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Consumo alto en sal, causante de la hipertensión arterial

No colocar saleros en las mesas es una medida para disminuir el consumo de sal. Foto: Arturo Orta-Rocío Aguirre.

16-04-2012

Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM



La hipertensión arterial es un problema de salud pública muy grave. Se calcula que en la actualidad existen alrededor de 15 millones de hipertensos en México, cuya edad fluctúa entre los 20 y 70 años, lo que representa que el 30% de la población adulta padece esta enfermedad.

Este es un padecimiento asintomático, progresivo e incurable, que con el tiempo deteriora las arterias, el corazón, los riñones y el cerebro. La mitad de las personas con hipertensión arterial no saben que la padecen, de estas, solo 50% toma medicamentos y de este, sólo la mitad está bien controlada porque cuida su alimentación y hace ejercicio.

Cuando la presión arterial aumenta se aceleran los procesos de aterogénesis, es decir, se genera ateroesclerosis que es el engrosamiento de las paredes en las arterias coronarias, cerebrales o renales. Esto puede dar paso a complicaciones mayores como los infartos al miocardio o cerebrales, así como insuficiencia renal.

La hipertensión arterial es una enfermedad compleja. Para que se presente tiene que haber una combinación de la predisposición genética y la exposición al medio ambiente, como una dieta alta en sal, la comida chatarra, el estrés y el tabaquismo, entre otros. De acuerdo con el doctor Gerardo Gamba Ayala, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, existen tratamientos para la hipertensión arterial que, sin embargo, distan mucho de resolver el problema: “hay que seguir estudiándola, porque mientras más conozcamos de sus mecanismos de producción más opciones existen de generar nuevas o más novedosas terapias”, dijo.

Comunicación alterada

Existe una relación estrecha entre el funcionamiento del riñón y la presión arterial. Uno de los factores determinantes es el volumen circulante de sangre, el cual depende de cuánto producimos o no de orina, ya que el órgano que regula cuánta agua y sal tenemos en el organismo es el riñón.

Hay evidencia científica de que la hipertensión arterial podría estar relacionada con una deficiencia del manejo de la sal y el agua por parte del riñón, pues se ha descubierto que existe una pérdida de comunicación entre los mecanismos de regulación de sal y la presión arterial. 

En condiciones normales, cuando la presión sube el riñón aumenta la excreción de sal, pero si baja el riñón retiene sal. De esta manera, controlamos la presión arterial al regular el volumen circulante de sangre. 

Sin embargo, en los pacientes con hipertensión no existe la adecuada comunicación. El riñón recibe información de que la presión arterial está baja cuando, en realidad, está normal, por lo que activa mecanismos para retener sal y subir la presión. Así, por un lado, se dice que esta enfermedad es originada en los riñones, pero cuando ya se padece puede dañar su función y provocar insuficiencia renal crónica.

Identificación de genes

El doctor Gerardo Gamba Ayala inició esta investigación como parte de su tesis doctoral hace casi 20 años. Su proyecto consistió en identificar el gen que codifica la proteína que transporta sal en el riñón y en la cual actúan directamente los diuréticos. La importancia de conocer a los transportadores de sal es que estos son los responsables de retenerla o dejarla pasar hacia la orina, lo que tendría como consecuencia el aumento de la presión arterial.

“Lo que hacen los diuréticos en el riñón es bloquear los transportadores que reabsorben la sal, la dejan pasar y se va a la orina. Por eso cuando le damos a alguien un diurético orina mucho, porque le estamos forzando a que orine sal. Obviamente los diuréticos son el armamento más importante para el manejo de la hipertensión arterial”, dijo el investigador que en 2010 fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

Los dos genes identificados se localizan en una región del riñón conocida como nefrona. El primero, es el transportador de sodio-potasio-y dos cloros, que se encuentra en el área de la nefrona conocida como asa ascendente de Henle. Éste es el receptor para los diuréticos conocidos como de ‘asa’. El segundo gen es el transportador de sodio-cloro, ubicado en el túbulo distal y para el que actúan los diuréticos conocidos como tiazidas. 

“Ambos diuréticos son los que se recomiendan por los comités de expertos como fármacos de primera línea para el manejo de la hipertensión arterial, porque al bloquear la retención de sal permiten que perdamos un poco de esta y la presión arterial baje”, indicó.

El investigador comentó que fue un proyecto muy complejo porque en esa época no se sabía cuál podría ser la secuencia del transportador, pues este trabajo se realizó antes de que se desarrollara el proyecto del genoma humano, por lo que la metodología fue muy complicada y se basó en analizar la expresión funcional del transportador para poder clonarlo. 

