente frías como la Antártida e incluso en el planeta Marte, pero cada una de ellas es una huella del paso y acumulación de la arena que permite entender los procesos marinos/eólicos en ambientes continentales y costeros.

Las dunas se clasifican dependiendo de la dirección y la velocidad del viento en transversal, parabólica, barján, longitudinal y estrella.

Una duna está compuesta por tres regiones: barlovento, cresta y el sotavento; estas características geomorfológicas se forman dependiendo de la velocidad del viento. Algunas dunas ya están vegetadas y se quedan estabilizadas y son conocidas como paleodunas. Otras están libres de vegetación y migran, a estas se les llama el mar de arena.

En algunos casos la arena y polvo del desierto viajan durante muchos kilómetros, por ejemplo, se ha detectado polvo del desierto del Sahara que viaja hasta Norteamérica pasando por las Islas Canarias en España.

El doctor Juan José Kasper Zubillaga, responsable de la Colección de Dunas del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM , explicó que la diferencia entre las dunas que se encuentran en la playa y las del desierto es que en las primeras el viento tiene influencia del océano y la playa contribuye a alimentar la duna y viceversa; y en las segundas, sólo se depende de las tormentas del desierto y de elementos meteorológicos propios de la zona.

En países como Francia, Estados Unidos y Canadá las dunas han sido declaradas reservas naturales de la humanidad. En México no existe una legislación para protegerlas, por lo que han sido destruidas al sacar la arena para utilizarla en la construcción.

En algunos lugares de nuestro país como en Yucatán, Quintana Roo y Tabasco ya han desaparecido. Un problema que enfrentan es el turismo, ya que son utilizadas para el sandboarding (un deporte que consiste en deslizarse en la arena) y carreras de motonetas que impactan a los organismos que en ella habitan.


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