Explicó que para la clonación utilizaron células de los ovocitos de una rana (especie Xenopus laevis), que tiene la particularidad de que genera óvulos en forma asincrónica, es decir, no los produce en ciclos, sino constantemente. Estos óvulos se ven a simple vista, son pequeños y se pueden microinyectar con ácido ribonucleico (ARN) mensajero, además de que tienen la característica de que toman el ARN, lo procesan y sintetizan la proteína. Por lo tanto es posible inyectar el ovocito con ARN mensajero de un tejido y buscar su función, que en este caso fue la de transportador de sal.

“El procedimiento para clonarlo fue a partir de un tejido que tenía mucho de este transportador y para eso utilizamos la vejiga urinaria de un pez que se llama "lenguado de invierno". Sabíamos que en esa vejiga el transportador existe. Lo que hicimos fue hacer ARN mensajero de la vejiga del pez, inyectarlo en los ovocitos y ver la función. Ya que teníamos un sistema de expresión funcional, podíamos hacer una genoteca de ADN complementario a partir del ARN de la vejiga y con el sistema de expresión funcional buscar dentro de esa genoteca el clon que contuviera el ADN que codifica para el transportador. Así fue como lo clonamos”, explicó.

Nuevos descubrimientos

Concluido este primer trabajo, el grupo de investigación del doctor Gerardo Gamba ha continuado con el estudio y la identificación de genes de la misma familia. Por lo que se han encontrado otros dos genes que codifican para transportadores de potasio-cloro.

“Expandimos la familia y nos hemos dedicado, en la última década, a estudiar mecanismos de regulación. Lo que más nos interesa es cómo se regulan estos genes para poder ver cuándo es que aumentan, cuándo es que disminuyen y qué relación tienen con la presión arterial”, expuso.

Tiempo después de que se identificaron estos genes, se conocieron las enfermedades hereditarias donde se encuentran defectuosos y en las cuales ha trabajado el doctor Gerardo Gamba. Una de ellas es el síndrome de Gitelman que se presenta cuando uno de estos transportadores no funciona. Por el contrario, cuando la actividad del transportador sube demasiado se presenta el síndrome de Gordon.

Para la identificación de esos genes defectuosos se realiza un análisis genómico completo. Este proceso se  le conoce como buscar genes candidatos, es decir, cuando ya se tiene identificada una proteína como responsable de un proceso, se ubica y estudia para relacionarla con la enfermedad que se sospecha. El doctor Gamba Ayala aclaró que él no realiza esta parte del trabajo, pues su aportación consistió en la identificación de genes que ahora se sabe que cumplen una función específica.

El investigador indicó que en la actualidad trabajan en conocer con más detalle mecanismos moleculares de los genes ya identificados. “Hemos analizado cuando menos un par de familias de cinasas, que son proteínas que controlan la actividad de otras proteínas que claramente hemos demostrado que regulan estos transportadores. En esas cinasas podría haber un potencial blanco para el desarrollo de nuevos fármacos”.

Disminuir el consumo de sal

Lo más importante en cualquier enfermedad es la prevención y mantener un estilo de vida sano. Los hábitos alimenticios de las sociedades actuales son distintos a los que tenían los seres humanos en sus orígenes. Hoy, la ingestión de sal y comida en exceso ha generado más casos de obesidad, de diabetes y de presión arterial alta. Al respecto el investigador explicó:

“Desde sus orígenes el hombre ha tenido una excelente capacidad para conservar sal, agua y energía. Sin embargo, de seres humanos que comían a lo mejor cada tres días ahora comemos tres veces al día o más. En la actualidad tenemos comida en exceso, resultado de la Revolución Industrial. Ahora la gente que vive en las ciudades come todos los días, recibe más sal y más energía de la que necesita, y nuestro organismo está hecho para guardarla y la consecuencia es el aumento de la presión arterial y la obesidad”.

Gerardo Gamba Ayala explicó que a nivel nacional e internacional existen diversos trabajos de prevención enfocados a disminuir el consumo de sal, pues se ha visto que constituye un factor de riesgo para la hipertensión arterial. Algunos de ellos consisten en concientizar a la gente a que consuma más agua y menos refrescos, además de que se tomen medidas como no colocar saleros en las mesas.

Sin embargo, mientras se logra disminuir el consumo de sal, también se trabaja en el descubrimiento de genes transportadores de sal en el riñón, con el fin de determinar con precisión cuáles de ellos participan en el aumento de la presión arterial y, en un futuro, proponer opciones terapéuticas novedosas.

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